| D O S |

30 6 0
                                    

Día 02: Gokushufudo.

Erik se encuentra débil física y mentalmente, está casi al borde del colapso. Sus músculos y tendones arden al grado en que mover los ojos significa un insoportable dolor.

—Oh, mi... ¡¿Qué te sucedió?! —escucha la voz asustada de su esposo a la distancia.

Charles no debe ser alcanzado por las garras de aquella bestia contra la que Erik está peleando. El olor penetrante es tal que nubla la vista de Erik, pero logra ver a Charles, a través de la niebla, acercarse hasta donde se halla el cuerpo tendido de Erik.

—S-sal de aquí... —dice Erik con voz rasposa, en sus últimos momentos de conciencia —. Co-corre lejos, no dejes que t-te atrape a ti también.

Charles se agacha para sostener a Erik por las axilas y tirar de él. Lo arrastra con dificultad, con una mirada impotente y preocupada. Erik desearía ser más fuerte y sobreponerse a las circunstancias para borrar esa mirada.

—Dios mío, Erik. Por favor... no mueras, por favor. ¿Qué tienes? ¿Qué pasó? —pregunta Charles una vez que deja de arrastrar a Erik.

Erik siente a su cuerpo entero hormiguear, no puede sentir sus extremidades ni puede moverlas por voluntad. Nunca debió enfrentarse a un oponente tan fuerte, pero es su deber como amo de casa.

—El... El sarro —susurra con miedo, como si al pronunciar el nombre de su contrincante fuera a hacerle daño nuevamente.

Charles se paraliza con incredulidad.

—¿El sarro? —repite.

Erik traga grueso y asiente.

—Primero, intenté quitarlo con el limpiador que vi en aquel comercial. Juraron que era de acción rápida y contundente, pero... —hace una dramática pausa, recordando cómo fue de iluso al creer en esa mercadotecnia barata —, fue en vano. El maldito sarro es más resistente y poderoso. Yo di todo de mí, incluso rompí el cepillo con el que froté la superficie contaminada, pero el bastardo tiene fieles secuaces que no son derrotados tan fácilmente.

Charles solo puede permanecer con la boca abierta por la incredulidad. Erik siempre es tan dramático.

—Entonces, como no ví resultados con ese limpiador, utilicé mi arma mortal. No quería llegar a tal punto, Charles, de verdad que lo evité a toda costa —Erik lo mira con una sombría mirada, como si en aquel momento Erik hubiera sido el único cuerdo en aquella pelea. Charles comienza a pensar que no del todo. —Así que me dirigí a la bodega y tomé la botella del cloro, luego fui a la cocina por la botella del vinagre, me puse delante del excusado y le advertí sobre lo que pasaría a continuación, si no dejaba de ser una molestia para mí.

Charles se ríe internamente. Por cosas como esta es que se enamoró de su esposo.

—Erik, ¿combinaste cloro y vinagre en grandes cantidades? —pregunta Charles directamente.

Erik suelta un quejido de dolor y aprieta los ojos, como si le hubieran clavado un cuchillo en el estómago.

—Sí, Charles, lo hice —responde Erik, tapando sus ojos con remordimiento —. El bastardo comenzó a debilitarse y mientras más tallaba las paredes del excusado con otro cepillo, más se despegaba. Yo me creí triunfante del enfrentamiento, pero no conté con que sus refuerzos eran sigilosos y letales, casi como ninjas.

Charles se ríe en voz alta esta vez. Erik está siendo ridículo. Le encanta.

—Querido, te intoxicaste con el olor. No hubo ninjas ni nada por el estilo.

Erik lo mira fijamente, con una expresión sombría.

—No tienes idea de cómo fui rodeado. Casi me asesinan.

Charles asiente con una sonrisa serena.

—Sí, la combinación de esos líquidos puede ser mortal. Tienes suerte de que te encontrara antes de que murieras —dice Charles con una expresión acongojada.

Erik carraspea ligeramente antes de sentarse.

—No te preocupes, Charles. No soy tan débil, no dejaré que ese canalla me vuelva a acorralar de esa manera.

Charles se ríe de nuevo y se acerca a la mejilla de su esposo para dejar un beso sobre ella.

••••

Más tarde, cuando el cuerpo de Charles le pide usar el baño, se encuentra con la tasa más limpia y reluciente que sus ojos hayan visto. Casi se siente culpable de ensuciarla con sus necesidades.

—Lo siento, Erik. El señor Sarro vendrá por su revancha.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 07, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

《 Cherik Week - 2023 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora