Persefone

Capítulo 12

Hola mis chibi-chibis, ojala y les guste

Sakura decidió ayudar a Sasha con la barrera que había creado en el Santuario, con la ayuda de su hermana fue que Sasha pudo aliviar la carga que era mantener esa barrera en pie. Fue tras la puesta del Sol y un ataque fallido por parte de Kagaho y su grupo que Hades apareció en el Santuario, listo para atacar a Athena

El dios se manifestó al romper la barrera, algo que ambas diosas sintieron, Alone se posiciono en Star Hill, el Rey del Inframundo no perdió tiempo para soltar un ataque devastador que daño parte del Santuario y dejo muertos y heridos por doquier. Tras asegurarse de que nadie interviniera, el dios quedo frente a Athena, aun así alguien intento herirlo, solo que Sísifo fue dañado por su propia flecha, quedando en el limbo entre la vida y la muerte; Tenma llego después de cumplir su misión en el Inframundo, listo para luchar contra el que alguna vez fue su amigo

Tras una breve discusión, Cerbero apareció listo para atacar, la mascota de Hades fue abruptamente detenida, la bestia cayo al suelo gimiendo y retorciéndose de dolor, la criatura había sido atravesada por grandes y espinosas enredaderas; el hijo de Cronos busco al responsable de tal acto y sus ojos se abrieron por la sorpresa al ver a la gitana que había conocido años atrás, solo había una explicación para ello

-Con razón no te encontraba, Perséfone-una gran euforia recorrió su frío ser, la humana que o había encandilado en esta era y su esposa eran la misma persona, era tan perfecto para él, había encontrado a su musa y obviamente la haría volver al inframundo, volvería a su lado, el lugar donde pertenecía

-Hades-gruño Sakura con odio-me sorprende tu descaro, solo ocupas el cuerpo de personas puras, pero eres el ser más despreciable que ha existido desde Cronos, es irónico que tú seas su carcelero, en mi humilde opinión-lo observo con absoluto desprecio-tú también deberías estar en el Tártaro y tus sirvientes también, tienes a tres miserables como Jueces del Inframundo y son un lastre para la humanidad-resoplo-pero bien dicen, "la escoria siempre esta junta"-

-Es una lastima que digas esas cosas-Hades no parecía afectado a simple vista-te había extrañado durante todo este tiempo y nuestras hijas también-

-No bromees-la diosa se molesto-tú les hiciste la vida miserable y más a Macaria, la casaste con alguien más miserable que tú-le recordó-créeme que entre tú y Thanatos, al bastardo lo destruiría yo misma y me aseguraría de que su alma también fuera hecha cenizas-

-Ya veo-dijo con calma Alone/Hades-te has vuelto muy descarada después de estar en este lugar, te perdono por esta vez, pero ya es hora de que vuelvas a donde perteneces, conmigo-Aldebarán se coloco frente a la deidad, listo para luchar y morir por ella de ser necesario, se lo debía a Asmita, era lo único que podía hacer para honrar su memoria

-No lo creo-dijo Sage con una pequeña sonrisa-es hora de detenerte de una vez por todas, Hades-el dios quedo inmovilizado al estar atrapado en una barrera de talismanes hechos con la sangre de Athena, Alone reconoció a Sage y no pudo evitar burlarse de él 

Pero alguien más intervino, fue la voz de una mujer la que interrumpió a todos, el cielo se oscureció rapidamente; de las oscuras nubes surgió una luz oscura y de esa luz salió un carruaje negro, tenía siniestras decoraciones y era tirado por 3 caballos negros sin cabeza, Cheshire era el cochero

Esa voz femenina se burlo de Athena y sus guerreros, quien salió del carruaje no era otra que Pandora, la mujer uso su tridente para soltar una corriente eléctrica que afecto a todos a su alrededor

-Vamos, Señor Hades-su voz se volvio dulce con su amo-suba al carruaje, por favor-el Patriarca la reconoció y se lo hizo saber a Aldebarán

-Ya decía yo que algo andaba mal aquí-Sakura se elevo para quedar al lado de su hermana y ver de frente a Pandora-sin duda eres igual a tu hermano, esposo-dijo con burla y sarcasmo notables-la señora del lugar se va y una mujerzuela intenta ocupar su lugar-un gran defecto en cualquier diosa era su posesividad con sus maridos, Hera, Anfitrite y ella despreciaban a las amantes de sus maridos y habían impuesto castigos muy terribles para todas ellas y hasta para sus hijos