༒︎𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 1༒︎

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El amor es extraño, llega cuando menos lo esperas y hacia el ser que jamás imaginarias, bueno, parece que el amor puede llegar hasta la mismísima Muerte, esa presencia que con solo nombrarla basta para inundar de miedo incluso al rey más poderoso.

Pero, ¿quién había sido aquel mortal el cuál fue capaz de robarse el muerto corazón de la Muerte?

No era más y nada menos que la famosa leyenda del Gato con Botas, aquel felino que se creía era inmortal, que peleó con la Muerte y la venció, hazaña tras hazaña fue ganando y así su nombre fue ganando respeto y reconocimiento en pueblo tras pueblo que iba salvando.

Tras su enfrentamiento final con la muerte, había finalmente comprendido el valor de la vida y como debía disfrutar su última vida, se decía que había tomado rumbo hacia el reino de Muy Muy Lejano y que actualmente se encontraba en el castillo del rey Arturo, se corrían rumores de que su vida era maravillosa.

Mientras tanto la Muerte, desde aquella batalla con la leyenda, se sentía finalmente en paz, tras haberle dado su lección a aquel vanidoso gato, pero algo le generaba confusión, ¿Por qué seguía pensando en ese anaranjado gato de ojos verdes como esmeraldas?

Al principio trataba de ignorar el sentimiento pero no podía, necesitaba verlo, ver esos preciosos ojos esmeraldas, sentir ese intoxicante olor a miedo, lo necesitaba.

Pero el era la muerte y no podía intervenir en el mundo de los mortales, al menos no ahora, entonces iba a necesitar a un mortal que acomodará la situación para así tener a su gatito junto a él.

Solo quedaba algo que resolver, ¿quién sería ese mortal que serviría como peón de la muerte?

Tenía a algunos conocidos mortales, pero ¿amigos?, solo se le venía a la mente un nombre

Inés Escobedo Bernand

La poderosa justiciera que defendía a su pequeño reino de la brutal guerra que los rodeaba. Era el blanco perfecto.

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Se encontraba la Muerte esperando en uno de los salones de la gran casa que habitaba la joven Escobedo.

Se encontraba paciente esperando a la justiciera, hasta que se escucharon las puertas del salón abrirse, el voltear, la vió, con un vestido largo negro con diversos bordados de flores de colores, tenía los hombros descubiertos, pero estos se cubrían un poco gracias a un reboso del mismo color del vestido.

Su cabello castaño con puntas rubias  se encontraba agarrado por unas trenzas que acababan en una especie de molote, teniendo en el frente dos cortos mechones de cabello.

Sus ojos verdes, penetrantes y dominantes, sus labios, pintados de un precioso carmín cuál sangre fresca, le hacia competencia a los ojos de la muerte.

-Bueno, ¿qué te trae a mi reino Death? – dijo tranquila pero en un tono firme la gobernante.

-Puedo ver tu interés, Inés- dijo esta vez la Muerte, igual con gran calma.

-Pues, para que la misma muerte acuda a ti, debe de ser importante.-

-Pues…- sus palabras fueron interrumpidas por las puertas del salón siendo abiertas otra vez.

Al voltear se encontró con el esposo de la gobernante, Damián, un hombre alto, algo moreno, vestía un traje negro muy elegante, aunque en su cara se notaba su incomodidad.

-Death…- fue lo único que salió de su boca al adentrarse al salón.

-Mmm, sería  miquiztli para ti mejor, se relaciona más con tu lengua materna- dijo el lobo plateado hacia Damián

༻𝔗𝔲 𝔰𝔢𝔦 𝔭𝔢𝔯 𝔪𝔢༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora