IV

171 13 4
                                    

—¡Patu!— Grogu me despertó con un pequeño sonido.
Me levanté en seco, desenfundando mi blaster por simple reflejo. Él bajó sus orejas, pero continúo con sus gruñidos y ruiditos.

—¿Qué pasa?— Le pregunté mientras me levantaba del lecho, desconsertado.

Grogu me observó con sus grandes ojos, se veía inquieto, alerta. Eso prendió mis focos rojos.

Me incorporé rápidamente al lado del marco de la puerta, que permanecía cerrado por la puerta. Se escuchaban pasos fuera de la choza, tronar las hojas de los árboles contra sus pisadas en el suelo.

Le quité el seguro a mi blaster y di una patada a la puerta, apuntando a mi frente con quien sea o lo que fuere que estuviese allí.

Luke estuvo a punto de caer, quizás por la sorpresa. Alzó ambas manos. De un tirón le atraje hacia mí, evitando que cayera al suelo. Su cuerpo chocó con mi armadura.

Después de un quejido suave, Luke se apartó tímidamente.

—Mandaloriano, discúlpame. Acabo de llegar hace unos minutos — Explicó el Jedi, pasando su diestra enguantada por su nuca.

Sus ojos azules se cerraron, en un gesto apenado y dulce. Si mi casco no estuviera allí, él hubiera podido admirar la sonrisa suave en mi rostro.

—Tardaste semanas... ¿Dónde está Lando?— Cuestioné. Él encogió sus hombros. ¿Me estaba mostrando señales de debilidad?

—Volvió a Bespin. Él está bien, aunque no conseguimos rastrear al cazador, solo encontramos su nave— me confesó. Su mirada parecía consternada, como si supiera que podría haber hecho más.

—Lo encontraremos— Prometí, con mi voz emronquecida por el casco. Él asintió suspirando.

—Eso espero, más vale continuar buscando respuesta o terminaré rastreado una vez más. No puedo comprometer a la academia Jedi en eso— Pese a su preocupación, sus ojos se oscurecieron.

Un chillido nos hizo voltear: Grogu.
De un movimiento en sus manitas, cerró su pequeña cuna.
Elevé una ceja, al igual que Luke.

El aclaró su garganta antes de proseguir con nuestra conversación.

—Creo que él está cansado. No quiero hostigarlo, ya es tarde.— Luke dió una pequeña reverencia de respeto, le respondí con un movimiento de casco. Su capa oscura hizo hondas conforme avanzaba en dirección a la choza de su familia para ponerse al día, supongo.

Leia se había retirado por deberes del senado, y Han y yo nos quedamos en el planeta junto con la troguta.

Las interacciones eran bastante tensas, pero nos guardamos respeto por el simple hecho de no causarle problemas a Luke.

Tampoco es como que le diera mucha importancia a Solo. Le conocía su reputación y lo admiraba como parte de la alianza rebelde, pero su personalidad era difícil de tratar si no sabías lidiar con ella.

Varias veces me hizo cuestionarme, ¿Cómo es que se hizo amigo de Luke? Eran totalmente opuestos y pese a ello..., No.

Negué con mi cabeza y acomodé la puerta, que estaba un poco... Rota.

Esperaba al menos mañana por la mañana ponerme al corriente con Luke y disculparme por mi actuar tan a la defensiva. Era de esperarse de un Mandaloriano, pero estaba bajo mi protección.

Tuve que seguirlo, tuve que rastrearlo, y sin embargo, me quedé.

¿Por qué? ¿Por qué sentía tanta calma en su presencia? ¿Por qué sus ojos azules siempre parecían desnudar mi alma?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 14, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Your eyes [DinLuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora