Curiosamente, me gustas (Dwight y tú) The Office

Schrute Desempleado

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Llegar a la granja Schrute es como transportarte a un año diferente. Es un lugar muy pacífico y la naturaleza se puede percibir y admirar con sus campos llenos de vida, olor a heno, animales muy lindos y bien cuidados, plantas de frutos frescos y una bella sensación de calidez de hogar.

No obstante, se me hizo raro ver que había máquinas y hombres trabajando en construir una especie de cuarto extra en la casa de Dwight.

Mar: ¿Qué pasa ahí?

Dwight: *sonríe* Oh, es una sorpresa para ti... Bueno, no. Te lo diré. ¡Es que me emociona mucho! Ok, estuve pensando en que dijiste que la granja Schrute no tenía una habitación de baño decente, cosa en la cual tienes razón. Así que decidí construir un baño como el de una casa normal. ¡Como el de tu casa!

Mar: ¿En serio? Ay, dios. ¡Suena maravilloso!

Dwight: Lo será. Te gustará. Cuando esté listo, quiero que tú y yo lo probemos.

Mar ¿Y cuánto le falta? 

Dwight: En unos días quizás esté. 

Mar: ¡Qué emoción!

Dwight: Pero ven, vamos a cenar. Debes estar muriéndote de hambre y Mose ya tiene todo listo para un banquete digno de reyes. Reyes dueños de su propio destino.

Mi querido Dwight no mentía. Mose había preparado una mesa al aire libre muy bonita con un mantel dorado, velas, vajilla de porcelana con un diseño muy elegante y el gran cerdo que nos regaló doña Silvia justo en medio de todo, ya preparado con una salsa especial tipo adobo.

Me pareció un poco mórbido el ver al cerdo así completo con una manzana en la boca, pero olía tan rico que evité decirlo.

Mar: Wow, Mose. Te luciste en serio. Seguro les llegarán muchos clientes a su agroturismo.

Mose: *sonríe y hace una reverencia*

Dwight: *mueve una silla* Siéntate, querida. Puedes comer lo que quieras hoy.

Mar: Descuida te ayudaré a servir.

Dwight: Ok, pero yo cortaré el cerdo. Soy un experto.

Ya que cada quien tenía su carne, puré de betabel, ensalada y vino de betabel, nos sentamos a comer y quedé extasiada. ¡Estaba realmente exquisito!

Mar: ¡AY, POR DIOS!

Dwight: Jajaja, lo sé. ¿Verdad?

Mar: No cabe duda, esta es la mejor carne que he probado. Dios bendiga a doña Silvia.

Dwight: *alza su copa* Amén.

Mar: En serio quisiera ser vegana, pero no puedo. No imagino la vida sin todo esto, ¡es el paraíso!

Dwight: ¿Vegana? Pfff, eso no es vivir... Como esa vegetariana de Angela, no la entiendo.

Mar: Ni yo. Ya no somos amigas.

Dwight: ¿Ah, no?

Mar: Le di un ultimátum. Si no le dice a Michael la verdad, no podemos ser amigas. Le daré hasta el viernes, y si eso no pasa ya le diré yo.

Dwight: Wow. Gracias, Mar. No creí que fueras tan obstinada al no querer que me vaya.

Mar: ¿Bromeas? ¡Eres el alma de la oficina!

Dwight: *sonríe* Owwww.

Mar: A ver si así Michael se da cuenta de lo que vales y te empieza a tratar mejor.