🦷⠀⠀ꔫ⠀ 不滅の⠀ ♡ ⠀𝗍𝖾𝗍𝖾𝗀𝗈𝗈.
jeon jungoo es un conejito que
intenta⠀ seducir ⠀con ⠀ropitas
reveladoras ⠀al⠀vampiro⠀más
sexy, atractivo y 'aterrador' del
vecindario, con⠀la⠀espera⠀de
ser⠀devorado.
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después de aquel día, jungoo no volvió a ver al vampiro. y éso desánimo mucho al conejito, porque, realmente no sabe cómo es que llegó a éste punto, a éstos bobos sentimientos, sí a él sólo le atraía el mayor porque es bonito y sexy.
el conejito desea llamar la atención de ése inmortal, y tal vez llegar a tener alguna relación, no amorosa, pero estaría bien una linda amistad.
por lo que, una brillante idea llegó a su cabecita de coco.
sólo ansiaba que el vampiro aceptará y esperaba poder saber su nombre, dado que no pudo preguntarle aquella mañana de lo nervioso que se sentía.
está vez, googie no molestaría las horas de dormir de su atractivo vecino, por lo tanto esperaría hasta el mediodía.
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⠀ el cielo azúl era hermoso con sus suaves nubes, y el sol resplandeciente.
un pequeño omega salió de su casita, saltando como el conejito que era, con alegría se dirigió a la casa de su nuevo vecino, sus saltitos hicieron a su linda faldita revolotear.
cuando estuvo enfrente de la puerta de la casa de su hyung, arregló su cabellito rubio con una sóla mano, y suspiró profundamente, antes de tocar el timbre.
su manito izquierda sostenía nerviosamente una tacita rosada, mordió su belfo inferior, y volvió a tocar el timbre.
comenzó a sentirse ansioso, pero por suerte, luego de un minuto, la puerta se abrió; del otro lado, apareció el vampiro, sólamente con una toalla un poco húmeda alrededor de las caderas.
el menor boqueó, sus mejillas rápidamente se tornaron rojizas.
del cabello mojado del vampiro, escurrían gotitas de agua hasta caer por el cuello, y perderse en los pectorales.
observó atentamente el empapado abdomen algo marcado de su vecino, sus ojos de bambie admiraron inocentemente la piel de caramelo, inevitablemente miró un poco más abajo, hasta el vello público de la zona pélvica.
sus orejitas bajaron, tímido desvío sus ojitos del cuerpo dorado al escuchar la voz grave del mayor.
el conejito murió de vergüenza en ése momento.
"mis ojos están arriba, ¿sabés, conejito?" el vampiro rompió el silencio, burlándose del omega que estaba por llorar.
"¡s-sí, ho-hola!, lo siento, hyung. o-otra vez lo molestó..." jungoo balbuceó, volviendo a mirar al inmortal, pero está vez a los ojos. "¿huh, debería volver en otro instante...?" el omega murmuró dudoso, aún tímido y sonrojado de encontrar a su vecino, por poco, desnudo.
el vampiro sonrió, dejando relucir sus colmillos puntiagudos ante los grandes ojitos del híbrido conejo.
"¿qué sucede?" preguntó el mayor al notar el pequeño recipiente que el omega sostenía en sus delicadas manos.
jungoo asintió poquito. "uh... por favor, ¿podría darme u-un poquito de azúcar?" el menor sonrió suavemente, esperando llegar a su objetivo. "uhm, e-está mañana se término mi azúcar... y o-olvidé comprarla en el momento que hice las compras." mintió 'levemente' nervioso.
el hombre mayor dudó de ello, ¿cómo podía desaparecer la azúcar de la vida del conejito?, jungoo, prácticamente, es un algodón de azúcar.
"bien, ¿quieres pasar adentro?" el vampiro retrocedió unos pocos pasos, amablemente dándole permiso al conejito de entrar a su hogar.
"gracias, hy-hyungie. prometo d-devolver el favor." jungoo agradeció quedito, antes de caminar a pasitos torpes hacía la puerta.
cuando el omega estuvo dentro de la casa, su naricita olfateó aromas mezclados; jugo de uva, cigarrillos y otro bastante varonil. era un aroma raro para él, pero no le desagradaba.
"espérame aquí, pequeño. iré a vestirme." dijo suavemente el hombre mayor, luego de cerrar la puerta por completo.
googie asintió, obediente. observó al vampiro retirarse de la sala de estar, y chilló suavecito, feliz de haber logrado acercarse un poquito más al sexy hombre.
el curioso conejito prestó atención a la pieza, la sala era grande y de estilo vintage, con muchos cuadros de pinturas clásicas.
"jungoo." el pelinegro apareció silenciosamente.
el vampiro había vuelto con los fuertes brazos descubiertos por el ligero doblado que le hizo a las mangas de su camiseta, junto a un pantalón chandal oscuro.
oh, que veloz.
"o-oh, hyung." el conejito asustadizo, giro su cabecita de coco hacía su mayor.
"ven, sígueme, bolita de algodón." el mayor demandó, sonriéndole bribón, dirigiéndose a la cocina.
y el omega sumiso con las mejillas rojas, aceptó. alegremente, siguió al vampiro.
"hyungie." jungoo inquirió, acercándose al mostrador de la pequeña cocina.
"¿mhp?" el vampiro murmuró, buscando en los estantes el azúcar para el menor.
"huh.. no sé su nom-nombre..." el rubiecito dijo tímido, mirando la gran espalda de su hyung.
"intenta adivinar." el inmortal ríe burlón.
al encontrar el azúcar, giró hacía el mostrador, colocando el frasco encima, y observó al pensativo conejo.
"hu-uh, bueno, usted parece u-un tigre, porque sus ojos son i-intimidantes y sus dientes afilados..." jungoo balbuceó tonterías, sus ojitos perdidos en algún punto de la cocina. "creo q-que su nombre comienza con la letra t..." el omega terminó de decir.
"wow." el mayor se queda sin palabras, y miente, si niega que no le asustó aquella deducción.
"¿hyungie?" y jungoo se sorprende porque creyó haber dicho algo absurdo, sus luceros brillantes miraron al pelinegro, emocionado.
"soy taehyung."
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