𝐎𝐇, 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐈𝐃𝐀 𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 ━ Vance Hopper

ii. cold blood

1981, colorado.

—Hey, rubio. ¿Por qué tan frustrado? — me puse de rodillas a su lado al verlo sosteniendo hilos de su cabellera entre sus dedos con frustración, Bruce negó y yo solo me encogí de hombros.

—Por favor, Heather, si solo vienes a joderme. Aléjate, hoy no estoy de humor— su tono de voz tan serio hizo que aquel asunto fuera tomado con la importancia que mencionó.

—no, prometo no joder si tan sólo me dices que te pasa— mis manos no sabían bien donde colocarse, aquello era extraño de ver e incluso para mi hermano también, ya que intentó sacarme a penas vió al contrario apretar más sus manos contra su cráneo.

— tengo una banda, su nombre es cold blood. El problema es que tuve una discusión con el vocalista y se fue de la banda, y ahora no tengo vocalista y vamos a dar una presentación en un pequeño bar alejado de la zona. Y no se que hacer, yo no sé cantar y aunque los otros integrantes supieran, los necesito en sus instrumentos. — Bruce y yo nos miramos entre sí, y antes de que pudiera decir algo, el se adelantó.

—Heather canta, estuvo en clases de canto y en el coro de la iglesia— me arrebató el aliento, mi sueño nunca fue la música, yo anhelaba estudiar arquitectura. Pero viendo a Vance en aprietos, sabía que aquello sería temporal, éramos adolescentes jugando al sueño de Hollywood, no creía que llegaríamos tan lejos.

—Uhm, ¿Heather? Podrías ayudarme, si quieres solo hasta que consiga un reemplazo, después de eso, prometo dejarte libre, solo no quiero quedar mal, son trescientos dólares que nos van a servir muy bien— Vance nunca me había pedido nada, era obvio que iba acceder puesto a que el me gustaba.

—okey, okey, okey. Solo porque me lo estas casi suplicando y nunca te había visto tan humillado— le golpee ligeramente el hombro y eso pareció aliviar toda pena guardada dentro de sí, haciéndolo soltar un suspiro de alivio.

aquel sábado me aliste lo más oscura que mi closet me lo permitió, con un pantalón de cuero sostenido con dos tirantes negros, un cinturón negro con una enorme hebilla cuadrada color plateada, una camiseta blanca medio rota que llegaba hasta mitad de mi abdomen, una chaqueta de cuero negra, el cabello alborotado con mil capas de spray para fijar el pelo y por último. Unas viejas botas industriales, desgastadas que usaba técnicamente hasta para dormir.

A penas llegó la hora acordada y escuché el timbre, acomode mi vestimenta nerviosa mientras escuchaba a Vance negociar con mis padres, mire de reojo por la ventana.

— Te quiero aquí a penas termines de cantar. Señorita, o estarás en graves problemas. — sabía que el sueño de mis padres es que tuviera el éxito que ellos no pudieron, aunque mamá era más fan del pop. No se negaba, incluso se le veía ilusionada, ni siquiera confiaban en Vance Hopper, solo querían que mis sueños siguieran su curso y yo les agradecía por ello.

—vámonos, rubio— corrí hasta la puerta de la caravana y me subí en la parte delantera, despidiendome con la mano antes de mirar al frente.

—te miras bien hoy, Heather Yamada. — pronunció Vance, y yo, como chica de baile de primavera, me ruborice, sonriendo tímidamente antes de atacar con un pequeño comentario pasivo-agresivo.

—yo siempre me veo bien, aunque tu también te miras bien, este. — miré su sonrisa y me acomode cómodamente sobre el asiento.

Al llegar, sentía los nervios a flote, suspirando reiteradas ocasiones para calmar mis nervios. Jugué con mis dedos frustrada, a penas y había tenido unos días para aprender las líricas de las dos canciones de su autoría, lo único que me aliviaba es que lo demás eran solo covers de otras bandas.

mis piernas flaquearon al encontrarme detrás del pequeño escenario montado mientras nos presentaban y me sostuve como pude del micrófono, mire la señal del baterista y seguí el ritmo con mis pies, tratando de no perderme.

Mi voz siguió por si sola, me asusté bastante al no escuchar al público pero a medida que agarraba la confianza que alguna vez perdí, escuchaba los aplausos y los ánimos, liberando toda la carga de adrenalina que llevaba guardada por los nervios.

Al finalizar agradecí y bajé temblorosa.

—¡Eso fue increíble, Heather! — escuché virotear a los demás, mientras Vance por primera vez me abrazó e incluso me agradeció. Mientras yo solo me encontraba pérdida en la sensación húmeda de sus brazos apretando mi cuerpo contra el suyo y el olor de su perfume varonil desvanecido por la transpiración.

—Gracias, Vance. Solo fue un favor, ¿no? — los demás llegaron abrazarnos por detrás y corearon entre sí.

—deberías quedarte Heather— pronunció Peter, el bajista. Y yo solo fruncí el ceño ligeramente mientras miraba a Vance.

—no depende de mi Heather, si quieres quedarte, eres más que bienvenida. Aunque advierto, soy estricto, más con las rebeldes como tú. — aquellas palabras llenaron mi corazón porque me colgué de su cuello y solté una risa.

— pues saluden a la nueva vocalista de cold blood— y en ese momento pareció congelarse mi mirada con la suya y caí en cuenta, que yo ya estaba enamorada de Vance Hopper.

como pueden darse cuenta, son pequeños relatos a pasado, a medida que avancen se volverán presentes y más largos, por ahora son sólo memorias de como llegaron hasta el punto principal del conflicto.