Capítulo II

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La silla del comedor estrella contra el suelo frente a mis ojos. La ira me consume y las ganas de matar son bastante altas. Descargo todas estas emociones que tengo atoradas golpeando todo lo que tengo a mi paso y aún no es suficiente.

Han pasado cuatro largos meses y no he podido encontrar al maldito de Máximo. Además de no tener más noticias de Lara y Alan. Después del primer mes dejaron de dar noticias sobre ellos en la televisión y escuché que cerraron el caso al no dar con su paradero.

Todo esto me tiene de los nervios y necesito relajarme para pensar con la cabeza fría mis movimientos. Salgo de casa y me dirijo a los barrios bajos donde puedo matar a alguien y a nadie le importaría. No tardo mucho en llegar y empezar a caminar entre los indigentes, los muertos de hambre y las prostitutas baratas.

De la nada escucho un grito y lo sigo hasta llegar a un callejón. Mi mirada encuentra a dos hombres con ropa extremadamente sucia y con mal aspecto tratando de abusar de una mujer la cuál ya se encuentra con su blusa rasgada y llorando.

- ¿Abusando de su fuerza? - llamo su atención.

- Largo de aquí idiota sino quieres que te abramos en canal. - su comentario me hizo soltar una risa.

- Ya quisieras tú lograr semejante azaña.

- Mi compañero ha dicho que te pires.

Empecé a acercarme a ellos sin contestar. Mientras avanzaba con una mano tomé mi cuchillo por el mango y cuando estuve a una distancia prudente lo saqué y en un movimiento rápido y sin piedad degolle su garganta.

La sangre salpico llenando mi chaqueta negra con gotas de esta y la mayor cantidad fue a la espalda del segundo sujeto y en la cara de la mujer. La chica soltó un grito por la impresión y su compañero la soltó para quedar de frente a mí.

- ¡Te voy a matar hijo de puta! - se lanzó sobre mí con su cuchillo para tratar de apuñalarme.

Antes de que lograra su objetivo moví mi cuerpo y le apliqué una llave en el brazo para que el cuchillo cayera al suelo. Con mi otra mano que sostenía el arma ensangrentada perforé su cuello de un lado al otro incrustando hasta el mango del cuchillo. Lo solté y él solo se desplomó en el suelo aún con vida.

Me agaché a su lado y sostuve lo que quedó de mi preciado cuchillo.

- Nunca debes amenazar a un extraño. Ya uno no sabe si puede ser un psicópata.

Luego de eso retiro el cuchillo dejando que empiece a desangrarse. Veo como el líquido carmesí ocupa cada vez más espacio en el suelo. Abre la boca para decir algo pero se queda en un vil intento cuando se llena de sangre también y se empieza a haogar con su propio fluido.

Lo observo detenidamente hasta el último aliento que da y luego con mi dedo índice recogo un poco de su sangre y la saboreo. Hago una mueca de disgusto antes de hablar.

- Nada se compara al sabor de mi Lara.

Me volteo y miro a mi próxima víctima, la chica. Ella me mira con lágrimas y muy asustada desde un rincón esperando a que me desaparezca sin lastimarla. Me acerco a ella y en seguida empieza a llorar con más ganas.

- Shh tranquila, todo estará bien. No te haré daño. - con mis palabras se tranquiliza un poco aunque no deja de mirarme con miedo.

Mi cuerpo se alimenta de esa mirada y luego de acercarme lo suficiente mi mano acaricia su mejilla y sus ojos miran los míos. Y justo en ese momento clavo el cuchillo en su estómago, rodeo su cintura y aprecio como sus ojos van perdiendo su brillo.

Su vida se desvanece en mis manos mientras yo lo disfruto al máximo. Una vez suelta su último aliento saco el cuchillo y la dejo caer. Con una sonrisa macabra lamo la sangre del cuchillo probando su sabor.

- Mmm nada mal, pero sigue siendo menos satisfactoria.

Guardé mi arma y salí de ahí. Recorrí el mismo camino hasta casa y un poco más tranquilo encendí la televisión y me puse a recoger los restos de todo lo que destroce. Recogí los pedazos de la silla que antes había lanzado y los llevé hasta una bolsa de basura. Tomé una escoba para limpiar bien pero una noticia llamó mi atención.

- Noticias internacionales, en el día de hoy fue arrestada la señorita Lara Donovan en la ciudad de Seattle por haber matado a treinta personas y aún se siguen buscando cuerpos. Todo esto ocurrió en el hotelito High Garden dónde la chica residía estos últimos meses.

- Así es Alejandra, Está chica es una psiquiatra canadiense que estuvo involucrada en una fuga de dos peligros psicópatas y con varias muertes.

- Bueno, en estos momentos se encuentra siendo trasladada a un hospital psiquiátrico ya que se comprobó los numerosos traumas generado por sus acompañantes Alan Smith y Jackson Gesell los cuales aún no se sabe su paradero.

Me acerco al sofá y escucho atentamente todo lo que dicen las dos reporteras sobre Lara e incluso muestran unas imágenes dónde veo a mi bella pelirroja que ahora es rubia y su pelo no pasa sus hombros entrar a una camioneta policial.

Está igual de guapa que siempre aunque no niego que me gusta más con su pelo rojo. Me pierdo mirando las fotos y videos que ponen en la televisión por un rato hasta que empieza a sonar el teléfono. Lo recojo del sofá y contesto la llamada sin mirar.

- Oye hermano, te tengo noticias. - me habla el odioso de Connor que se ha vuelto mi mayor aliado durante todo este tiempo.

- Habla ya.

- Ya sé a dónde se fue a esconder la rata de Máximo.

En ese momento pasaron una imagen del Hospital psiquiátrico dónde internaron a Lara y hubo un pequeño detalle que llamó mi atención.

- Está en el hospital UW Medicine. - se escapa de mi boca esas palabras.

- Pues sí tío, ¿cómo lo sabes?

Colgué la llamada dejando a mi amigo del orfanato con la palabra en la boca y me dirigí al cuarto para empezar a empacar un poco de ropa.

El teléfono volvió a sonar con el nombre de Connor y le contesté mientras lanzaba ropa al maletín.

- Hazme un expediente de trabajo como psiquiatra y más te vale que pueda cruzar la frontera sin problemas.

- Está bien, pero cálmate un poco.

- Paso a buscarlo dentro de una hora.

Vuelvo a colgar sin dejarle opción a réplica y termino mi maleta, levanto el colchón y saco el dinero que tengo guardado para meterlo en el bolso y por fin salir a buscar un auto.

Salgo a apagar las luces y el televisor y tomo las llaves del departamento para pasar el seguro y luego irme. Voy a una renta de autos muy cerca de mi ubicación y alquilo un carro. Luego voy a la tienda y hago una compra para el viaje un poco extenso que voy a dar.

Finalmente me dirijo a la casa de Connor a recoger el dichoso expediente. En el auto no tardo mucho así que en veinte minutos parqueo en el estacionamiento del edificio y salgo. Subo hasta su apartamento y toco. No tarda en abrirme y ni siquiera me deja entrar, me pasa el expediente sin más.

- Ahí está lo que me pediste.

Lo reviso y cuando termino le pago para luego regresar al carro y empezar mi viaje.

Ahora sí que voy a volver a verte mi pelirroja.

Tomo la carretera y así comienzo mi viaje a Seattle de dos días.

Ya voy a poder vengar tu muerte hermanita.

Hola chicos. Aquí les dejo otro capítulo y prepárense que a partir de ahora se va a poner bueno 😉. Bueno acuérdense de votar y comentar que les parece que va a suceder.
Besitos Sheila 💋 💋

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