DIARIO DE UNA DEPRESION CANSEROSA

Todos los días...

Todos los días convives con la enfermedad, todos los días convives con la tristeza, y aunque en día de por medio encuentres lapsos de paz vuelves al punto cero y vuelves a colapsar.
En algún momento de mi vida me acostumbre a todos los días tener tu presencia en mí, la cual fuese luz en mi oscuridad, la cual fuese motivación en mi punto cero, mi impulso para volver a empezar en esos tiempos de eufórica tristeza.  

Todos los días pienso en tu rostro, tus gestos, tu sonrisa; Todos los días pienso en cómo te hacía feliz... Y en cómo te hacía infeliz, era difícil sacarte una sonrisa pero sé que te hacía feliz en momentos específicos, lástima que en su gran mayoría no debido a mis repentinos bajones de animo, en lo poco atractiva y en lo poco como persona que podía llegar a ser.

Todos los días, pienso en que hice mal, qué vacío faltó por llenar y pienso en todas las posibles respuestas a esta pregunta; sé, que me dirías algo como "No te preocupes, no hiciste nada, solo quiero estar solo" con una entonación triste haciéndome sentir el ser más insuficiente de la existencia humana cuando yo quería darte hasta mi alma de ser posible.

Todos los días pienso en que no eras perfecto, pero te amaba imperfecto, es decir, eras malo para la filosofía y yo para las matemáticas pero ambos nos complementábamos, tus fallas eran mis virtudes y viceversa y por eso pienso en todos los días que te amaba.

Nos veíamos todos los días, hoy perdí el número de días en el que no nos vemos, ¿Por qué? Pregunto Todos los días ¿Por qué? Y me duele la respuesta.Y al final... Todos los días me consuelo, pensando que estás mejor sin mi, sin mi asfixiante amor, sin mi presencia; tus ojos, esos bellos ojos siempre expresaban cansancio de la rutina, aburrimiento y se que te querías dar la oportunidad, así que todos los días pienso en que hice bien en darte tu anhelada libertad.

Todos los días pienso y no hayo la respuesta de que está mal en mi, para que te alejaras así.