El reino de los cielos, un lugar tranquilo donde van las almas puras y buenas luego de morir en el plano terrenal.
Los edificios eran grandes, las calles alegres, un lugar donde la igualdad era lo mas normal, el lugar era blaco hecho de mármol, oro y flores que parecían flotar como una nube.
Y en el centro de todo, el enorme castillo donde se encontraba nuestro señor, no había necesidad de guardias, solo algunos cuidadores que se encargaban de que ningun curioso o nuevo tocara las reloquias sagradas.
En esta epoca del año, todo el reino se encontraba bajo un manto de dicha y alegría, pues pronto seria el cumpleaños del padre en la tierra y las almas siempre lo celebraban de la mejor manera.
Todos los Veintitrés de diciembre se festejaba un festin en el palacio, donde los angeles se reunian con su señor y resibian ordenes nuevas.
Normalmente la tranquilidad era algo abitual hasta que llegaba el, Rubius un angel que destacaba de los demás.
No solo por su imperactividad o su extravaganteapariencia, sino tambien por que era el unico que causaba desastres y (secretamente) le llevava la contraria al jefe.
Por lo que no es necesario decir que nadie se le acercaba, ninguno de ellos querian sufrir algun castigo por quedar en medio de algun lío, y mucho menos presensiar el enojo de su señor.
Ya adentro del castillo la mayoria de los ageles guardianes se encontraban precentes y fue cuestión de tiempo antes que los rumores o las habladurias dieran inicio.
—¿Quién es el?— susurro un angel que recien había entrado al mando de la guardia real, el que lo acompañaban miró a la persona que se referia su compañero, y su cara de tranquilidad se esfumo y ahora una de preocupación se plasmo en su rostro.
Miró nuevamente a su compañero hacercandose a el lo suficiente para que nadie mas que el lo escuchara. —el es uno de los generales de nuestro señor, aunque lo trata como un secretario.— murmuró.
La nueva alma sorprendida miro con emoción y admiración a aquel extravagante angel. Su compañero al ver su alegria Prosiguió. —Pero no te le hacerques— advirtió.
El chico lo miro sin entender. —¿Por que?— preguntó curioso, su vista pronto se dirigío alpeli blanco notando como entre su cabello sedoso se encontraban unas esponjosas orejas de oso.
—Es muy problemático, me atrevo a decir que para lo unico que es bueno es para el trabajo—Dijo tan bajo que si no estuvieran tan serca lo mas seguro es que no lo hubiera escuchado.
Aun así él ambiente se volvio pesado, ambos miraron hacia alfrente notando al protagonista de su conversación mirandolos fijamente, Rubius solo les sonrió logrando estremecer a los otros dos.
Asi acabando con la conversación en un instante, Sin embargo mas murmuros se escuchaban en el gran salón.
Lo unico que los hizo detenerse fue el ruido de campanadas y las puertas abriendose, todos inmediatamente se inclinaron dando respeto a su señor.
No era Dios, pero era el segundo al mando por lo que infrigia respeto. Apenas toco el fino y pulcro piso del salón todo corearon con respeto su llegada. "Glorea a Dios nuestro salvador por la bendición de Sesimo"
El Proclamado sesimo se adentro al salón, con cabeza en alto y sonrisa llena de arrogancia, paso delante de los nuevos con elegancia, sus pasos parecían una suave denza tranquilizadora que te invitaba a aclamarle.
El señor vestía de la mejor manera, su barba era larga, tanto que algunos hasta dejaban ir su imaginación y pensaban que se trataba de alguna planta, mientras que otros mas descorteses pensaban que se hacemejaba a un nido de pájaros.
Sus ojos eran avellanas y su cabello... no tenía cabello. ¡Pero! poseia mas cualidades que lo hacían resaltar logrando que algunos olvidaran aquello.
El "jefe" como las almas lo llamaban, se sentó delante de todos, al principio de la larga mesa. Todos imitaron su acción esperando las palabras de cortesía para degustar el festin.
El de mayor mando giro su cabeza hacia la derecha encontrando a su angel mas allegado tan distraido como era habitual.
Rubius al darse cuenta de que las miradas estaban sobre el paseó su vista por toda la mesa, notando que todos lo esperaban, rápidamente se levantó de su lugar y aclaro un poco su garganta.
—Como estais, me alegra veros nuevamente aquí, me llena de dicha ver que hay rostros nuevos, espero que su estadia con nosotros sea gratificante. Estamos aquí para mas allá de resivir ordenes, conocernos y formar nuevos vínculos, su señor sesimo esta realmente agradecido por su arduo trabajó, esto es por ustedes— finalizó mientras levantaba una copa de vino, todos imitaron su accion y agradecieron a dios para luego comenzar el banquete.
El discurso no había sido lo mejor, pero era eso a nada.
Los Angeles encargados de la comida pasaron al salón con charolas de oro donde transportaban la comida.
Antes de jusgar tienen que saber que la vestimenta que tenían consistia en un cestido color blanco, junto con una capa blanca con bordes y detalles color platinado y dorados.
La capa de Rubius era larga y se encontraba por el paso de los angeles que portaban las charolas, sin ninguna mala intención rubius jalo su capa hacia el pues no quería que se ensusiase y mucho menos molestar a los angeles encargados de la comida.
No obstante un angel que justo la habia pisado resbalo haciendo que en el proceso golpeara a otro angel que que encontraba delante de el, quien estaba dejandole la comida al señor.
Por lo tanto haciendo que este derramará la comida sobre el mayor. Todos estaban en shok, hasta sesimo quien salio de la impresión rápidamente y le dirigio una mirada de furia a rubius.
Ahora todos lo miraban, y rubius un poco perdido e intentando aguantar la risa lo unico que atino a decir fue un pequeño y suave —Ups—.
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Ángel Problemático
FanficRubius era conocido en el reino de los cielos como un angel sumamente problemático, y su jefe no esta para nada contento con su comportamiento, por lo cual, lo manda al plano terrenal como castigo. el plan principal era ayudar a los ciudadanos, pero...