Capítulo 1

30 7 2
                                    

-Venga, vamonos.-Dice Fer pasándome el brazo por encima de los hombros y tirando un poco de mí.

-No, todavía no.-Hago fuerza para quedarme en el sitio.

-Tenemos que irnos, hace dos horas que el funeral ha acabado, no puedes seguir aquí mirando la lápida durante horas.

-Sí que puedo, por eso lo estoy haciendo. Necesito más tiempo.

-Sé que no es fácil, pero hay que irse, está a punto de anochecer y todavía hay que llegar a casa.

-Pero todavía no me he despedido Fer.-Comienzo a llorar otra vez.

-Sí que lo has hecho Pedri, lo que no has hecho ha sido asimilarlo, estás aquí plantado mirando un trozo de mármol esperando que ella salga de su ataúd y vuelva contigo, y eso no va a ser posible.-Se acerca y me abraza con fuerza.

-Es que no estoy listo para asumirlo Fer, no soy capaz de aceptarlo. No soy capaz de asumir que hace un rato he enterrado a mi media mitad, a mi alma gemela. No sé si en algún momento seré capaz de aceptarlo.

-Yo creo que sí que lo llegarás a aceptar, y con el tiempo lo superarás. Podrás vivir, siempre estará ahí contigo sin estarlo, pero sabes que ella siempre dijo que quería que después de que esto pasara volvieras a rehacer tu vida, volvieras a salir con alguien, disfrutaras de tu vida y que fueras feliz.

-Lo sé, pero yo quería que eso pasara con ella a mi lado y no va a poder ser porque está muerta Fer, está muerta.-Me derrumbo completamente y mi llanto se convierte en uno desesperado, uno que me rompe por dentro, uno que expresa todo el dolor que siento dentro y lo mal que me encuentro.

-Vamos Pedri.-Mi hermano me sostiene y tira de mí.-Vámonos y en casa te tumbas y lloras tranquilamente, pero ya no puedes seguir aquí, no creo que sea bueno para tu salud mental.-Sigue tirando de mí hasta llegar al coche, me siento en el asiento del copiloto y espero que me lleve a casa.-Ponte el cinturón.-Me dice con toda la razón del mundo así que me lo pongo y ahora sí que sí nos vamos a casa.

He perdido la concepción del tiempo porque hace un segundo todavía estábamos en el cementerio y ahora ya estoy en mi cama mirando al techo con el pijama puesto con Fer al lado.

-Fer.

-Dime.

-¿Crees que seré capaz de salir de esta?

-Yo creo que sí, eres muy fuerte y valiente.

-Es que yo no sé si seré capaz, lo veo todo negro ahora mismo, y no sé si seré capaz de verlo de otro color en algún momento.

-En realidad estás en un mundo lleno de colores, lo que pasa es que la bombilla que iluminaba todo permitiendote apreciar todos esos colores se ha fundido y al dejar de emitir luz no eres capaz de apreciar los colores, así que ahora te va a tocar cambiar esa bombilla que ya no brilla para en su lugar poner otra que emita la luz que te permita volver a ser capaz de ver todos los colores que hay a tu alrededor.

-Me estás diciendo que yo era feliz por tener a Martina en mi vida, pero ahora al haberse ido voy a tener que buscar otra persona que me haga feliz para vivir de nuevo.

-Yo no te estoy diciendo que busques a otra persona, o tal vez sí, no lo sabrás porque eres tú el que tiene que buscarle un significado a lo que te he dicho.
-Se lo buscaré, tú tranquilo.-Digo y me giro dando por finalizada la conversación e intento dormir, ha sido un día demasiado largo como para seguir despierto un poquito más.

Esto es el primer capítulo de una historia que voy a escribir pero al menos hasta q la tengo más desarrollada no la voy a subir, por lo tanto es solo eso, un capítulo para saber opiniones

Aprender a despedirseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora