Bienvenida, Niña Bruja

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En cuanto salieron de las cavernas Raven se dejó caer inconsciente en los brazos de Kori, quien al ver su estado se apresuro a llevarla volando en dirección a la torre, no sabía cómo había sido la pelea entre la rubia y la hechicera, pero el estado de Raven no le gustaba para nada, su ropa estaba rasgada y ensangrentada. Aunque no se notara a simple vista, la tamaraniana no dudaba en que la chica tuviese varios huesos rotos. 


En cuanto llego a la torre se encargo de llevarla a la enfermería en dónde la conecto a un suero especial que había diseñado Zatanna para Raven en favor de Nightwing tras su agotamiento venciendo a su padre y mientras esperaba comenzó a sacarle múltiples exámenes para saber exactamente qué daño tenía la chica y dimensionar el tiempo que le tomaría recuperarse, además de curarse sus propias heridas.


El primero del equipo en llegar, para su sorpresa, fue Damian quien se limito a observarlas de pie, recostado en el marco de la puerta con su traje de Robin desecho y sin su máscara hasta que Dick llegó.


- ¿Cómo está? - Pregunto este a Kori quien dándole una mirada lastimera a la hechicera, suspiró y respondió.


- Tiene una contusión grave, la mitad de las costillas rotas, una gran perdida de sangre, algunas extremidades lastimadas y está llena de moretones en todo el cuerpo.


Los dos hermanos observaron a Raven con emociones completamente diferentes, mientras que Dick estaba triste por el estado de Raven y molesto por no haber hecho algo a tiempo, Damian estaba molesto con todos, nadie lo había escuchado, su ira se dividía entre su hermano y su amiga ¿Cómo pudo haber sido tan estúpida? Se preguntaba, por querer ayudar a una persona que estaba perdida desde el momento en que piso la torre. Como temía, ella había sido lastimada, le había dicho en alguna ocasión que el no podría salvarlos a todos, ella no le había prestado atención, y ahora estaba en cama. Maldijo, ella era una tonta por creer lo contrario a lo obvio sobre las personas. Aunque el también había sido un idiota por dejarse influenciar de su moribunda compañera.


Se retiró de la habitación antes de que más pensamientos lo atormentaran, acaso ¿Si no hubiese seguido a Tara habría hecho alguna diferencia? Negó con la cabeza para si mismo. Nada hubiese cambiado. Con la cabeza dando vueltas en torno a lo sucedido tras la batalla, decidió ducharse para que el agua se llevara sus conflictos.

Sin embargo, mientras se duchaba, se vendaba las heridas y se vestía, su cabeza no dejaba de arremeter su consciencia con la misma pregunta. ¿Su imprudencia habría sido la desencadenante del estado de Raven? No lo sabría jamás. Dejo el tema a un lado y fue a entrenar mientras todos descansaban, necesitaba pensar con claridad, sin embargo, rondando las tres de la mañana sintió un tirón en el pecho y supo de inmediato a dónde debía ir, esto mucho antes de que se escuchara el primer grito.

Raven estaba teniendo una pesadilla.


Para cuándo llegó a la enfermería, Dick ya estaba ahí, asumió que era el turno de su hermano de cuidar a la hechicera, sin embargo por más que le hablara, la abrazara, la sacudiera o le gritara ella no reaccionaba. Damian siguió su instinto,  quitó a Dick de su camino y tomando el rostro de la hechicera unió sus frentes, como si con ese contacto el pudiese calmarla desde el fondo de su mente, no creía que esto fuera posible, aún así, le hablo pidiéndole que se calmara y ella así lo hizo,  aunque sin recuperar la consciencia. Ninguna de las aves lo admitiría jampas, pero Damian la tranquilizaba en todos los escenarios posibles de la misma manera en que ella lo hacía con el. Resultado que sorprendió a los titanes, quienes habían llegado para ayudar y ahora observaban atónitos la escena de Damian arrullando a la chica sobre su pecho, todos menos chico bestia.


