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Zhan entró al departamento de su novio a eso de las diez de la mañana con una pequeña maleta con ropa, mañana ya sería su celo por lo tanto se quedaría en su casa como Yibo hizo con él. El omega no era tan loco como su alfa para despertarse un sábado a las seis de la mañana.
Dejó su maleta en la cocina y caminó hasta la habitación de su alfa, abrió la puerta y lo vio tranquilamente durmiendo, rodeo la cama y se acostó a su lado corriendo algunos mechones de su castaño cabello. Con su dedos acarició suavemente su mejilla y luego sus delgados labios.
No quería despertarlo, se veía tan tranquilo y tierno. Yibo era alguien muy guapo y buena persona. Tenía suerte de tener a alguien como él.
─Bo...─ lo llamó moviéndolo pero éste no hizo caso ─Yibo─ nada.
El omega frunció el ceño, pero a los segundos ese ceño fruncido fue reemplazado por una sonrisa traviesa, se acercó más y empezó a soplar en el rostro del alfa. Éste frunció el entrecejo entre sueños y movió levemente la cabeza, estaba soñando con su omega y por alguna razón una fresa gigante lo secuestró. Zhan desayunó un batido de fresas antes de ir.
Xiao siguió con su pequeña travesura hasta que la alarma del alfa sonó estruendosamente despertándolo de golpe ocasionando que ambos se golpearan en la frente.
─¡Joder!─ se queja Wang poniendo una mano sobre su frente por el dolor ─Mierda, ¡¿qué estás haciendo, Zhan?!
─¡Quería despertarte y terminaste golpeándome!─ lloriquea el omega ─Eres un abusivo.
─¡Pero si tú...! Okey─ suspira apagando la molesta alarma ─¿No ibas a venir más tarde?
─Sí... pero mmh ya quería estar contigo...
Yibo sonríe y tomó del brazo al omega para acercarlo y recostarlo en su pecho.
─Yo también ya quería estar contigo.
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