Capitulo Único

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Durante un partido

En los vestidores de Slytherin había un aura densa, sofocante y tensa que rodeaba a los jugadores de Quidditch. Desde que Harry Potter había llegado a Hogwarts y se había convertido en el buscador más joven de la historia de Hogwarts, Slytherin no había ganado ni una sola vez la copa. No importaba que técnicas o trampas hicieran en contra de Griffindor, siempre terminaban perdiendo. Pero esa vez el capitán Flint estaba confiado, sabía que Draco haría algo en contra de Potter en ese partido pues había escuchado a sus amigos hablando de ello. No sabía exactamente qué era lo que haría pues lo único que alcanzó a escuchar era que Draco iba a joder al estúpido de Potter. No quiso quedarse a escuchar más de la conversación pero eso le hizo que tuviera un poco de esperanza para ganar contra los leones. De hecho, en ese momento Draco Malfoy estaba saliendo ya con su traje de Quidditch, que extrañamente le quedaba más entallado de lo normal, el pantalón se cernía a sus largas piernas de tal forma que casi parecía que iba prácticamente desnudo. Su camisa estaba mal abrochada dejando ver sus marcadas clavículas y su cabello no llevaba gomina dándole un aire rebelde. Todos creyeron que se había puesto lo primero que se encontró, sin saber las verdaderas intenciones del Slytherin. Tenía una sonrisa socarrona adornando su rostro, sus ojos llameaban furiosos. Sus pasos eran seguros mientras tomaba su escoba.

—¿Vienes inspirado, Malfoy? — Le gritó Flint.

—No tienes ni idea — Contestó Draco.

Theo, el más reciente guardián del equipo, se acercó a Malfoy para susurrarle algo. Draco asintió pareciendo satisfecho.

—Espero que no te moleste que Theo me coqueté mientras salimos al campo, Flint.

Marcus enarcó una ceja. —¿Por qué te coquetearía?

—Allá afuera hay alguien sumamente estúpido al que le quiero sacar algunos celos, pero no te preocupes. Eso no me distraerá de joder a Potter. — Soltó una carcajada que le fue seguida por los demás miembros del equipo.

Afuera de los vestidores, en el campo de Quidditch, ya se alcanzaban a oír los vitores y porras de los alumnos de Hogwarts. Los Hufflepuff y Griffindors apoyaban a los leones, mientras que Slytherin y unos muy resentidos Ravenclaws apoyaban a las serpientes. Las águilas seguían enfurecidas porque en el último partido Griffindor había logrado mandar a la enfermería a Cho Chang y si en ese partido volvían a ganar los Griffindors, automáticamente Ravenclaw quedaría descalificado del torneo. Caso contrario para los Hufflepuff, que si Ravenclaw lograba ser descalificado, Hufflepuff tendría una oportunidad de seguir en el torneo.

—Bien, escuchen con atención. —Los llamó Marcus Flint. —Allá afuera están los creídos y estúpidos de Griffindor que creen que ganarán una vez más. ¡Nosotros podemos demostrarles que no es así!, ¡Ganaremos, haremos que coman polvo y se hundan en la miseria de haber perdido!

—¡Si! —Todos gritaron a la par.

Tomaron sus escobas, su equipo y salieron hacia el campo al mismo tiempo que el equipo de los leones. Mientras se dirigían al centro del campo, Theo estaba susurrando en el oído de Malfoy, mientras éste reía sonoramante, como si hubiese oído el mejor chiste de la historia. Algunos se extrañaron al ver tal espectáculo, exepto Flint y su equipo quienes sabían el contexto de tal actuación. Theo pasó su brazo por los hombros de Draco, este a su vez lo abrazó por la cintura. Ambos muy pegados el uno del otro, bromeando como si nadie los estuviese observando. Cuando llegaron al centro del campo se separaron para situarse en sus lugares.

Durante un partido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora