ToMan no ōjo

Capitulo 12:Tiempo

La vida de la muchacha había cambiado mucho, había pasado de tener 11 años a tener 15, de tener el pelo por los hombros a tenerlos por casi las rodillas.
Lo único que no había cambiado en ella eran sus ojos y su manera temeraria de conducir.

Ese día estaba de lo más tranquila en su casa, sin que nadie molestase. Eso era demasiado raro para ella, normalmente solían aparecer todos sus amigos en su casa. Su pensamiento se esfumó al sonar su teléfono, era Natsu; —¿Que ocurre Kento?— el empezó comunicarle que Mikey se había vuelto a pelear con los matones de una de las preparatorias. Encontrándose con un muchacho totalmente herido.

Llevo sus dedos a el puente de su nariz negando; se levantó y se vistió corriendo para colgar y montarse en su moto. No avisaba a su padre, el sabía que marchaba de casa cuando el tubo de escape reventaba en sonido.

La vio marcharse a toda velocidad desde el balcón, negó con la cabeza;
—Cualquier día se va a matar—murmuro su madre adoptiva totalmente preocupada ·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.

Llegó donde estaba Kento, Mikey y Draken. Ella saludo a los dos primeros con un beso en la mejilla, ellos ya estaban acostumbrados a eso. Al más alto le dio un abrazo amistoso.

—Un día, solo un día te digo que no voy a salir, ¿Y armas este lío Manjiro?— el sonrió de lado embobado mirnado a la muchacha.

—Juro que un día de estos voy a raparte— dijo ella tirando de la coleta de su amigo.
—Vamos Andy, sabes que no eres capaz de dejarme sin mi precioso pelo.— le miro de reojo con la ceja alzada.

—No me tientes Manjiro Sano— en ese instante llegó Mitsuya con su moto. Agarró a la muchacha por la cadera sonriendo mientras ella se echó a reír.
Hakkai sonrió mirnado a los dos, le dio un pequeño paquete a la muchacha la cual lo atrapó en el aire.

—Ah Hakkai los dioses te bendiga con muchos hijos con Mitsuya — bromeó ella, todos empezaron a reírse, ella coloco un pequeño tubo que había en la cajetilla y con un mechero que tenía en el escote encendió dicho tubo.

El de pelo morado la miraba con reproches; —Vamos Taka-chan vas a fusilarme— dijo dando una calada profunda.

—A tu padre le va a dar un infarto cualquier día si descubre que fumas, ¿Eres consciente?— ella volteo los ojos molesta; —Pues sería muy hipócrita de su parte por que el también fuma— tiro la ceniza al suelo.

—Enserio Andrómeda, el señor Amaterassu es demasiado dramático— dijo Natsu, cargándola en sus piernas. Todos tenían la duda de si ella y joven tenían algo, los que más tenían esa duda eran Mitsuya y Mikey. Ellos se carcomía por dentro al verla con el de esas maneras cariñosas.

La mañana paso y llego la tarde, decidieron irse a comer, esa vez la de cabellos azabaches no invito. Invito la casa, le debían unos favores a la azabache
El joven de cabello anaranjado le susurraba algo en el oído, ella casi se ahoga con la comida de la risa.

—Dios que dramático eres, luego dices de mi santo padre. — estaban en la terraza de el restaurante. Era un restaurante europeo, por lo que la azabache podía hablar con claridad con los dueños sin que sus amigos se enterasen.

Le entregaron un cenicero para que no tirase la ceniza al suelo. Sonrió mirnado a su amigo pelirrojo, intento encender su cigarro pero su mechero no funcionaba. Podía llegar a notar que tenía cierta humedad en el, miró a Mikey, el levantó sus manos y señalo a Mitsuya y a Draken.

—Vamos chicos— ella les miraba acusatoriamente. Pudo notar el olor a cigarro desde otra mesa, se dio la vuelta y miró al que estaba fumando a su espalda. Con cierta vergüenza hablo al apuesto muchacho.

Tenía dos tatuajes en las manos, y un cigarro en una de ellas, una mecha rubia formando una cresta hacia arriba. Sonrió al ver a la muchacha.

—¿Me dejas el mechero?— dijo ella sonriendo con su típica picardía bajo la mirada de sus celosos amigos.