𝙳 𝙸 𝙴 𝙲 𝙸 𝙾 𝙲 𝙷 𝙾

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[Faltas ortográficas, diganme con confianza]

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Habían pasado dos semanas desde su salida a la playa y se podría decir que todo continuaba normal. El colegio agotaba un poco la energía de los niños, más bien la de Minki, porque YoungSoo tenía pilas recargables que nunca se acababan. TaeYang se pasaba dos o tres tardes en la casa de Eunmin o sino el pelirrojo los visitaba en el departamento. Todos ya se habían acostumbrado a la presencia del pecoso, Hyunjin siempre aprovechaba esos momentos para molestarlo como buen padre que era.

Habían tenido que volver a ir centro médico para una nueva revisión, la doctora les había dicho que ahora se veían más confiados y se notaba el apego que habían generado con los niños. Ese mismo día comenzaron con el papeleo para hacer la adopción oficial, sabían que sería un proceso largo y difícil pero no perderían la fuerza para luchar por sus niños. Además tenían excelentes recomendaciones de la psicología y la asistente social, eso ayudaría a facilitar el trámite. Aunque para ellos no fuera un simple trámite, para ellos era un seguro de que siempre estarían juntos.

Felix se había mantenido ocupado por sus exámenes y además porque su jefe le había dado trabajo extra. Odiaba al jefe de su novio con todas sus fuerzas aunque ni siquiera lo conociera, odiaba que le diera más trabajo de lo normal. Ya habían tenido una conversación sobre renunciar a ese trabajo pero Felix se había negado, primero tenía que encontrar otro que le asegurara el mismo tiempo y dinero, aunque este fuera lo de menos.

TaeYang, Eunmin, YoungSoo y Minki se encontraban en la habitación de los niños viendo el rey león porque el pelirrojo aseguró que no había ser humano que no haya visto el rey león, Hyunjin lo confirmó. Escuchaba el sonido del televisor en la sala donde el se encontraba trabajando en unos planos que su jefe le había encargado, aún debía seguir ayudando a Bangchan con su casa pero eso no lo consideraba trabajo ya que se había hecho amigo del pelinegro y los ratos juntos se la pasaban riendo.

Sonrió cuando escuchó las escandalosas risas de
sus pequeños. Tenía una lista de sonidos favoritos, el primero eran los ronquidos de Felix y el segundo era la risa de sus bebés. Sabía que estaban haciendo un buen trabajo aunque se preocupara todo el tiempo de su comportamiento, quería ser un buen ejemplo.

Luego se puso a pensar en Felix, en realidad en
los padres de Felix. El chico le había dicho que
había tenido una conversación con ellos y que
querían conocer a los niños. Se sorprendió al saber que sus padres sabían absolutamente todo sobre la vida de su hijo, de que Felix les hablara con amor sobre sus hijos y sobre él. Los adultos querían conocer a los que ya llamaban sus nietos así que habían decidido viajar ese fin de semana a su casa, era alejado de la ciudad pero Felix le había dicho que era un lugar maravilloso.

Se sentía preocupado de no ser lo que sus suegros
esperaban de él, no quería que llevaran una mala
imagen o que pensaran que era un mal partido
para su hijo. Se moriría si no lo aceptaban, el
menor le había dicho que su relación con su padre era perfecta. ¿Y si no le agradaba a su suegro? Suspiró ¿Si su madre supiera reaccionaría igual? ¿Querría conocer a sus nietos? ¿Les tomaría el mismo cariño sin si quiera conocerlos? Entendía muy bien de donde había sacado su corazón el pecoso, sus padres eran personas maravillosas que esperaba poder agradar.

Levantó la mirada cuando sintió la puerta de la
entrada abrirse, era Felix que llegaba, pero algo andaba mal ya que sus ojitos estaban llenos de
lágrimas y su nariz roja por el llanto.

Se puso de pie rápidamente cuando el menor corrió hacia el para esconderse en sus brazos mientras comenzaba a llorar desconsoladamente. Lo envolvió en sus brazos acariciando su espalda para reconfortarlo y ayudar a que se calmara. Estaba muy asustado porque nunca había visto a Felix de esa manera y no sabía que pasaba.

𝙿𝚊𝚍𝚛𝚎𝚜 - 𝙷𝚢𝚞𝚗𝙻𝚒𝚡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora