Capitulo 3 "Dos historias un protagonista"

611 86 14
                                    

Mi nombre es Ren Okumura, un simple adolescente de preparatoria al que muchas personas consideran como "un busca pleitos" y no están del todo equivocados, suelo meterme en todo tipo de peleas ya sea para defender a alguien o por mi simple temperamento. Eso no importaba en este momento realmente, lo que si importaba era la paliza que le había dado a un grupo de matones durante la mañana debido a eso fui directo a la oficina del director el cual no parecía realmente sorprendido por mi visita, en lugar de llamar a mis tutores simplemente optó por ponerme un castigo, tendría que limpiar todos los baños de la institución incluso los que no se usaban por una u otra razón. Perdí todo el día de clases por hacerla de conserje, muchas veces durante el día trate de meterme en la cabeza que no era del todo malo pero simplemente no pude. Al final tuve que devolver tomo mi material a la bodega y tratar de conseguir los apuntes de la clase, dudo que alguien me los de por las buenas así que un par de amenazas no deberían de hacer mucho daño. Al final posiblemente fui el último en salir de la preparatoria, el sol estaba a punto de ocultarse y el cielo se tiñó de naranja dándole un increíble aspecto al atardecer.

Salí del edificio con mi mochila colgada de uno de mis brazos, estaba arto del sucio olor de los baños y el olor de los adolescentes sudados del club deportivo. Estaba completamente solo, no parecía haber nadie más en las calles y por alguna extraña razón el ambiente era muchísimo más pesado. Me detuve frente a una vieja máquina expendedora y trate de comprar un refresco, la máquina chirrio un poco antes de dejar caer el objeto que para mí mala fortuna no era mi pedido.

—¿Que mierda es esto?—me pregunté a mi mismo—.

Era una lata de te de limón, está cosa sabía increíblemente horrible definitivamente no podía existir persona en la tierra que disfrutará de esto ¿Verdad?. Al final no pude seguir divagando ya que un grupo de hombres se me quedó mirando extraño, no muy lejos de mi posición actual. Los reconocí inmediatamente, eran los molestos adolescentes que golpeé está mañana, talvez querían recuperar su orgullo o algo similar. No estaba de humor para venganzas pero tampoco quería terminar mi racha de victorias escapando de este pleito, aunque había algo raro no solo en ellos si no que en todo el ambiente en general.

—¿Que me ven?—le pregunté un poco irritado al grupo de cinco chicos—.

Estos no respondieron, de hecho nunca apartaron su vista del suelo. El más alto y posiblemente el líder dió un paso hacia adelante y levantó su rostro para mirarme atentamente. Su cara estaba peligrosamente pálida y sus ojos brillaban en rojo, espuma salía de su boca y parecía estar clavando sus propias uñas en su piel debido a la rabia. El tipo soltó un horrible grito al aire y con sus propias manos comenzó a rasgar su piel. Sus manos se tiñieron de color rojo y unos cuernos salieron de su frente, el tipo crecio demaciado duplicando fácilmente mi altura, los adolescentes de atrás replicaron estás acciones dejando trozos de carne humana sobre la calle. Todos tomaron la apariencia de los clásicos demonios de películas y videojuegos, con la piel roja, cuernos, músculos, alas y más músculos. Retrocedi un poco chocando con la máquina expendedora, es un hecho que los había humillado pero no era tan grave ¿Realmente hicieron un pacto con satanás para derrotarme?

Los cinco tipos comenzaron a acercarse lentamente sacando garras para intimidarme cosa que realmente funcionó. Me pegue peligrosamente contra la máquina como si está se fuera a mover, el más grande levantó su mano y trato de darme un manotazo que posiblemente me dejaría aplastado en el suelo. "BAMMMM" Un fuerte estruendo se escuchó, abrí los ojos lentamente dándome cuenta que el ataque del demonio nunca llegó, frente a mi había una especie de escudo azul en forma de domo. Una intensa incomodidad me hizo dirigir la mirada hacia mi muñeca en dónde un extraño reloj parecía formarse sobre mi piel, la única diferencia era que en lugar de tener los clásicos números y manecillas había un símbolo negro y blanco en forma de reloj de arena. Parecía estarse creando en ese mismo momento ya que las partes faltantes brillaban en dorado.
Los demonios se quedaron en estado de shock ante tal habilidad pero rápidamente se recuperaron y comenzaron a golpear nuevamente el escudo tratando de romperlo, para mí mala suerte parecía estar funcionando.
El líder dió un último y fuerte puñetazo que hizo añicos el escudo pero antes de que cualquiera de ellas pudiera tocarme una misteriosa onda expansiva se formó frente a mi alejándolos de golpe.

Soy el apoyo del protagonista!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora