CAPITULO 30

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Capitulo 30

[Love]

Estamos sentados en la sala de espera, él acostado con su cabeza en mis piernas, sonrío acariciando su cabello.
Tranquilo, yo estoy contigo.—le dije al oído. Sonrío. Fue tan fácil quitarla de mi camino.

FLASHBACK

No iba a esperar a que apareciera la otra, tenía que ponerme en acción. Después de tanto pensar llegó a mi mente una idea perfecta, si hago que Bible se sienta solo, culpable, vulnerable... él necesitará a alguien a quién aferrarse... y sólo yo estaré ahí. Lo siento tanto Tontawan pero en la guerra y el amor todo se vale. Invité a salir a Tontawan, según para conocer chicos y hacer que se olvidara de Bible, llegamos a un pub, pedimos una bebida y conversamos de los exámenes, que cuando volviéramos a clases ella tendría a un hombre buenote y se lo presumiría a Bible. Yo la alenté a que consiguiera uno. Pedimos otro coctel pero ella de cereza y yo de mango. Unos hombres jóvenes y muy atractivos se acercaron a nosotras, el de cabello negro le preguntó a Tontawan si quiere bailar, ella me voltea a ver. La miré aprobándole que fuera con él.

Ok, vamos—se fue con él.

¿Bailamos?—miré al chico castaño, asentí y fuí con él a bailar, vigilando a Tontawan para buscar el momento perfecto. Llevamos sólo dos horas aquí pero he bailado más que bebido. Le dije al chico que tenía que ir al sanitario, él dijo que me esperaba en la pista. Caminé hasta mi mesa cuidando que Tontawan no me viera. Tomé mi bolsa dándole la espalda a la pista de baile, saqué unos tranquilizantes, son unas capsulas así que las abro y dejo caer el polvo en la bebida de ella, lo bastante para que duerma profundo. Después fui al baño aún con las capsulas vacías en mi mano, entre al sanitario, enseguida a un cubículo y tiré las capsulas en el retrete. Hice del baño y salí, me miré al espejo y lavé mis manos perfectamente quitando todo rastro de evidencia, también sacudí mi bolsa. Regreso a la pista a seguir bailando, veo a Tontawan que regresa a la mesa y toma de su bebida, sonrío enorme. El chico se acerca más a mí e inicia a darme besos en el cuello, lo aparto de mí.

Quiero descansar un poco—le sonreí y me dirigí a la mesa donde está ella acabándose su bebida mientras habla con ese chico que acaba de conocer. Yo también me acabé mi bebida. Miré cada acción de ella sin tomar en cuenta al tonto que está hablándome.—Tontawan es hora de irnos—le dije al oído.

¿Por qué? Estoy divirtiéndome.

En otra ocasión podemos venir. Vámonos ya, no quiero que mis padres me regañen—fingí estar preocupada, ella aceptó, se despidió del chico, intercambiando números celulares, yo le di un número falso al chico castaño. Nos despedimos y salimos del pub, enseguida tomamos un taxi.—Primero pasaré a dejarte y de ahí me voy a mi casa.—le di ambas direcciones al taxista. Ella no deja de decirme lo fantástico que se la pasó con ese chico que acaba de conocer. Me doy cuenta que los tranquilizantes junto con el alcohol están haciendo efecto. Llegamos a su casa, nos despedimos. Decido acompañarla a la puerta de su casa.

Nos vemos mañana—dice haciendo un esfuerzo por mantenerse despierta.

Ya estás en tu casa, así que ve tranquila. Adiós—me despedí y me dirigí al taxi, me cercioré que me siguiera con la mirada, entra a su casa. Le pido al taxista que se detenga.—Mejor déjeme aquí. —le pagué y salí del auto. Caminé hasta la casa de Tontawan, sé que sus padres no están, me acerco a la puerta y como esperaba, ella no cerró bien la puerta. Sonreí y entré sin hacer ningún ruido. La veo acostada en la cama, me acerco a ella y la toco pero sin hablarle, está inconsciente. La trato de abrazar pero ella es pesada, lo intento de nuevo, la jalo de los brazos hasta llevarla a su baño de la habitación. La pongo bajo la regadera. Le quito la chaqueta, la dejo tirada en la alfombra de su cuarto. La limpio con un pañuelo para borrar mis huellas. Volteo al sanitario y regreso. De mi bolso saco unos guantes de látex, me los coloco.—No sabes cómo voy a disfrutar esto.—sonreí y busqué en su botiquín las medicinas que pueda tener, por suerte hay tranquilizantes, medicamentos para dolores, resfriados y otras cosas. Tome todos los botes y me arrodillo frente a Tontawan, le abro la boca y le hecho de todas las pastillas un poco, ¿Por qué un poco? Mejor todo. Y eso hice, cuando terminé de darle las pastillas tomé sus manos e hice que sus huellas quedaran impresas en los envases de los medicamentos. Los tiré por todo el baño.—Ahora necesito algo más, necesito usar algo de aquí, seria sospechoso que nadie fuera dueño de ese objeto.

NO SOY UNA CHICA  [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora