Chapter 09

217 36 1
                                    

-Estoy muy cansado.

-Perdón y gracias. –Repitió Hyunjin por milésima vez desde que habían salido del lugar.

Habían pasado la noche en el castillo. No hicieron nada más que besarse y masturbase mutuamente entre ellos ya que Minho estaba muy cansado y Hyunjin sentía dolor por sus golpes, pero había sido una noche que Hyunjin no iba a olvidar jamás en su vida. Muy temprano en la mañana ambos abandonaron el lugar sin ser vistos y juntos se encaminaron por el bosque.

- ¿Ahora te gusto, Hyunjin? - Preguntó Minho deteniéndose para observarlo fijamente.

- ¿Eh? ¿Qué querés decir?

-Nada. -Hyunjin nunca había visto a Minho tan ansioso, pero si respondía que si a su respuesta no sabía que era lo que podía pasar- ¿Por qué no querías que matara a ese tipo? Era un caballero de la iglesia además de guardia de Jeongin.

- ¿Estás enojado? –Preguntó Hyunjin mirándolo confundido.

- ¡Por supuesto que estoy enojado! –Gritó- Sos mío, y él te puso las manos encima.

Los latidos de Hyunjin era erráticos y veloces en su pecho, escuchar la forma en como Minho extrañamente lo cuidaba le alegraba y reconfortaba.

-Minho, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?

- ¿Por qué decís eso?

-Porque...te han lastimado por protegerme y yo...

-No tenés que hacer nada. –Lo cortó- Solo tenés que quedarte conmigo.

Hyunjin no insistió más, por ahora era mejor dejarlo así, Minho a veces era más infantil de lo que pensaba, porque no había manera de que solo se conformara con tenerlo cerca. Hyunjin quería hacer algo que fuera útil para el castaño, pero no sabía todavía que.

El sonido de una rama rompiéndose y rápidos pasos acercándose a sus espaldas los tomó por sorpresa a los dos.

- ¡Hyunjin! –Gritó Minho y lo próximo que sintió Hyunjin fue como era empujado con fuerza lejos del filo de aquella brillante espada- Así que no moriste, ¿eh? Idiota, realmente querés que te mate, ¿no?

-Tu oportunidad ya pasó. –Rio el guardia todavia con el rostro lastimado por los golpes del castaño- Ahora me toca atacar a mí.

El gritó de Minho y la sangre tiñendo el suelo fueron suficientes para que Hyunjin se olvidara de todo y corriera veloz a su lado.

- ¡Minho!

-Hyunjin, vete.

-No, lo haré. No te dejaré solo, estas sangrando.

- ¡No te metas en el camino! –Gritó el hombre acercándose con intenciones de lastimar a Hyunjin, pero Minho se interpuso nuevamente, volviendo a empujarlo lejos y ganándose otro corte en su cuerpo.

- ¡Basta, por favor! –Lloraba histérico Hyunjin- ¡Se va a morir, basta!

-Te dije que te fueras. –Habló Minho amenazador intentando ponerse en pie- Yo me encargo de esto.

El pelinegro lo miró atónito. Hyunjin pensaba que Minho era fuerte, que nunca perdería. Esa era una de las razones por la que seguía aferrándose a él, pero Minho no era más que un joven de su misma edad, un humano con debilidades igual que el resto.

-Para, por favor. –Suplicó Hyunjin ubicándose frente al hombre de la espada.

- ¿Qué quiere una basura como tú? –Preguntó molesto y listo para matarlo.

-Iré contigo, haré lo que quieras, puedes hacer cualquier cosa conmigo. –Dijo sacando valentía desde el fondo de su ser y aguantando las lágrimas que deseaban caer- Yo soy el impostor que debe ser juzgado por este reino. Date prisa y llévame.

-Así que admites ser un farsante. –Sonrió complacido- ¡Entonces ven! Los inquisidores se encargarán de tu castigo.

-Perdón, Minho. –Dijo regalándole una sonrisa triste cuando sus miradas se encontraron- Gracias por todo.

- ¿Por qué...? –Trataba de hablar Minho en medio de su dolor, la sangre no deja de brotar de sus heridas y lentamente sentía perder la conciencia.

-Rápido. –Ordenó el guardia tironeando con brusquedad de Hyunjin- Volveremos al palacio real ahora mismo. Pero antes...

Un escozor en su pómulo sorprendió a Hyunjin quién no se esperaba ser golpeado. El hombre no esperó más y llevándose a Hyunjin a la fuerza abandonaron el bosque dejando a sus espaldas el cuerpo de Minho desangrándose.

En el castillo las cosas seguían inestables, los reyes de cada país habían aceptado detener la guerra y asistir a una reunión propuesta por Jeongin con el fin de detener los conflictos entre los reinos y volver a su acuerdo de paz, evitándole de esa manera más desgracias a sus habitantes.

Fueron horas donde las opiniones se encontraban divididas, Felix por su lado no quería dejar nuevamente el poder en manos del reino Yang y Jeongin no quería perder su dominio dividiéndolo.

Para mantener el poder económico y las relaciones entre los reinos, por intervención y petición de la sagrada santidad nace un nuevo líder en común para los reinos.

Durante los siguientes días Hyunjin fue puesto bajo custodia por la iglesia dentro del castillo del rey Jeongin, quién había aumentado la seguridad luego del incidente anterior. En esos días se la pasó encerrado sin salir y siendo visitado constantemente por los puros, es decir, los hijos de los religiosos que participaban en las mismas actividades fraudulentas que sus padres y a quienes la iglesia utilizaba para sus planes.

-Es la hora, joven viajero. –Dijo un pequeño niño de no más de diez años entrando a la habitación de Hyunjin seguido por unos cuatro niños más.

-Bien.

-Ahora que eres nuestro nuevo héroe, deberías aprender a comportarte como corresponde. –Señaló el niño sin mirarlo.

- ¿Son tan jóvenes y ya están trabajando? –Preguntó Hyunjin asombrado y preocupado.

-Por supuesto, nosotros los monaguillos hemos estado al servicio de la santidad desde el día en que nacimos.

-Pero eres solo un niño...-Susurró desconcertado.

-Incluso si soy un niño, no permitiré que te corrompas, aunque sea por un momento. –Exclamó firme todavía sin ver a Hyunjin a la cara- No importa que seas nuestro héroe, no nos pondrás la mano encima, no lograras corrompernos con tus sucias ideas.

Hyunjin no dijo nada, la sorpresa era más grande que él. Definitivamente las personas en aquel mundo no estaban del todo cuerdas, la corrupción y las malas prácticas parecían abundar allí y las cosas nunca terminaban de ser lo que parecían.

En ese mundo, él era la plaga, lo incorrecto e inmoral que debía ser purgado. No le sorprendía, después de haber sido testigo de tantas atrocidades su sacrificio o su eterna vida siendo esclavizado por esos extraños le daba igual.

Ahora mismo, nada podía hacer para regresar y salvar a Minho. Por su culpa había muerto y Hyunjin jamás pudo hacer nada para retribuirle su ayuda.

.

.

.

.

.

.

.

.

Boy meets killer - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora