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Año 844 Centro de comando militar
Estar frente a Darius Zackly era considerado un honor y terror para todos los soldados de cualquier rama militar. Su aura era tan autoritaria que ni siquiera podías verlo a los ojos sin sentir que eras un insecto inginificante a su lado. Todos veían a Darius Zackly como el desquiciado Comandante Supremo de las tres divisiones militares. Y luego estaba Mia, que solo lo veía como su irritable abuelo.
Tenían bastante tiempo que no se encontraban cara a cara, pero a aquel rubio de grandes cejas le pareció buena idea llevarla para así, con su presencia, poder persuadir a su abuelo de conseguirle a la Legión el presupuesto que se requería para poder llevar a cabo la siguiente expedición fuera de las murallas.
Mientras el Comandante Shadis y Erwin Smith trataban de convencer a Zackly de lo buena que era la formación de búsqueda a larga distancia él seguía negando una y otra vez aunque la idea le pareciera muy buena e incluso alagara a Erwin por ello. La chica mantenía la mirada fija a la nada o mirando hacia otro lado que no fuera en dirrección a Darius Zackly.
—Keith... Por favor, entiéndeme. Está decidido que serán suspendidas. —finalizó el Comandante Supremo.—La sentencia aplicará hasta dentro de cinco días, pero dudo que algo haga cambiar de opinión al concilio.
Los altos mandos tenían tiempo tratando de cancelar las expediciones ya que no les agradaba la idea de gastar dinero y recursos en personas que sólo se preparaban para ser comida de titán.
—Entiendo —respondió el comandante Shadis.
Los integrantes de la Legión estaban dispuestos a retirarse tras su evidente derrota y perdida de tiempo pero la voz del mayor los hizo detenerse
—Quisiera hablar con la soldado si no es mucha molestia.
Al oír aquellas palabras Mia soltó un suspiro y miró a su Comandante. Este asintió, haciendo que ella se quedara en la oficina mientras ellos se dirigían a la puerta, no sin antes avisarle que la estarían esperando en el carruaje.
—Ahora soy Capitana, para tu información —aclaró con irritación —¿De qué quería hablar conmigo, señor? —cuestionó aún estando firme y mirando al frente.
—Dejate de formalidades, Mia. Quiero hablar con mi nieta no con una de las Capitanas de la Legión de Exploración.
—Deberías persuadir al concilio de darnos el presupuesto que pedimos. —mencionó ignorando sus anteriores palabras —La formación de Erwin es impresionante.
—¿Para llevar a mi nieta a una muerte segura? No, gracias —la chica bufó al escuchar las palabras de su abuelo —Aún no entiendo por qué no te uniste a la Policía Militar. Si continúas así terminarás como...
