A mi manera ||Jeongcheol|| •ONE SHOT•

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La noche que en algún momento había sido fría comenzó a convertirse en una hoguera de sensaciones, que llevaba dentro una brasa formada por los ardientes deseos de dos hombres que parecían de todo menos compatibles.

Besos deseosos con ansia se pasaban entre si, sintiendo con cada segundo como la chispa de lo candente atravesaba por sus cuerpos encendiendo hasta la llama más apagada que pudiera haber dentro de alguno mientras que con mordiscos y lamidas saboreaban la lujuria de sus deseos más carnales.

No sabían como llegaron hasta ahí y ni siquiera estaban conscientes de lo que estaba pasando pero bien dice que la tentación puede más que la cordura.

Cuando el mayor tomó a su contrario fuertemente del rostro para profundizar aún más sus besos, este se retorció en medio de una queja luciendo imcomplacido.

—No soy tu maldito omega —espetó— si vas a jugar conmigo al menos hazlo de la manera en que lo merezco.

Seungcheol, en vez de enojarse, sonrió con malicia.

—¿Y quién dijo que te veo como mi omega? —añadió en tono juguetón— El hecho de que seas dominante me está volviendo loco —se acercó hasta su oreja, respirando de manera pesada y con voz ronca susurró— Tú me traes jodidamente loco.

Jeonghan tuvo que hacer su mayor esfuerzo para mantener la cordura, para disimular que también sentía una necesidad inmensa por su amigo alfa que de alguna manera había logrado plantarse en su lista de deseos más extraños.

Choi Seungcheol y Yoon Jeonghan se conocieron hacía varios años, cuando asuntos de negocios los terminaron uniendo para crear el plan más exitoso que había tenido Corea del Sur en el año 2019. En ese momento, ambos disfrutaban de hacer cosas de amigos que no cruzaban los estándares de ésta. No tenían omegas realmente, ambos solían liberar su deseo sexual cuando alguno que otro los atraía en su etapa de celo pero jamás habían tenido esa conexión extrema que les pedía quedarse; debido a esto ambos solían frustrarse bastante y no había pasado nada... hasta esa noche.

Ambos estaban frente a frente, mirándose a los ojos deseosos y sintiendo como sus emociones era tan palpables como agua al tacto.

—No quiero que me trates como si fuera uno de ellos —demandó Yoon— y tendrás que hacerlo a mi manera.

Choi al inicio no estaba convencido, tampoco le agradaba la idea de tener que hacerse de sumiso pero deseaba tanto poder tocar a Jeonghan que le empezaba a restar importancia con cada segundo que pasaba.

Apenas y asintió cuando el menor lo tomó fuertemente del cuello para luego unir sus bocas en un beso igual de candente que el inicial. Sus bocas se iban explorando a medida que una por una las prendas iban saliendo de sus cuerpos, dejando al descubierto de cada uno lo perfectos que eran.

Ambos eran dos grandes alfas que jamás imaginaron encontrarse de tal manera pero ir en contra de las reglas sonaba tan apetecible...

Al encontrase completamente desnudos, Seungcheol intentó expandir su tacto a través del cuerpo de Jeonghan pero este se lo impidió en medio de una mirada traviesa. El mayor renegó pero la curiosidad de ver hasta donde llegaba su gran amigo empezaba a removerle el estómago de la expectativa.

Jeonghan lo hizo tomar asiento hasta el borde de la cama para después alejarse y mirarlo de todos los ángulos posibles en su mejor estado: completamente desnudo. Seungcheol alzó la barbilla viéndose solo como un alfa podía hacerlo; ojos deseosos que gritaban peligro y a la vez exigían sexo. El más joven se relamió los labios antes volver a acercarse y hacer un ademán para besarle pero antes de permitir que sus labios se volvieran a juntar este empezó a dejar besos húmedos en el cuello de Seungcheol.