Una misión sensual. -borusara-

CAPITULO 16

Sakura no pudo controlar a Naruto y tampoco perseguirlo pues estaba en horario laboral, estaba tan nerviosa y sabía a dónde se dirigia su amigo rubio.

Efectivamente no se equivocaba , el séptimo Hokage iba personalmente a buscar al Uchiha , su mejor amigo por años y sabía que lo encontraría en su casa.
Al llegar tocó con brusquedad y cuando la puerta se abrió, inmediatamente le dio un puñetazo a Sasuke en la cara, tirándolo al piso muy alejado de la puerta.

¡Que te ocurre! — se quejó el azabache limpiando la sangre que caía de su boca—

¿Que me ocurre? —caminado hacía el— ¿Que te ocurre a ti estúpido? —tomando al Uchiha del cuello y ejerciendo presión mientras lo levantaba un poco—

Sueltame — dijo , rentando al uzumaki con la mirada y controlandose para no golpearlo—

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//Mientras tanto//

Después de una pequeña discusión con su madre. Sarada se encontraba bajo un árbol en el campo de entrenamiento que ocupaba desde que era niña para intentar nuevos jutsus o enfrentar una pelea amistosa con algunos miembros de su clase.
A lo lejos la observaba un rubio de ojos azules, el sabía que algo estaba mal pues la conocía muy bien y cuando se sentaba en ese árbol abrazando sus piernas , era una mala señal.

Así que se acerco lentamente y se sentó a su lado sin decir ni una palabra hasta que ella lo noto y seco rápidamente sus lágrimas.

Boruto, ¿Que haces aquí? — hablo mirando hacia el frente —

Venía a entrenar ¿Y tú? — mirando igualmente hacia el frente no quería incomodarla —

Igual. — suspiro —

Sarada, no se lo que pasaste en el tiempo que estuviste en la misión pero sabes que ... —siendo interrumpido —

No es eso. — agachó la mirada y continúo— Mi padre le pega a mi mamá.

¿Que? ¡Sasuke-Sensei , no le haría eso a la tía Sakura! — gritó sorprendido— El me decía que la amaba realmente y no quería volver a lastimarla cómo lo había echo en el pasado yo sé que esto es un mal entendido Sarada.

No lo defiendas — gritó con frustración y lo volteo a ver — Esto fue reciente ya van tres veces que le pega y mamá no hace nada aunque podría hacerle daño, ni siquiera lo intenta solo deja fluir chakra por su cuerpo para que los golpes no la lastimen tanto. —decia esto con tanta rabia que sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente y aunque se esforzaba por no llorar , las lágrimas la traicionaron y bajaban rápidamente por su mejilla una tras otra —

Pero como...... — susurró incrédulo —

Todo empezó desde que mi mamá empezó a recibir fotografías de ella distraída pero en cada foto salía genial parecía que le  modelaba a la cámara. — pauso y después de unos segundos continuo — después fueron fotos y pequeñas frases , esto lo vio mi padre y pensó que mi mamá le estaba siendo infiel y empezó de inseguro, desconfiando de ella y la señalaba de cualquier cosa, ya sea hablar con el séptimo o cuando Kakashi-sensei la llevaba a comer .

Pero el no es celoso me lo dijo muchas veces el.....

El no era celoso porque confiaba en él amor que mi madre le tenía , pero ahora que no está tan seguro .... — apretando los puños — La golpea cuando está demasiado enfadado

Yo hablaré con el , no te preocupes . —dijo el rubio mientras tomaba su mano para que no se siguiera haciendo daño pues al apretar tan fuerte el puño ya había conseguido sacarse sangre ella misma —

Boruto ..... El no era de esa forma, era tan cariñoso con ella en casa, respetuoso y calmado .... —soltando en llanto— yo yo yo no lo reconozco.

Al decir esto el rubio quitaba cada lágrima que caía por su mejilla, le sostenía el rostro con ambas manos y acariciaba lentamente su cara mientras acomodaba un mechon de cabello tras su oreja .

Toda esta escena la veía Mitzuki, solo que no había escuchado absolutamente nada, solo podía ver cómo el uzumaki la acariciaba , la abrazaba y deslizaba su dedo sobre el labio inferior de la azabache.

Hasta que ella lo miro directamente a los ojos y se acercaron para besarse lentamente con torpeza y vergüenza. Inmediatamente se fue de ese lugar , estaba molesto y apretaba sus puños con fuerza mientras murmuraba todas las groserías que se sabía.