- Ni una palabra - Sentenció en modo de advertencia al equipo sin dejar de observar a Raven y adueñándose de la silla en la que minutos atrás descansaba Dick. No era de su agrado, y estaba seguro que tampoco sería el de ella, que los titanes se involucraran de más en el extraño vínculo que compartían.


- ¿Damian que...? - El primer Robin no pudo terminar su frase cuando fue interrumpido.


- Largo, yo me quedaré. No tiene caso que me vaya si puede tener pesadillas en cualquier momento y destruir la torre dormida. 


Nadie protestó, porque la mayoría ya comenzaban a sospechar de que algo mas que compañerismo estaba naciendo entre las aves. Sin embargo, las palabras del ojiverde también tenían algo de razón. Lo que competía a Raven, excedía las habilidades de cualquiera, de cualquiera menos Damian. Y así fue, nadie pudo apartar al azabache de Raven durante los siguientes doce días en los que ella estuvo en coma, recuperándose. Solo dejaba su puesto para comer, asearse e ir al baño, ni siquiera entrenaba, pero tenía su catana al alcance en caso de una invasión, mientras que en las misiones estaba siendo reemplazado por Jason Todd.


Hasta que ella finalmente despertó.


Para Raven todo fue como un parpadeo, en un instante estaba en la cueva y al siguiente en la enfermería con Damián a un costado de la camilla tomando su mano. Le pareció curioso y sin saber por qué en realidad, entrelazó sus dedos con los del chico maravilla, aprovechando el silencio de la madrugada para observar los detalles del rostro de Damián, quiso tocarlo, saber que se sentía ese tipo de cercanía con el pequeño murciélago, pero se contuvo, y en su lugar dio un ligero apretón a la mano del chico maravilla para despertarlo, este lo hizo de inmediato.


- Rae - Fue lo único que el petirrojo pudo decir en ese momento con un significativo tono de alivio.


- Damian ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?


- Trece días


Eso sorprendió a la hechicera quien procedió a soltar la mano del petirrojo, acción por la cual ambos se miraron, para luego arrancarse todos los dispositivos que tenía en su cuerpo. El chico maravilla la ayudo con el suero intravenoso, acababa de despertar y no quería que se lastimara.



- ¿Llevas aquí esos trece días Damian? - El chico maravilla negó con la cabeza, pero al ver que no era la respuesta que la hechicera quería, se limito a encogerse de hombros y añadir.


- Solo doce, en tu primera noche tuviste una pesadilla.


Esto detuvo a Raven en su lugar, ella estaba acomodándose la pijama que estaba segura le había puesto Kori para bajarse de la camilla ¿Una pesadilla?


- Pero si no desperté... ¿Cómo fue que paro?


El petirrojo se encogió de hombros e imitó la acción de esa noche, juntando sus frentes. Ahora que la hechicera estaba consciente la acción, esta adquiría un nuevo significado, pues la cercanía del otro daba un mensaje claro y acogedor. Eran su lugar seguro y la sensación les causaba calor reconfortante en todo el cuerpo.


- Así.


Dijo el, ocasionado un sonrojo que ambos compartieron, sus labios se rozaron, luego se presionaron unos sobre los otros, llevando a cabo un acto que desentrañó la tension que los adolescentes llevaban un rato sintiendo. Damian acarició la mejilla de la hechicera y cuando se separaron, volvieron a juntar sus frentes, podrían haberse quedado así por horas, de no ser por los aplausos de Jason Todd en la puerta de la enfermería.


- Bienvenida niña bruja - Le dijo a la hechicera, imitando el tono de voz de Damian cuando lo decía. - Creí que nunca lo harían - Ambos intercambiaron una mirada cargada de significado, ahora necesitarían un lugar más privado.

Bienvenida, Niña Bruja | Oneshot DamiraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora