Un día normal

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Era un día normal de verano, estaba en la escuela y era hora de la salida. Todos sabemos que siempre se para un vendedor de Bonice, o como a mi gusta llamarlos: Un Bonicero (bonaisero).

Me sobraban 10000 pesos así que voltee a ver al Bonicero y grité: "YO PICHO A TODA LA ESCUELA!!!"
En ese instante cada uno de los alumnos y maistros agarraron un bonice y me agradecieron. Entonces me dispuse a pagarle al bonicero, la cuenta era de 775 pesos, así que le pagué y le dije quedate con el cambio, osea le di mis 10000 pesos para hacer mi buena acción del día.
El bonicero nunca levantó la mirada, nunca le pude ver la cara por la gorra de "Bonice" que traía puesta, pero no le tomé importancia.

Luke Hemmings el vendedor de BoniceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora