Jacobo
ꗃ23 de Marzo
───────────────────────
Día tras día llego a mi apartamento.
Tiro las llaves al tiempo que me quito los zapatos, uno con el otro, y no hago más que pensar en ese chico.
Ya las preguntas dentro de mi cabeza han cambiado a:
«¿Cúal será su nombre? ¿En qué se ocupará? ¿Será gay?»
Odio a mi mente por hacerme sentir atracción hacia alguien que no conozco, pero que tengo la sensación que me conoce a mí. Lo más probable es que sean conjeturas vacías.
Al fin y al cabo son sensaciones, nada más.
Pasan unos cuantos días más y me despierto particularmente entusiasta. Él es mi primer pensamiento, el único que abarca toda mi mente, como cuando una gota de tinta se difumina en un vaso de agua.
Me alisto, desayuno enérgicamente y salgo decidido a la calle a enfrentar el mundo que ya no es tan gris como ayer. Más de un "se te nota distinto hoy" se cruza en los pasillos del trabajo.
Miro impaciente el reloj intentando determinar la hora exacta en que pueda llegar a encontrarme con él.
«ÉL» Me divierte la idea de referirme así a él.
Llegada la hora en la que acaba mi horario de trabajo, salgo disparado a la calle. Me calmo un poco para alterar lo menos posible mis cálculos improvisados.
Cada vez más me acerco al punto en que miré al cielo y Él me tropezó. Miro al cielo nuevamente patético por dentro.
Camino lentamente mirando frente a mí, detrás, un poco a los lados...
Pero nada.
No está, no lo veo.
Decido detenerme por completo para obligar aún más al destino a encontrarnos. Muchas personas me tropiezan, pero ninguna es Él.
De repente el día vuelve a ser gris. Hace frío y el aire es más pesado.
«¿Cómo puedo sentirme así porque no lo ví?», pienso exasperado.
«Soy estúpido, de verdad lo soy».
Ya estoy cerca de la casa, siento ganas incontrolables de maldecir y...
— ¡Oye!...
ESTÁS LEYENDO
INEFABLE
Short StoryJacobo es un joven adulto promedio, va de su casa al trabajo y del trabajo a su casa; de vez en cuando sale a un bar si algún amigo se lo propone, y los fines de semana le encanta ir a tomar café. Y así se pasa los días, dentro de aquella rutina...