Capitulo 5

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Fueron pocos segundos de risas y por fin se miraron a los ojos. Parecía que hubieran visto algo impresionante por primera vez ya que no apartaban la mirada uno del otro, sus corazones latían con mucha fuerza y comenzaba a nacer una extraña sensación en ellos.

-Hola, soy Izan- dijo el joven sonriendo y poniéndose un poco nervioso.
-Me llamo Chibale- dijo el otro joven-. Creo que nuestros padres coincidieron en ponernos nombres extraños.
-Tienes razón, que coincidencia.

Aún sin conocerse ambos reían como si ya se conocieran desde hace tiempo. Gahiji se asomó ya que Chibale estaba tardando, sonrió al verlo reír junto a Izan ya que no no reía desde que iniciaron la mudanza.

-Buenas noches, señor- saludó Izan.
-Buenas noches, joven- devolvió el saludo-. Pasa.
-Papá, él es Izan, el hijo de Joaquín y Emilio.
-Lo supuse, tienes mucho parecido a Joaquín.

Izan se sentó junto a sus padres y comenzaron a servir la cena.

El rato estaba basado en pláticas para comenzar a conocerse, Izan y Chibale eran los más platicadores entre ellos. Sus padres sonreían ya que estaban sorprendidos de que se hubieran llevado bien al momento. Los Osorio Bondoni no tenían palabras para decirles a sus nuevos vecinos de lo deliciosa que estaba la comida.

-¿Qué les parece la comida?- preguntó Gahiji.
-De verdad Gahiji, no tenemos palabras para expresarnos- dijo Emilio-. Tienen buen sazón.
-Gracias, también ustedes tienen buen sazón. Esperen a que prueben el postre que preparó mi hijo.
-¿También te gusta cocinar, Chibale?- preguntó Joaquín.
-Me encanta- respondió Chibale-. Desde pequeño siempre me encantó y quiero seguir el mismo ejemplo de mi padre.
-¿A ti qué te gusta hacer, Izan?
-A mí siempre me gusta que todo esté organizado y por ello quiero dedicarme a ser organizador de eventos- respondió Izan.
-Mira papá, ya tendrás a alguien que te ayude a los eventos.
-Será a ti.
-Oye Izan, ¿te muestro mi cuarto?
-Claro.

Los jóvenes pidieron permiso de retirarse un momento y subieron a la planta de arriba. Los padres de ambos no dejaban de sonreír por la buena comunicación que lograron conectar.

-Parece que nuestros hijos se llevarán muy bien- dijo Gahiji-. Ha sido algo difícil para Chibale hacer amigos.
-Te entendemos, Gahiji- dijo Joaquín-. Para Izan tampoco lo fue desde que era niño, pero tiene dos mejores amigos desde la secundaria y estoy seguro que Chibale y él entablarán una gran amistad.

Izan y Chibale llegaron al cuarto de este último, había muchas cajas pues era entendible ya que acababan de mudarse. Solo la cama estaba acomodada para era primer noche.

-Como puedes notar mi cuarto aún no está acomodado- dijo Chibale-. Tengo tantas cosas que no sé cómo voy a acomodarlas y quería saber si me podrías ayudar.
-Claro, viendo el espacio que hay se me ocurren miles de ideas- dijo Izan-. ¿Te late si te vengo a ayudar después de la escuela?
-Me late. Sin duda seremos buenos amigos.

Ambos regresaron abajo con sus padres. Izan no podía evitar sonreír al mirar a Chibale y en especial cuando reía ya que tenía una linda sonrisa, algo comenzaba a nacer dentro de su corazón.

Terminaron de cenar y ya era hora de irse a descansar porque mañana los esperaba un día ocupado.

-Muchas gracias por la invitación- dijeron Emilio y Joaquín.
-Nosotros estamos agradecidos- dijo Gahiji abrazando a su hijo-. Ustedes son las primeras personas que nos vienen a visitar.
-Cualquier cosa que ocupen, ya saben dónde encontrarnos.

Los cuatro se despidieron y los Osorio Bondoni se fueron a su casa, Gahiji y Chibale estaban felices.

Emilio, Joaquín e Izan llegaron a su casa, ya estaban cansados así que ya irían a dormir. El joven no dejaba de sonreír desde que salieron de la otra casa.

-Me iré a dormir, papás- dijo Izan-. Estoy muy cansado.
-Claro hijo, descansa- dijeron Emilio y Joaquín dándole un beso en la frente-. Te amamos.
-Yo también los amo.

Izan se fue a su cuarto, Joaquín lo miraba un poco extraño ya que no parecía estar tan cansado. Salió de sus pensamientos cuando Emilio lo abrazó por atrás y le dió muchos besos.

-¿Qué pasa, amor?- preguntó Emilio
-Eso mismo me pregunto yo, ¿qué le picó a Izan?- dijo Joaquín-. Nunca lo había visto sonreír así.
-Solo está feliz de que tendrá un nuevo amigo. Recuerda que yo me sentí igual el primer día que trabajaríamos juntos.

Mientras Emilio y Joaquín tenían una pequeña sesión de besos, Izan se tumbó en su cama y su sonrisa seguía sin borrarse. La llegada de Chibale comenzaba a cambiarle la vida.

Nada es imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora