Prohibido - G!P

Capítulo 2: Venganza

Al día siguiente de mi sorpresivo y doloroso descubrimiento, comencé a ser distante con Mori.

Ya no la dejaba acercarse a mi escritorio para que pudiera hacerme preguntas sobre los ejercicios, para así, poder provocarme como lo hacía siempre. De esa manera, también evitaba que su aroma se impregnara en mí y verme obligada a tener que hacer cosas indecentes en el cuarto de baños del tercer piso.

Bueno, si soy sincera conmigo misma, aún sigo haciendo cosas indecentes en el cuarto de baños pensando en Mori, pero ahora al menos, no lo hago todos los días como lo solía hacer antes.

Además, le llamé la atención en más de una ocasión por la forma tan vulgar en la que vestía su falda. Eso causó murmullos, e incluso algunas risas, en varios de sus compañeros.

La Reina Burikko, iba perdiendo adeptos poco a poco.

Como frutilla del postre, le di a Mori en donde más le duele: sus calificaciones.

Ella siempre saca diez. Lo que tiene de sensual, lo tiene de inteligente. Y de manipuladora, como lamentablemente, pude descubrir hace poco tiempo atrás. Como una tonta, yo pensaba que la alumna Mori sacaba puros diez debido a la ayuda que le daba cada vez que ella se acercaba a mi escritorio a despejar alguna duda sobre los ejercicios.

Siempre fui consciente que ella se acercaba para jugar conmigo, pero también, tenía la esperanza que sus dudas sobre los ejercicios eran reales, eran genuinas, y que yo estaba haciendo un buen trabajo como su sensei al despejar dichas dudas, las cuales luego aportaban a que sacara un diez tras otro en sus calificaciones.

Muy probablemente, todo eso de las dudas sobre los ejercicios, era también una mentira.

Hoy día, estoy convencida que Mori entendía a la primera como solucionar los ejercicios dados en mi clase, y simplemente se acercaba a mi escritorio para jugar de manera macabra conmigo, para a la larga, poder chantajearme y destruirme.

En la jornada de hoy, decidí tomar un examen sorpresa. Una vez finalizado el tiempo estipulado y corregido, comencé a llamar a mis alumnos uno a uno para que retiraran sus exámenes escritos y poder decirles las notas en voz alta a cada uno de ellos al recibirlos. Cuando llegó el turno de Mori, ella se acercó con ese aire de "Ya sé que me saqué un diez, porque soy la más inteligente del mundo", que siempre tiene en su rostro cada vez que recibe los exámenes.

Antes, yo pensaba que esa confianza en sí misma era una señal que indicaba que ella se sentía orgullosa de su inteligencia y de su trabajo duro de día a día para llegar a la excelencia. Hoy, pienso que dice esas mismas palabras: "Ya sé que me saqué un diez porque soy la más inteligente del mundo..." pero las corono con un arrogante y espantoso: "... pedazo de monos estúpidos e ignorantes, buenos para nada. Soy mejor que ustedes, idiotas."

Ella se paró frente a mí y le alcancé su examen. Luego, exclamé en voz alta y clara:

— Mori, su calificación me ha decepcionado mucho. Tiene un cuatro.

— ¿Qué? ¿Un cuatro, Sensei? Imposible...

— Sí, un cuatro. Has cometido muchos errores. Eres una decepción para mí, Mori.

Ella no pronunció palabra alguna y simplemente regresó a su asiento, completamente avergonzada y llena de rabia.

Varios de sus compañeros comenzaron a reír. Definitivamente, mi manipuladora alumna había perdido parte de su poder.

Y pensar que esta tonta omega, llegó a pensar que ella me iba a destruir a mí. Ahora, es todo lo contrario. No debiste meterte con esta alfa, niñita estúpida.