El matrimonio Jacobs era el más unido y cariñoso, pero se vio afectado por un error de parte del Peli castaño.
•Esta historia se desarrolla en un mundo alternativo.
•Contendra contenido de +18
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Pov;_____
—Mis pies están matándome —me quejo luego de haber regresado a mi oficina— Por que Adam nos tomo de imprevisto-.
—Con Adam nunca se sabe ________, además creo que tampoco el sabía que los nuevos inversionistas llegaría hoy, pero fuimos unos profesionales en la presentación que ni siquiera fue planificada-.
—Tienes razón Matthew, vaya que fuimos unos profesionales en nuestro trabajo el día de hoy-- pero estoy muy cansada-.
—¿Tienes hambre? —Pregunta—
—Si y mucha —Respondí— ¿Quieres ir por algo de comida?
Matthew asintió con una sonrisa de lado a lado, después de tanto trabajo merecíamos una recompensa y que más que ir por algo de comer.
—Digo no es como que alguien esté esperándome en casa —hable burlona mente ordenando uno que otro papel que se encuentra sobre mi escritorio—
—¡Oh! ¿Así que eres soltera?-.
Levantó mi vista hacia la entrada al escuchar aquella voz ronca y tan varonil que hizo que me estremeciera.
—eh—lo observó con una sonrisa muy nerviosa, las malditas palabras no salen de mi boca, claro como no hacerlo al tener en mi oficina a unos de los inversionistas de Nueva York— Buenas noches ¿Señor?...
—Thomas Miller —Sonrío y consigo su mano se extendió para estrecharse con la mia— perdón por entrar sin permiso a tu oficina...y no me llames señor —Río por lo bajo— quiero pensar que tenemos edades similares-.
—Un Gusto señor Miller —esbozo un pequeño gesto por llamarlo señor cuando pedio no hacerlo— perdón pero tuve un día muy agitado que olvide su nombre —dije muy apenada—
—el gusto es mío _______-.
Me quedé sorprendida y sentía mi cara arder como es posible que si recuerde mi nombre después de la presentación y yo haya olvidado el de el.
—Perdon en verdad me siento muy apenada con usted-.
—Descuida, no hay problema-- pero ¿no respondiste a mi pregunta?
Matthew me miró con un rostro muy sorprendido.
—creo que los dejaré solos, iré a mi oficina, te veo luego —susurro— compermiso-.
—Propio —hablamos ambos—
—respondiendo su pregunta estoy casada —digo levantando mi mano izquierda mostrando mi anillo—
—lastimosamente, por qué no hubiese perdido una oportunidad contigo-.
El tomó asiento en una de las sillas de mi oficina y me observó, cosa que me ponía nerviosa, no lo voy a negar es un hombre muy guapo y se ve muy bien con ese traje elegante.
