Mi pérdida

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No sé si existe la leve posibilidad de que mis labios algún día olviden la suavidad de los tuyos, de que mi cuerpo no extrañe el calor abrasador que emanabas al envolverme en tus brazos, o el fino roce de nuestro tacto al enlazar las manos para seguir por el sendero de aquel ahora, que hoy, es solo un recuerdo que se disipa día con día, en el mundo del ayer. Muy seguramente no lo sepas, y probablemente nunca lo sabrás, pero respondiendo tus dudas anteriores, sí, sí muero por ti. Muero porque ahora no sé quién soy, y desfallezco aún más, al cuestionarme en qué momento te coloqué sobre mí. Muero porque me ahogo en el insondable mar de mis pensamientos, y muero porque fui lo que quisiste y ahora solo soy el resultado de tu creación.

Encender una farola dentro de mi ser me daría paz, aunque en el fondo de todo, siento que deseo estar a oscuras. Sin embargo, hasta la oscuridad me recuerda a ti, por tu sombría y criptica alma. Es inaudito como logras cubrir lo que eres con lo bien que te ves, y como consumes lo que te rodea con tu falso querer. Dedicar mis palabras al amor es pensar en ti, y decir que lo odio es saber que no puedo tenerte. Esto suena incongruente, tan irracional como lo que eres.

Detesto que mis memorias aliadas a ti sobrevivan en mi subconsciente, pero a la vez deseo verte en mis sueños. Están insensato todo lo que siento, tan necio como lo que somos y escondemos.

POEMARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora