"una historia donde hay amor puro, donde hay felicidad y lágrimas en un mundo dónde parecen que todo se va resolver con un simple "perdon" en un lugar algo parecido al nuestro, con la excepción de que allí hay personas y criaturas que son megicas y...
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Era temprano el sol todavía no salía, pero la alarma de un joven de cabellos negros sonaba a más no poder impidiendo que el ya mencionado joven no pudiera dormir "cinco minutos mas"
Pero lamentablemente para el joven iba a hacer imposible dormir un poco más, porque ese mismo día regresaba a clases y no es algo que le emocione del todo, a él no le gusta estar rodeado de un montón de vagabundos sin futuro, aunque esos vagabundos sean sus amigos
La alarma estaba chinge y chinge, ya no soportaba el sonido que emitía la alarma se cubrió sus orejas con una almohada pero ese sonido seguía presente y al joven eso le estaba molestando al punto de apagar la alarma de un manotazo para que deje de estar mamando
-De todos modos voy a llegar tarde... - el joven cerró los ojos despreocupado de la vida y sus problemas
Cuando ya casi se iba a ir otra vez al mundo de los sueños alguien abrió la puerta con fuerza haciendo que el joven se levantará del santo susto que le ocasionó el sonido
-¡levántate Spreen! No estoy pagando más de 1000 pinches pesos en colegiatura para que te quedes dormido - una ¿señora? Le gritó a Spreen para que se levantará tirándole una chancla de color rosa en la cabeza
-auch, vieja eso no es para tanto... - se frotó los ojos y la cabeza para después tomar su teléfono, en cuando vio que horas eran se levantó de su cama en verguiza - ¡¿porque no me levantó temprano?! - le dijo a su madre
Su madre miró indignada a su tan amado hijo
-aaa yo te tenía que levantar - hablo con un tono de sarcasmo - ¿no me dijiste que tú mismo te ibas a levantar más temprano, porque ya eres grande y no se que? - se estaba riendo viendo a su hijo correr buscando su uniforme escolar
Spreen no podía luchar con eso, el sabia que le dijo a su señora progenitora que se iba a levantar temprano
-aah - suspiro con derrota - es cierto... buenos días vieja
-Buenos días corazón, y apresúrate que ya casi está la comida para que bajes a comer mi amor - cerró la puerta dejando a Spreen completamente humillado por su propia madre
-ya que...
El joven Spreen encontró su uniforme del año pasado, estaba algo... decente, de igual manera no le importa mucho como se miraba con el uniforme, esa cosa era horrible según el
Como buen muchacho responsable se puso su informe arugado y con manchas de dudosa producía, pero no tan visibles, en cuanto se miró al espejo, el tenía razón, él uniforme aparte de quedarle como trapo estaba horrible
Abrió uno de sus cajones y sacó una banda de plástico color roja, dos broches de color azul y rojo, se los puso en su cabeza. Miró por un rato y trató de acomodar los broches para que se miraran bien en su cabello desordenado, algo maltratado pero divino, cuando vio como le quedaban teles coas en su cabello sonrió al ver como quedó, el sintió que se miraba diferente y se sentía más cómodo con esas cosas puestas, aparte que le quitaban ese aspecto de vagabundo drogadicto de la esquina con el uniforme, aparte que se sentía lindo porque una persona muy especial se las dio
