𝙁𝙖𝙡𝙤𝙛𝙞𝙡𝙞𝙖 ❥𝙁𝙚𝙙𝙚𝙄𝙖𝙣

Mi nuevo amigo... Ian lucas

-¡Realmente tenés que...! ¡Tenés que estar de joda, Federico!-Parce gritó, golpeando el suelo con su puño. Se había caído de la cama de Fede -en la cual se encontraron originalmente hablando después de que el mayor llamase a su mejor amigo en busca de desahogar todo lo que tenía en su interior desde aquel infortunado suceso- debido a la exagerada risa maníaca que no había cesado desde que el mayor empezó a relatarle su primera charla con Ian.

-¡La concha bien puta de tu madre Parce, deja de reírte!- Exclamó Fede, lanzándole una almohada en el rostro a su mejor amigo, frustrado, avergonzado y muy rojo. -Me haces sentir aún más pelotudo.

El pelinegro inhaló un par de veces antes de encontrar su voz.

-No creo que eso sea humanamente posible, Fede.- Confesó su mejor amigo, apoyando sus codos en el colchón de la cama, aún sentado en el piso. -Es decir, lo primero que sale de tu boca la primera vez que hablas con una criaturita inocente como Ian Lucas es: "¿Me dejas chupártela?".- Las mejillas de Fede estaban ahora en un intenso tono carmesí. -Solo porque quedaste sorprendido por el enorme tamaño de su mini-Ian, no tan mini, según lo que me decís, no te da derecho de ser un pajero. Debiste invitarle a un café primero.

-¡Parce, ya basta!- Gritó Fede, tirándose de espaldas en su cama, cubriendo su rostro con una almohada, ahogando un grito de frustración en ella. Tenía ganas de llorar debido a lo avergonzado que se encontraba.

La concha de la lora, después de haber soltado un comentario similar, no se dio cuenta de la pelotudez que había dicho hasta que el rostro entero del chico se volvió tan rojo como una manzana madura. El labio inferior le tembló, no pudo decir una palabra y Fede, inmediatamente, se dio cuenta de lo profundo que había metido la pata.

"P-Perdoná... creo que tengo que irme."

Fue lo único que pudo articular el mayor, quien se olvidó de inmediato de su ducha y salió corriendo con la ropa a medio poner, dejando al castaño con una disculpa en la boca y la vergüenza más enorme que había experimentado en su vida.

-Debo disculparme con él.- Balbuceó Fede, aún con el rostro enterrado en la almohada.

-¿Mhh?- Inquirió su mejor amigo, subiéndose en la cama y quitándole la almohada del rostro. -¿Qué dijiste?

-Que debo disculparme con él, boludo. No podré vivir en paz conmigo mismo si él sigue teniendo equivocada esa impresión de mí, Parce.- Dramatizó el mayor, sentándose sobre sus pantorrillas y meneando a su amigo de los hombros. -¡Lo traumatice!

-Sí, eso me ha quedado bastante claro.- Ironizó su amigo, rodando los ojos. -Pero créeme cuando te digo que Ian va a estar ignorándote hasta en los almuerzos. Debe estar igual o más avergonzado que vos.

-Por eso es que vos me ayudarás a atraparlo.- Canturreó Fede, sonriendo enormemente.

-Si lo vamos a "atrapar", se va a asustar más bien.- Analizó Parce, llevándose los dedos a la barbilla, con una expresión pensativa.

-¡Parceee...!- Lloriqueó el mayor. -Tenés que ayudarme, quiero disculparme con Ian, no puedo dejar las cosas así aunque me muera por tener esa gran pija entre mis manos. Quizá si me disculpo con él podemos ser amigos y me deje... me deje... oh, la puta madre, voy a tener una erección si sigo pensando en él.

-¡Ew, Fede, sos un asqueroso!- Se queja Parce, empujando a su mejor amigo hasta hacerlo caer al suelo. -Pero te ayudaré solo porque vos me ayudaste a pedirle una cita a Hugo antes de que fuéramos novios. Te la debo.

-¡Sos el mejor amigo del mundo!- Grita Fede, lanzándose a los brazos de su amigo.

-Ajá, pero a cambio de una sola cosa.- Dijo el pelinegro apartándose del abrazo.