unique.

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Rodrigo se encontraba sentado en su cama esperando a que cierto pelinegro apareciera a través de la puerta.

Estaba a punto de quedarse dormido cuando desde su habitación escuchó la puerta de la entrada siendo abierta.

— ¡Carru, ¿Estás?!— grito el azabache, pues no encontraba a su amigo en el departamento.

— ¡Estoy en el cuarto!— respondió el castaño antes de quitar la película a la cual ni siquiera le estaba poniendo atención.

— Perdón Carre, me re colgué jugando a los jueguitos con Juan.— menciono algo apenado el más alto, pues habían quedado de juntarse a las 7 y eran las 9 ya.

— No te preocupes, boludo, igual pensé que ya no vendrías, es algo tarde.— respondió el petiso abriendo sus brazos para que su acompañante se acercara a darle un cariñoso abrazo.

Ambos sabían lo que sentían por el otro, sin embargo, ninguno se atrevía a mencionarlo en voz alta.

— ¿Que vamos a hacer?

— ¿Te pinta jugar a ese juego de la guitarrita?— pregunto el castaño señalando la guitarra que estaba en un estante al lado de la tele.

— banco.

después de que el azabache dijera que le parecía la idea, el petiso se levantó de la cama para encaminarse a la guitarra y tomarla, mientras que el santafesino configuraba la televisión para así poder comenzar a jugar.

El juego comenzó con normalidad.

Carrera ganando, Spreen perdiendo. El petiso era bastante astuto para el tipo de juegos que requerían concentración, pues está era una de las fortaleza del castaño.

Justo en la novena partida, Ivan puedo batir su récord, llegando así a los 6789 puntos, sin embargo eso era muchísimo menos de lo que carre hacía en cualquier partida.

Estaba dispuesto a ganar, y no dejaría que el castaño se comcentrara. Haría todo lo posible para que esté este distraído.

Carrera comenzó a jugar, ignorando los constantes intentos por parte del pelinegro para que perdiera.

— No va a funcionar, Ivan.

Spreen sintió escalofríos al escuchar su nombre salir de aquellos labios que tenía tantas ganas de besar.

Rodrigo no acostumbraba a llamarlo así.

Spreen siguió haciendo movimientos raros, tocando la cabellera contraria e incluso abrazando al petiso. Sin embargo, nada de aquello funcionaba, parecía que ni siquiera notaba la otra presencia.

Spreen comenzó a desesperarse de que aquellos ojos ni siquiera se limitarán a salir de la pantalla por unos segundos.

Dispuesto a qué aquel ojiverde perdiera, tomo el mentón ajeno para que el petiso lo mirara, sin embargo, tampoco funcionó. Sin muchos rodeos y con un Rodrigo bastante concentrado, estampó sus labios con los ajenos.

un sorprendido Carrera dejo caer la guitarra a la cama, impactado por lo que estaba pasando.

Spreen se separó cuando escucho que la ronda había terminado. Su sonrisa se ensanchó al ver qué el castaño solo había logrado 4375 puntos.

Bastante feliz con su cometido, comenzó a burlarse del castaño.

— Te gane, pedazo de pelotudo.— menciono el azabache dirigiendo su mirada al petiso.

Sintió su corazón acelerarse al ver el rostro ajeno bastante rojo.

Cualquiera que entrara a ese cuarto podría confundir a Rodrigo con un tomate.

— ¿Qu..que fue eso, Ivan?— menciono Carrera mientras balbuceaba.

— ¿Eso? Mi victoria.— Spreen seguía bromeando con eso.

Sin embargo su ceño se frunció al ver qué Carrera lo tomaba por la cintura y lo acercaba mucho más a el.

— ¿Que haces, flaco? No te desconozcas.— Ahora el nervioso era Ivan.

— Quiero otro de esos.— Rodrigo no sabía de dónde había tomado la valentía para que aquellas palabras salieran de su boca, pero estaba seguro de que aquella noche lograría más que un solo beso.

— ¿O..otro?— pregunto Ivan, a lo que el pelinegro solo asintió.

Ivan comenzó a acercarse al petiso, tomándolo por el cuello y acercando cada vez más sus labios. Ambos comenzaron a besarse sin importarles nada.

El beso comenzó lento, ambos estaban bastante nerviosos. Continuo así por unos segundos hasta que carrera comenzó a mover sus labios un poco más rápido, y spreen, siguiéndole el ritmo.

Las manos de Carrera acariciaban la cintura de Spreen por encima de la tela justo antes de que el pelinegro tomara las manos ajenas y las metiera debajo de su camisa para luego regresar sus manos a la nuca del ojiverde.

El beso continuó, se torno un poco más rudo y cuando menos lo esperaban, Spreen ya estaba sentado encima de Carrera con sus pies a cada lado de este.

Continuaron besándose durante toda la noche. Nadie más que ellos sería testigo de todos los besos que se regalaron mutuamente.


Algún tiempo después de aquella noche, ambos Argentinos se encontraban confirmando su relación frente a sus seguidores.

— ¿como comenzó todo?— leyó Carrera en el chat.— Todo comenzó por un juego— mencionó antes de tomar la mano de su, ahora, novio.

Un poco corta pero qsy😻

game ¡! rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora