Chapter 05

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-¡Atención a los habitantes del reino! Soy el mensajero y cardenal del santo imperio. –Hablaba el hombre en el centro de la plaza donde mayor concurrencia de personas había- Entreguen al intruso que engañó al rey para que lo invocara como viajero. ¡Entréguenlo y consideraremos una respuesta misericordiosa!

-Ya llegaron. –Dijo Minho observando el bullicio escondido en los techos de uno de los edificios cercanos- Esos religiosos son rápidos.

-Me impresiona que puedan enviar a alguien teniendo en cuenta lo mal que está su situación interna. –Habló Changbin a su lado- Esos malditos fanáticos...los reinos se mantienen unidos gracias al tratado, por supuesto que entrarían en pánico si apareciera un falso héroe y empieza a ganar poder.

-Deben estar preocupados ya que con la llegada de Hyunjin su acuerdo para no iniciar una guerra con las demás naciones corre peligro.

-Quien diría que una simple persona tiene el poder de destruirlo todo. –Susurró Changbin para sí mismo observando a los religiosos rodeados por las personas de la ciudad que se iban acercando por la curiosidad.

-Matémoslo. –Dijo repentinamente Minho señalando al mensajero de la iglesia.

- ¿Qué? –Changbin giró rápido para ver a Minho de frente- Es un mensajero de la iglesia lo sabes, ¿verdad? Matarlo es una mala idea.

- ¿Por qué?

-Si lo matamos nuestra posición será...

-Quiero empezar una guerra. –Lo interrumpió Minho sonriéndole como siempre con su semblante relajado y despreocupado- Así que no hay problema. Mátalo, Changbin.

Changbin se lo quedó mirando sin decir nada por varios segundos, a veces Minho era indescifrable e inestable. Soltando un suspiro rendido y negando con la cabeza Changbin tomó el arma y se acercó al borde del techo.

-Lo mataré porque me lo ordenas, pero no digas que no te lo advertí. –Dijo antes de disparar y ver como la bala se insertaba en el centro de la frente del mensajero religioso perforando su cráneo justo en frente de toda la multitud allí presente.

-Volvamos a casa, ya terminamos aquí.

-Esto es malo, Minho. –Insistía Changbin.

-Sólo hago esto para molestarlos, estaremos bien. Te preocupas demasiado.

La realidad era que a Changbin le preocupaba Minho, alguien tan inestable mentalmente como el castaño no era capaz de darse cuenta cuando sus actos podían llegar a matarlo en un futuro próximo si seguía así.

- ¿Por qué estás tan apegado a ese chico? No te entiendo, Minho.

- ¿Me estás preguntando por qué...? - Dijo siguiendo su camino sin girar a verlo- Hyunjin es lo más parecido a ella en cuanto a personalidad y cosas así. Y también...

- ¿También?

-Podré aplastar a Jeongin, así que, si se enamora de mí, mataría dos pájaros de un tiro. –Comentó riendo- Ella murió por culpa de esa estúpida religión y el rey no hizo nada aun cuando prometió cuidarla.

-Entiendo, querés justicia. –Dijo Changbin.

-No. Lo que quiero es venganza.

Después de que el mensajero de la santidad, enviado por el imperio Lee, fuera asesinado sin piedad, el rey Felix envió un mensaje al rey Jeongin indicándole que tenía la intención de enviar parte de su ejército hasta sus tierras si no hacia nada al respecto.

Al oír de la muerte de un mensajero religioso y sobre el viajero prófugo los demás reinos decidieron unirse a el reino Lee con el objetivo de ayudar a mantener la armonía entre las naciones. Una fuerza mayor se estaba formando a una velocidad alarmante y las cosas podrían terminar mal para ellos.

Esta unión también se estableció con el objetivo de robar los derechos sobre los hechizos de invocación de los viajeros, quitándole así poder al imperio mayor perteneciente a la familia Yang y a la santa iglesia.

- ¿Dónde estamos? –Preguntó Hyunjin al ver que se encontraban en una especie de campamento donde miles de hombres iban y venían armados montados a caballos y gritando cosas que el todavía no lograba entender del todo. Minho había llegado apresurado esa tarde diciéndole que se iban a ir de la ciudad por un tiempo.

-Estamos en la frontera entre los reinos. Una guerra va a iniciar Hyunjin. –Le informó Minho también observando el panorama.

-Nunca he visto una guerra antes...-Dijo en un hilo de voz y preocupado por lo que se avecinaba.

-El mundo del que vienen los viajeros debe ser bastante pacífico, entonces. –Comentó- Bueno, esto no es más que gente matándose entre sí. Esto empezó por tu culpa.

- ¿Qué? ¿Por mi culpa? –Preguntó sorprendido ubicándose frente a Minho.

-Si. Fui capaz de usarte como catalizador para empezar las cosas. –Admitió sonriéndole- Una guerra va a comenzar entre los reinos y todo por tu simple llegada a este mundo. Las demás naciones están buscandote.

-No puede ser...-Hyunjin estaba entrando en un ataque de pánico.

-Los otros países están diciendo que no hay manera de que hayamos convocado a un viajero ya que eso rompe el acuerdo de paz entre ellos. –Reía a carcajadas Minho- Todo esto es gracias al estúpido rey y a ti. Como te prometí, te protegeré mientras vivas. ¿No estas contenta mi amor? Los tontos que te mataron finalmente van a morir.

Al ver la mirada perdida en la cara de Minho las lágrimas comenzaron a descender por las mejillas de Hyunjin y el miedo invadió su cuerpo cuando Minho lo envolvió entre sus brazos. Lo último que había dicho el castaño no iba dirigido para él.

Había llegado a un mundo donde solo lo utilizaban y donde dependía de un chico mentalmente destrozado que podía mentirle con una sonrisa en la cara y que pocas veces era capaz de decirle la verdad.

Hyunjin se encontraba mental y físicamente cansado, ya no sabía cómo seguir o que decisiones tomar con respecto a su propia vida, una vida que cada día en ese mundo parecía pertenecerle menos. Pero lo que más a asustaba a Hyunjin era el sentimiento de dependencia que estaba creando alrededor de Minho, le daba miedo estar lejos de él. No sabía si por supervivencia o algo más.

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Boy meets killer - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora