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─¡Ya no te soporto!

─¡¿Y crees que yo si estupida?!

Fue lo primero que recibió el omega al tocar la puerta de la casa de Hyunjin. La verdad es que ya estaba acostumbrado a que esto sucediera, pero ahora que Hyunjin y ellos volvían a retomar su amistad sentía mucha pena y tristeza por el alfa, se sintió culpable por no prestarle la suficiente atención antes.

─Perdón por eso. -salió el ojiverde con un semblante cansado y de tristeza. ─Vamonos. -se dirigió al auto del omega. Este último se había quedado unos momentos pasmado en la puerta hasta que por fin reaccionó y se acercó al auto.

─¿Quieres hablarlo? -acomodó en el auto los libros que usarían para estudiar.

─La verdad es que no. -dijo con la mirada gacha y un tanto vacía.

El omega no insistió dándole a Hyunjin su espacio. Subió al asiento del piloto con el alfa a su lado y se dirigieron a su lugar favorito.

─¿A donde vamos? -preguntó el alfa después de un rato de estar caminando por un tranquilo y lindo bosque del vecindario donde vivían, porque la verdad es que no tenía idea de la existencia de ese lugar.

─Ya lo verás.

─¿Aquí es donde me matas y entierras mi cadáver? -bromeó por primera vez en el día.

─Así es, tal vez antes venda tus órganos.

─¡Ahí está! Ves que no me equivoco cuando te digo sicario. Tienes un alma muy oscura dentro de ese lindo cuerpo.

Y por supuesto que ambos se sonrojaron.

Hyunjin por no poderse creer lo que acababa de decir.

Y Jeongin porque, bueno, es obvio.

Se instaló un silencio lleno de tensión hasta que el omega habló primero.

─¡Bueno, llegamos! -dijo emocionado al detenerse frente a un enorme tronco caído siendo un perfecto lugar y banca para sentarse. Jeongin trepó al tronco para luego sentarse, balancear sus piernas y palmear a un lado de él, inventado al alfa a sentarse.

Hyunjin obedeció y tomó asiento. ─Y bueno... ¿ahora qué? ¿Que hacemos aquí?

─Aquí es donde vengo cuando quiero pensar cosas. -tomó aire e intentó tener la atención del alfa quien tenía la mirada perdida. ─Tus-tus padres se van a divorciar? -preguntó con pena.

Volteó a verlo directamente a los ojos. ─Sinceramente es lo que más quiero... yo solo uhm...

El omega se arrastró para estar completamente pegado al alfa y pasó sus brazos por los hombros de ojiverde abrazandolo cariñosamente. ─Tranquilo, está bien. No tienes porque decir más si no quieres. -alzó su cabeza para verlo a los ojos y sonreírle con calidez y ternura. ─Estoy seguro de que todo va a mejorar... ya lo verás.

Hubo un silencio cómodo donde estaban cara a cara, solo con la sensación del viento corriendo y el sonido de las aves hasta que él alfa sin pensarlo más decidió cortar distancia y por fin sellar sus labios con los del omega.

Al principio solo sus labios se quedaron inmóviles, como en un inocente beso de niños, hasta que ambos después danzaron sus labios al mismo ritmo, se besaron con ternura y con grandes sentimientos que sin que se dieran cuenta había florecido y se había implantado en los corazones de ambos.

Ya no solo era un simple sentimiento de amistad.

Sus salivas se mezclaron y crearon el mejor de los manjares. El alfa tomó con una mano el cuello del omega sin querer separarse de ese dulce sabor acaramelado. Se sintió tan bien y tan a salvo, tan libre y lleno de felicidad en esos segundos probando lo que hace tiempo había estado deseando.

 ᘍ   છ   ᯇ   𝗧𝗛𝗘 𝗗𝗨𝗙𝗙  ︵ㅤ.  ( 𝓱𝓳 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora