Prólogo

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Ocho años más tarde.

-¡Vamos papá!-gritaba un niño corriendo por las calles, con un gorro que le quedaba enorme-¡Vamos a llegar tarde! ¡Además, también va a estar Mextina! -exclamó.

El padre del niño sonrió ante su entusiasmo, y llamó a la puerta de la casa dónde le aguardaba su hijo. Entonces, un país con cincuenta estrellas en su bandera les abrió la puerta.

-¡Ucrania!-exclamó Usa, al abrir la puerta-¿Y como está mi pequeño maple?-dijo alzando al niño, que reía.

-¡Tío Usa!-exclamó el niño-¡Mira lo que me ha dado papá!-exclamó señalando el enorme gorro que llevaba. Usa abrió los ojos al verlo.

-¿Es el gorro de Can?-le preguntó a Ucrania, que asintió.

-¿¡A que me queda genial!?-exclamó en niño. Luego miró dentro de la casa-¿Están Mextina, Amelia y Alexia?-preguntó.

Amelia, hija de Rusia y Usa, Alexia, hija de Alemania y Chile, y Mextina, hijo de México y Argentina.

-Si, están en el cuarto de Ame-dijo Usa. Luego añadió-¡Ten cuidado, que tu tío no está de buen humor!

-¿Rusia?-dijo Ucrania-Pero si es su cumpleaños...

-Nos acaban de dar una hermosa noticia-dijo Usa-Pasa, y lo verás.

Cuando Ucrania entró, se encontró con una escena muy cómica. Argentina y Bielo miraban la escena con cara de circunstancias, mientras que Australia y Zelanda se partían de risa, el resto de los hermanos de Rusia, trataban de mantener la paz, y algunos se reían, mientras México chillaba: "¡Dale con la silla, Tripalosky!". Y Alemania asentía con la cabeza, como si entendiese las razones del ruso. Y Chile miraba a su esposo con cara de "Alemania, por favor". Mientras que Edric había optado por dormirse en el sofá, apoyado en le hombro de Mateo, el cual, ni se inmutó.

Y es que Rusia empuñaba un bate, y perseguía a dos capitales que corrían como locas por toda la casa. Detrás de Rusia, otra capital trataba de impedir el asesinato de las dos primeras.

-Ni Alemania reaccionó tan mal cuando se enteró de que Berlín salía con Kitsu...-murmuró Anastasia, apareciendo por detrás. Kitsu era una de las provincias de las Islas Nezuko, territorio de la cuarta hija de ONU. Alemania había estado a punto de matar al chico cuando le había pillado besándose con Berlín. -Yo creo que Ottawa y Washington no sobreviven.

-¡Rusia, déjalo ya!-exclamaba Moscú, mientras Rusia perseguía a Ottawa y a Washington, el primero intentando explicarse, y el segundo, entre llorando y riéndose.

-¡En cuanto los mate!-exclamó Rusia.

-¡S-Señor Rusia, déjenos explicarle, por favor!-exclamó Ottawa

-Sigo sin entender-dijo Ucrania.

-Moscú espera mellizos-dijo Anastasia-Les ha parecido que la noticia sería un buen regalo de cumpleaños para Rusia.

En ese momento, Washington aprovechó la ventana abierta para saltar al jardín, con Ottawa detrás, llevando la persecución al jardín.

Moscú suspiró y se dispuso a seguirles. Si seguían así, se quedaría viudo.

-¡Venid aquí, vosotros dos!-exclamó Rusia.

-¡Hoy es un bonito día para morir!-exclamó Washington.

-¡Señor Rusia, deje que-

-¡AY!-exclamó alguien de pronto.

Ottawa, Washington, y Rusia se pararon de golpe, y miraron hacia atrás. Moscú se había tropezado, y se agarraba el tobillo.

Antes de que Rusia pudiese reaccionar, Ottawa y Washington ya se encontraban al lado de Moscú.

-¿Estás bien?-exclamó Ottawa.

-Me he torcido el tobillo...-murmuró.

Al oír esto, Washington le cargó en brazos, y le llevó dentro, mientras Rusia se acercaba.

-Señor Rusia-dijo Ottawa, llamando la atención del ruso-Entiendo que se altere. Moscú es su hijo, y no le habíamos comunicado a usted que planeábamos tener un bebé, pero...-murmuró-Se qué Moscú es importante para usted, y por eso se altera tanto, sin embargo... él también es muy importante para Washington y para mi...

Rusia se quedó callado, viendo como Washington alzaba el pie de Moscú en la mesa, sobre un cojín, y le ponía un poco de hielo, mientras le preguntaba algo. Entonces, Ottawa se acercaba y le daba un beso en la frente. Rusia suspiró.

-Yo creo que puedes confiar en ellos-dijo Usa, mirando a su marido-Aunque, sinceramente, si Washington hubiese quedado embarazado, también los habría perseguido...-eso le sacó una sonrisa a Rusia.

-¡Papá! ¡Dad! -exclamó una niña-¡Mirad lo que he dibujado!

La pequeña Amelia se dirigía hacia sus padres, con un dibujo familiar en las manos.

-¡Que bonito, cielo!-dijo Usa.

-¡Amelia, ven aquí!-exclamó Zelia, la hija de Zelanda y Bielo-¡Hay que planear la boda!

-¿Qué boda?-dijo Rusia.

-Es que Canucra ha dicho que se va a casar con Mextina cuando sean mayores-explicó Amelia, haciendo que Argentina se girase y Usa riese-¡Yo voy a ser la dama de honor, y Kadmiel va a ser el padrino!-la niña hablaba del hijo de Australia y Kazajistán.

-¡ No manches, Arge, se nos casa el pibito!-exclamó Mex

-Por encima de mi cadáver...-murmuró Arge con voz de ultratumba

Usa rio, y se quedó mirando la escena. Los niños jugaban y Amelia trataba de ponerle un vestido de princesa a Mextina, diciendo que era "El vestido de novia"

-Usa...-dijo Rusia, mirando a su pareja- ¿Eres feliz?

-Muy feliz, Rusia...-dijo Usa, con una sonrisa-Gracias...


Five Stages of Grief -Usa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora