¿Cuánto tiempo habrá pasado desde que cayeron las bombas? Es una pregunta que me ha rondado mucho tiempo por la cabeza. Desde que estoy en este agujero solitario el tiempo se ha vuelto algo mundano para mí. Al inicio, contabilizaba los días como rajas en la pared; pero después de descargarme el celular y no contar con un reloj, perdí la cuenta.
Me he intentado mantener sereno y con conciencia para no cometer ninguna locura. Sin embargo, estar solo me ha afectado demasiado, al extremo de que incluso olvidé mi nombre. Gracias a las voces, logré recordarlo. Ryan, ese fue el nombre que escuché hablar a las voces que me atormentaban en mis pesadillas. Pero ya no importa. Me tengo que preparar para salir de este búnker después de tanto tiempo. Debería darme una ducha, si tan solo hubiera agua. Además, tal vez comería algo, si no fuera porque no hay nada que comer desde hace 3 días. Aunque al menos puedo limpiarme la cara con un trapo y cortar el exceso de vellos con unas viejas y oxidadas tijeras.
Dirigiéndome al espejo, que colgado a mi derecha estaba, observe mi cara sucia por la grasa y el polvo cubriendo la que alguna vez fue mi blanca piel, la cual ahora estaba enrojecida y llena de quemaduras por motivos que yo mismo desconocía. El antiguo cabello castaño y barba arreglada ahora eran solo una sombra de lo que alguna vez fueron, y ahora parece un gran nido de ratas mugriento y asqueroso. Mis ojos cafés están irritados y rojos por el polvo, mientras que mi boca seca y quebradiza por la falta de agua.Todo lo que veía en el espejo me entristecía, y me hacía maldecir en mis adentros a quien haya lanzado la primera Bomba. Solamente me podía resignar a la situación en la que me encontraba y aceptar de mala gana el destino que me deparaba. Con unas tijeras que se encontraban dentro del pequeño cajón debajo del espejo, comencé a intentar arreglar mi barba y cabello. Al terminar, todavía se veían como una porquería, pero algo arreglados, según yo. Pensaba cambiar de ropa, ya que la camisa azul, el pantalón gris y los tenis negros, estaba demasiado sucios. Pero, sabía la ropa limpia de mi closet se había acabado desde hace mucho tiempo.
- Gruuurrrr -
Ese sonido me desconcertó. Sabía de donde provenía: de mi estómago, pero le di poca importancia ya que otro día sin comer no me mataría. Así que mejor fui a descansar y dar por terminado este "día", para así al despertar ya salir de este bunker y empezar a buscar suministros, y si llegara la casualidad, tal vez a otras personas. Por lo cual, simplemente me recosté en mi montículo de cartones de tela, para cerrar los ojos y esperar un nuevo día.
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Historias De Bocados
RandomSolo son escritos e imaginación que me guardo. Tomen para llevar que se que ustedes lo disfrutaran.... Esto no se actualizara seguido, solo serán historias diferente que pueden utilizar...