Destruccion

Capítulo 1

Cariño, no te preocupes, todo irá bien... Repetía mi mente recordando la conversación que tuve con la ilusa de mi madre.

¿Qué todo irá bien? Si todo fuera bien ahora ya estaría vestida y perfecta para ir al instituto, sin embargo estoy aquí, sentada en el suelo apoyada en la puerta del baño, en el que mi condenado hermanastro lleva ya 40 minutos.

-¡Por favor Dani! ¡Voy a llegar tarde y será por tu culpa!- le grité a mi hermanastro desde el otro lado de la puerta.

-¡Podre cargar con eso!

-¡Es mi primer día, enserio, sal ya del maldito baño!

-¡Cuánto más me distraigas más tardare!

-¡Cuánto más tardes más te pegaré!- grite desesperada, a lo que él únicamente rió.

Escuche como el agua de la ducha dejaba de caer y me levanté. A los segundos, la puerta se abrió y allí estaba Daniel, mi hermanastro. Tenía 16 años, el pelo rubio y corto aunque ahora por el agua se le había oscurecido, lo tenía revuelto y extremadamente sexy. Tenía una toalla por la cintura dejando ver su profunda V y sus marcados abdominales. Su cara estaba adornada con una imbécil sonrisa de superioridad, que yo detestaba.

Tosió falsamente y levante la mirada hasta encontrarme con sus preciosos ojos verdes- Si no fueras mi hermana, diría que me estas violando con la mirada pequeña... - Yo me sonrojé, me había pillado mirándolo. Se rió y se fue mientras yo, estaba plantada como un palo enfrente del baño. Hasta que escuche unos pasos rápidos y me giré. Vi a mi otro hermanastro, Diego de 14 años. Como no, rubio también. Iba con un pijama negro y venía corriendo hacia mí. Antes de que me diera cuenta, ya estaba delante de mí y la puerta del baño se estaba cerrando, para mi mala suerte no era yo la que la cerraba.

-¡Diego te mato! ¡NO NO NO! ¡Me toca a mí, llevo esperando más de media hora! ¡DIEGO!- grité mientras aporreaba la puerta.

-Vale vale, tú entras. Pero yo no salgo- dijo sin abrir la puerta- Nos podemos duchar juntos, al final y al cabo somos familia.

Di un grito de desesperación y fui hacía mi habitación con la idea de que esta mañana no me iba a poder duchar. Así que me vestí y bajé a desayunar. Mi madre, Julia y mi padrastro, Evan estaban con mi hermanastra mayor, Cristina, tenía 18 años y era su primer día de universidad, era delgada y muy guapa, tenía el pelo largo, liso y rubio y sacaba muy buenas notas. Quería estudiar una carrera de derecho, cosa que yo veía un coñazo pero bueno tampoco conocía muy bien a mis hermanastros, no sabía lo que les gustaba... Los había visto unas cuantas veces en comidas que tenían mi madre y su padrastro para juntarse en Madrid, aunque tampoco habíamos hablado mucho, por no decir un ''Hola'' y ''Adiós'' a pesar de ser prácticamente familia. Y ahora a convivir con ellos, nuevo colegio, nueva familia, nueva ciudad; nuevo yo, supongo. Me dirigí al comedor y en la gran mesa estaba Paula, mi última hermanastra, también rubia como todos los ''Lawrence''. Tenía 7 años y estaba vestida con el mismo uniforme que yo, solo que el mío tenía la falda gris y el jersey granate mientras que su falda era a cuadros y el jersey azul. Además, estaba hablando con Rose, nuestra niñera/cuidadora¿? (Limpiaba la casa y cocinaba la comida) Me senté junto a Paula y les eche una sonrisa a las dos mientras cogía un cruasán y llenaba mi vaso con zumo de naranja. A los 15 minutos o así yo ya había terminado de desayunar y sonó el timbre. Rose se me adelantó y fue a abrir la puerta. Se dejó a la vista un hombre alto y rubio, vestido con un traje negro, nuestro tío, Peter. Aunque bueno, biológicamente no es mi tío, sino el de Dani, Diego, Cristina y Paula. La pequeña fue corriendo y lo abrazó, mientras yo cogía mi mochila e iba a donde ellos estaban tranquilamente, con una sonrisa. Diego y Dani bajaron riendo y corriendo las escaleras. Saludaron a su tío y salieron por la puerta. Dani se fue en su scooter al instituto, y los demás en el coche de Peter.