"Hola, ¿qué tal como te va?", que frase más vulgar
Con la que me voy a presentar
La canción sonaba en los parlantes incitando, como si el ritmo retara a Erling a hacerlo.
No entiende la letra, está en un idioma que no puede identificar entre el caos de la fiesta y su cerebro impactado por el alcohol pero el bajo retumbando en los parlantes alrededor de la pista de baile del boliche indicaba que era perfecta para bailar junto a él.
Cuando a lo lejos oigo un gong, yo se que estás ahí
Y de una u otra forma, seguro te vas a acercar a mí
Y quizás, si alrededor de Julián no se comportase como una gallina degollada y actuara un poco más rápido, podría decir ahora que está bailando junto al argentino, moviendo (o al menos intentando) sus caderas a la par de la canción y disfrutando el movimiento sensual del trasero del otro hombre sobre él, al mismo tiempo que sentiría su risa inocente retumbar en su pecho al notar su poca coordinación de baile, haciendo que su corazón se acelere sabiendo que está más cerca que nunca del menor de estatura y este está disfrutando estando a su lado.
De proponermelo de hacer, a la primera vez
Tan fácil es decirlo, que no va a ser tan fácil que se dé
Pero no, su inoperancia ante la persona de la cual está enamorada llevó a que en este momento sea el espectador en primera fila de ver como le durmieran el twink.
Y lo peor de todo es que no se lo fue a dormir alguien como Jack (que es volátil y jodón pero sabe donde están los límites en cuanto a Julián) o Stones (que cuando se acerca a Julián es más para compartir anécdotas familiares, aunque los roces de sus dedos contra las piernas del joven no parecen del todo accidentales) o incluso Foden (que le gusta preguntarle al argentino sobre el capitán de su selección nacional a niveles que a veces podrían calificar como acoso), sino que -de todas las personas en el equipo y la ciudad y el mundo- tenía que ser Rúben. Porque siempre es Rúben.
Quiero conocerte, cambiarías un poquito de mi suerte
Sigue la corriente, el impulso de tu piel nunca te miente
Erling se toma el shot de tequila con limón y sal que lo esperaba en la barra y pide otro, todo mientras observa al portugués pegado a la espalda de Julián, con uno de sus brazos rodeando la cintura del argentino y girando las caderas de ambos al unísono de la música mientras apoya su boca sobre el cuello sudoroso del menor y parece susurrarle algo al oído que hace que Julián incline su cabeza hacia atrás y ría.
El disco de mi mente se resiente con tu corazón
El disco de tu corazón, el disco de tu corazón
Julián toma de su trago mientras se da vuelta para quedar de frente y le comienza a cantar muy de cerca al portugués la letra de la canción que suena, y en estos momentos el noruego también detesta que su capacidad para aprender idiomas sea prácticamente nula porque quiere, desespera por saber que se están diciendo.
No ves que es necesario terminar en una habitación
Invitame a tu habitación, invítame a tu habitación
Pero por las expresiones del portugués, quien ahora toma con ambas manos la cintura del argentino y canta otra parte de la misma canción a forma de "respuesta" a lo que sea que Julián haya dicho primero, sabe que lo que sea que estén diciendo no es una invitación a tejer al crochet.
Erling se baja el nuevo shot y pide otro, jamás rompiendo el contacto visual con la parejita frente a él. Rúben ahora abraza a Julián, y mientras siguen moviéndose al compás de la música queda la espalda del argentino dando a Erling y la mirada del portugués se clava en el noruego por sobre el hombro del menor. Dias le dedica una sonrisa socarrona al verlo ahí, mirándolos fijamente y paso siguiente pasea sus manos grandes por sobre el trasero perfecto del más joven vestido por ese apretado jean negro que se lo marca a la perfección, acariciando y apretando con avaricia (como esa de la que hablan en la Biblia) para luego separarse un poco del cuerpo de Julián, tomar su rostro entre sus manos suavemente y besarlo hambrientamente.
Erling pide un whiskey y que dejen la botella mientras observa la escena, el cuerpo de Julián respondiendo de manera totalmente complaciente a los movimientos del mayor, como si estuviera acostumbrado a eso .
Pasemos a lo bueno, deshazte de tu ropa
Y dime
Oh oh oh oh uoh oh oh oh oh oh oh oh
Cuando los dos hombres se separan, Rúben pasa su pulgar por los labios rojos e hinchados de Julián, en parte adorándolos y en parte estimulándolos porque todo sobre el argentino lo excita de manera ridícula.
Erling bebe directamente de la botella a este punto, sin importarle en absoluto lo que pase en el presente y futuro, ya que desde su perspectiva todo da lo mismo dado que acababa de darse cuenta que Julián nunca podría ser suyo.
La parejita calenturienta ahora comienza a caminar fuera del antro, y Erling observa la espalda esbelta alejarse de su vista hacia la salida del lugar.
Hace fondo con la botella de una sola empinada.
Muñeca te lo ruego, agítame la boca
Y dime
Oh oh oh oh uoh oh oh oh oh oh oh
(Dos días después, cuando regresan a los entrenamientos, puede ver mientras se baña como toda la espalda de Rúben está llena de marcas de arañazos y su cuello de esparcidos pero marcados chupones, mientras que cuando se están cambiando de nuevo con ropa de calle puede notar todos los moretones de color violeta oscuro y verde amarillento que llenan la parte interna y posterior de los muslos de Julián, así como los que se encuentran en la parte superior de sus antebrazos.
Llega a su casa y se baja tres cervezas en lata directamente una detrás de la otra).
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Hola {ERLIAN}
FanfictionLa canción sonaba en los parlantes incitando, como si el ritmo retara a Erling a hacerlo.