Capítulo 9: CRUELDAD Parte II

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...

Nos detuvimos en una estación de servicio. Liz y Mónica se bajan a comprobar si alguien podía ayudarnos con un poco de gasolina. La estación se veía ausente y aislada. Yo me quedo en el auto, junto con Peter.

-Oye, Pet -le digo sonriendo.

-Dime, Holy -me responde con todo su carisma.

-Te extrañé.

Peter ríe a carcajadas y me responde:

-Eso no me lo esperaba de tí -su sonrisa era casi fingida-. Oye, Holy, ¿crees que todo esto se arregle?

-Lo dudo mucho. Si lo pensé pero todo va de mal a peor...

El día había sido largo. Había pasado medio día desde el cuarto terremoto. No sabía qué horas eran.

-Oye, Pet, ¿Sabes qué hora es? Es que mi celular murió en el segundo terremoto -le pregunto mientras veo a través del vidrio-. ¿Cómo es que te topaste con las chicas?

-Cuando todo sucedió, salí corriendo a buscar a Mónica, necesitaba saber que estaba bien -lo miré pero su mirada se perdía en el cielo; todo su semblante cambió.

-¿Aún te gusta? -pongo mi sonrisa mas pícara.

-Sí, todavía -suspira.

-¿Por qué no se lo has confesado?

-Me parece que no soy suficiente para ella.

-¿Quién dijo que no? Eres un buen tipo.

-Si pero... No creo tener una oportunidad.

-¿Cómo que no? Aquí tienes tu oportunidad. Solo toma un momento para pensar y luego le dices cuánto la quieres. No sabes si estaremos vivos mañana. Entonces... ¿Cómo las conseguiste?

-Ahm, si, pues fui a buscar a Mónica y estaba con Lizzy cerca de su casa. Luego nos preparamos para buscarte y te encontramos por casualidad en aquel lugar.

-Muchas gracias -le alboroto el cabello.

Pet y Mónica siempre han tenido un gran romance. Ellos piensan que no nos damos cuenta, sin embargo, lo sabíamos desde hace años. Al no tener reloj, tuve que deducir que eran alrededor de las 3 de la tarde.

Salgo del auto. Recostándome de la puerta del auto, miro el cielo. Sí, pensaba en él.

Tenía una extraña sensación en el estómago. Una sensación de ausencia que me hacía querer volverlo a ver. Cierro los ojos e imagino que veo los suyos; imagino su sonrisa... Me pierdo en esos recuerdos. Deseaba tomar su mano de nuevo; sentirme segura. En ese momento recuerdo cuando lo dejé atrás y mi corazón duele. ¿Por qué? Una pregunta que me llevó a una gran tristeza.

Me llama Lizzy.

-¡Holy! ¡Ven a tomar un poco de agua!

Me acerco a ella y me entrega una botella de agua a medio beber.

-¿Qué haremos ahora? No tenemos nada de gasolina -digo mientras miro sus ojos color café; estaban más brillantes que nunca.

Tomo un poco de agua.

-Tranquila, Mónica fue a buscar a una persona para que nos ayude -Lizzy se nota agobiada por el clima; intenta protegerse de los rayos del sol con las manos.

-Está bien -le respondo mientras me encojo de hombros.

Sigo bebiendo agua de la botella. Estaba sedienta.

UNA NOCHE COMO EL DÍA ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora