🦷⠀⠀ꔫ⠀ 不滅の⠀ ♡ ⠀𝗍𝖾𝗍𝖾𝗀𝗈𝗈.
jeon jungoo es un conejito que
intenta⠀ seducir ⠀con ⠀ropitas
reveladoras ⠀al⠀vampiro⠀más
sexy, atractivo y 'aterrador' del
vecindario, con⠀la⠀espera⠀de
ser⠀devorado.
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con sus manitos temblorosas, hace que la afilada punta del alfiler adentrarse despacito en su tierna carne, perforando su delicada piel, y creando una pequeñita herida en uno de sus delgados deditos.
jungoo gimotea poquito por el leve dolor del pinchazo, pero mirando orgulloso, y con una bonita sonrisa, como una gotita roja y reluciente de sangre cae en el vaso con leche de fresa.
el conejito suspira contento. es un hermoso y cálido día para prepararle un delicioso desayuno al bonito vampiro que tiene de vecino; el híbrido había cocinado unas galletitas con chispas de chocolate, pero eran muchas, entonces, ¡pensó en compartirlas con su nuevo vecino!, sería una gran oportunidad para acercarse al atractivo hombre.
el conejito jeon no ha tenido la posibilidad de tener una conversación con él, pero, ha tenido la suerte de verlo desde lejitos... y es un vampiro tan sexy, en jungoo ha despertado un deseo, de ser dominado por aquel inmortal.
el omega colocó en una bandeja colorida, un platillo con galletitas y el vaso de vidrio con leche de fresa, y se dirigió a la casa de al lado, no sin antes acomodar sus prendas. googie estaba usando un short cortito que deja a la vista sus lindas y contorneadas piernas, en la parte de arriba sólo era suéter blanco de lana suave.
cuando llegó a la puerta principal del hogar del vampiro, suspiró temeroso antes de tocar el timbre, una, dos, y tres veces lo hace. pero nadie dió señales de vida en la tenebrosa casa.
cuando creyó que nadie abriría, un hombre esbelto, poquito bronceado, pelinegro, de ojos rojos, y guapo, le abrió la puerta.
"uh, ¡hola!" el conejito saludó, sonriendo tímidamente, su carita se enrojece al estar cerca de un vampiro tan hermoso. pero, sale de su mundo al escuchar un carraspeo del mayor. "hu-uh, soy jungoo, su vecino de al lado. ¡traigo g-galletitas para darle la bienvenida!" jungoo le sonríe bonito, mostrando sus dos dientecitos de conejito.
"mhh, oh, ¿así que tú eres él que no me deja dormir?" dijo el inmortal, analizando de píes a cabeza al híbrido conejito, maravillado de la piel lechosa y brillante del mocoso que interrumpe sus horas de dormir.
el vampiro se percató que el dulce cuello del omega estaba polveado de azúcar, su sonrisa delata picardía, jungoo está casi desnudo a sus rojizos ojos, súbitamente sintió hambre.
"¿uh, huh? ¡lo siento, no sabía, lo siento por molestar, señor!" jungoo empieza a disculparse rápidamente, nervioso, el vampiro es tan intimidante. "y-yo, yo sólo quería darle la bienvenida a éste agradable vecindario, lo siento..." las orejas del híbrido bajan hasta casi ocultar sus grandes ojitos.
lindo. el vampiro lo piensa.
"pensé que... todos me temían." el pelinegro ríe, y el rubiecito sonríe nerviosamente. "no presté atención a tus palabras, perdóname también. puedes decirme qué es lo que traes para mí, ¿conejito?" preguntó el vampiro, aún en el marco de la puerta, mirando fijamente al más pequeño.
"o-oh, sí. hum, aquí, estás son galletitas con chispas de chocolate, y ésto es leche de fresas, todo es natural, pe-pero creo que le gustará más la leche, tiene un toquecito especial... sólo para usted." jungoo explicó entusiasmado, susurrando lo último.
"¿la leche me gustará más?" el vampiro sonríe, curioso de saber cuál es el toque especial.
el pelinegro obediente, toma en una de sus grandes y venosas manos el pequeño vaso, para después llevarlo a sus labios, mientras sigue mirando al conejito. cuando una gotita de leche cae en su larga lengua, el mayor entiende todo.
por instintos sus ojos se vuelven super rojos. el vampiro bebe toda la leche de un sólo trago, lamiendo sus propios labios después, gimió encantando por el sabor a sangre.
"mhg, pequeño. ¿te das cuenta que podría haber reaccionado impulsivamente...?" el señor vampiro habló, su voz ronca alterando las hormonas del rubiecito. el mayor se inclina hasta la altura del indefenso conejito, murmurándole al oído. "podría haber perdido el control, y en éstos momentos... estaría comiéndote" después de decir éso, el hermoso vampiro desaparece, no sin antes llevarse las galletas consigo.
dejando a jungoo con las piernas temblorosas, su cuerpecito caliente, y... su agujero mojado.
"pero, ni siquiera dijo gracias, que grosero, ¡huh!" jungoo lloriquea, mirando la bandeja sólamente con migajas en sus manos.
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