Sol

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La piel del cuerpo que yace a lado suyo parece brillar bajo la tenue luz que la luna les regala al escabullirse a través de las cortinas.

Sentado, en una cama ajena (que en realidad no pertenece a nadie más que al hotel ) se encuentra Lionel, vestido con nada más que un par de calzoncillos y la sábana que lo cubre a él y a su acompañante. Este, despierto desde ya más de cuarenta y cinco minutos encontrándose ante la imposibilidad de conciliar tregua con su mente para dormir, cayendo así en el impulso de analizar toda la situación en la que inesperadamente se encontraba enredado.

Todo era de un carácter onírico, desde los suaves tonos azulados que decoraban las paredes característicos de madrugadas de luna llena hasta la respiración pausada de Pablo.

Suavemente desliza sus dedos por la piel desnuda con cuidado de no despertarlo, las yemas dibujan recorridos imaginarios, creando un mapa solo para su deleite.

Lionel estaba consciente de la mayoría de sus defectos, sobrepensar estaba como cabeza en su lista mental de ellos. Tal vez por su trabajo, o simplemente por cómo es él. Pero analizarlo todo, era su virtud y asimismo su peor penitencia. Claro que tenía sus ventajas, notablemente en el desempeño como DT , mas en el ámbito sentimental, darle vuelta a la misma idea hasta deformarla en figura irreconocible no era lo más sano para muchos.

Aunque tristemente esto era un poco inevitable para él. El agarrar cualquier sentimiento y situación para admirarla de todos los ángulos, pellizcar cada detalle por mas minimo que podría haber llegado a ser y desmenuzar todo. Acabando con un mar de posibilidades, teorías y caminos que solo acababan por ahogarlo.

Ese molesto hábito se convertía en huracanes de ideas, una posibilidad tras otra que irremediablemente acaban por agobiarlo y asfixiarlo en el propio océano que era su cerebro. Cada miedo o temor creciente de un negativismo, común para él. Caían como baldazos de agua fría; helada. Uno tras otro. Primero sintiendo el agua tocar sus músculos creando ese típico adormecimiento, para después llegar a esos milisegundos donde parece que todo el aire sale de su cuerpo, y solo logra abrir brevemente la boca para recuperar el oxígeno que logró escaparse de su pulmones. Sucesivamente cada cosa que cruzaba por su cabeza se volvía en un intento de volver a respirar con normalidad.

Irónicamente Pablo era todo lo contrarió. Mientras él daba manotazos desesperados para mantenerse a flote, Pablo simplemente necesitaba de suaves movimientos para egoístamente dirigirse a donde quisiera. Mientras él luchaba por no hundirse, Pablo con el simple hecho de respirar ya había logrado su cometido.

Un suave movimiento de Aimar sacó del trance a Lionel; una pequeña sonrisa. Un poco tarde se percató que su mano ya no se encontraba en la curvas de las costillas del contrarío, si no en su incipiente barba de su mejilla. Tardó en percatarse de la intimidad de la situación. No precisamente en la fisica, pues evidentemente acababán de tener sexo unas horas antes. La cercanía que le asustaba era esa cuando pasaba de lo carnal a lo sentimental.

Tuvo que tragar fuertemente al verse rendido frente al hombre inconsciente frente suyo. Conocía lo suficientemente bien sus sentimientos como para saber que no lo veía como un revolcón y mucho menos como un amigo desde hace mucho tiempo.

Aunque prefería por el momento cortarse la lengua antes que verbalizar algo. Para Lionel en el preciso momento en que admites algo lo materializas. Esa idea deja de ser como tal (un vago pensamiento) y pasa a ser una realidad. Pasa de ser un hecho metafísico, que solo existe en su mundo de ilusiones donde se puede imaginar libremente con Pablo en una casita en el campo con tres perros sin repercusión alguna, a un hecho inmediato donde todo su mundo se puede derrumbar con una mirada de pena y un "Perdón no siento lo mismo".

Su rutina ya remontaba a años atrás. Lionel lo saboreaba como si fueran la última gota de agua y acariciaba como si se tratase de la seda más suave de este planeta. Y con simpleza, acababa haciendo todo eso porque eso representaba Pablo.

Pablo era esa esperanza que su vida ansiaba desde hace años, la luz que como una polilla perseguiría inconscientemente de las consecuencias. Estaba dispuesto a ser Ícaro y quemar sus alas con tal de poder tener una vista más cercana al sol.

Esto lo estaba matando y volviendo loco a partes iguales, esa cara angelical de sonrisa dulce y honesta desgarraba su corazón con cada beso y caricia. Ya estaba bailando el vals y no podía pararlo en media pieza.

"¿Qué miras tanto?" Pablo abrió sus ojos con una pequeña sonrisa, girando su cabeza lentamente en lo que despertaba.

"Nada importante. Vuelve a dormir." Lionel respondió un poco más frío de lo que hubiera querido.

Prefería enterrar sus sentimientos en lo más profundo de su corazón antes que perderlo.


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Tengo más fics (y uno que esta en proceso lmao) no se si estaría alguien interesado en leerlos. Si es que sí avisen (?

Anywayyyys gracias por leer y comentar si les gustó <3

Eclipse -Scaimar-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora