Capítulo 15

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—¿A qué vienes, Minjae?

—A hablar contigo.

—No tenemos nada de que hablar.

—Yo creo que sí. Quiero que inviertas en mis restaurantes.

—Lo siento, yo quiero invertir, te lo dije la última vez que nos vimos.

—En este momento necesito que alguien invierta o me iré a la quiebra.

—Lo siento, pero eso no es problema mío.

—Lo es, hiciste algo para que nadie quiera invertir.

—Yo no hice nada, no tengo esa necesidad.

—Entonces, ¿por qué desde que pasó lo de Jaemin, nadie quiere invertir?

—Tal vez ya tus restaurantes no valgan la pena.

—¿Qué dices?

—Piénsalo, el servicio de volvió lento, la comida no tiene tan buen sabor como antes, los platillo no lucen tan geniales, los locales se ven anticuados y descuidados, no parece algo que valga la pena.

—¿Qué sabes de eso?– sonaba muy enojado.

—Yo lo sé todo, así como sé lo que le hiciste a Jaemin. No pienso invertir y es mi última palabra.

—Ah, así que esa zorra ya te contó como suplicaba por mi nudo y mi marca.

—Cuida tus palabras.– estaba perdiendo su paciencia.

—¿Por qué? Jaemin no es más que una zorra.

—No te permito hablar así de mi omega.– su voz de alfa salió mezclada con un gruñido.

—¿Tu omega? ¿Esa zorra?

—¡LÁRGATE DE AQUÍ!

Salió de la oficina dando un portazo y entre gruñidos. Se dirigió directamente al escritorio de Jaemin, donde este estaba encogido por el miedo con un omega igual que él al frente y un alfa que aumentaba su enojo con nada pasó que daba.

—¡Tú! Maldita perra.– se dirigía a Jaemin con su voz de alfa, asustándolo más.

—No le hables así.– el alfa al otro lado del escritorio sonó pacífico, pero se veía amenazante.

—No te metas, esta perra me las va a pagar.

Agarró a Jaemin del pelo, y lo tiró al suelo, haciéndolo gemir de miedo.

—Suelta a Jaemin, Minjae.– Jeno parecía a punto de perder el control.

—Minjae, por favor.– la voz de Jaemin sonaba cargada de pánico.

Minjae pateó a Jaemin en su estómago y le dio dos golpes en la cara con el puño. Jaemin intentó taparse, gimiendo del dolor y llorando. Jeno al ver eso avanzó para golpearlo, pero alguien lo agarró por atrás para evitar que hiciera algo. El alfa que era policía agarró a Minjae y lo redujo, tirándolo en el suelo, por más que éste luchó, no se pudo separar.

—Amor, llama una ambulancia y una patrulla, por favor.– el alfa le pidió a su omega.

Jeno se soltó del agarre que resultó ser de su padre y su mejor amigo, corrió donde Jaemin, que al sentirlo se aferró a su camisa. Su Sol era una pequeña bolita de puros lloriqueos y olor a miedo, alterando a su alfa, abrió un poco la camisa de Jaemin y visualizó lo que era el inicio de una gran morete; su carita estaba con sangre, al ser tan delicado el golpe le rompió sobre la ceja y los labios.

—Alfa, duele.

—Lo sé bebé, ya viene la ambulancia.

Jeno vió como los ojos de su Sol se cerraban y los puños en su camisa se aflojaban, casi entró en pánico al ver a su pequeño bebé desmayado en su regazo.

—¿Sol? ¿Jae? Vamos Lou, despierta, por favor.– su alfa gruñía enojado, queriendo salir y destrozar al que le hizo eso a su omega. Se puso peor al dejar de sentir al omega de Jaemin y ver como este comenzaba a temblar en su regazo, aún sin abrir sus ojitos.– Jae, vamos amor, por favor, abre tus ojitos.

En ese momento ya todos los que trabajaban en ese piso estaban al rededor de ellos, observando a su jefe abrazar a su secretario y decirle esos amorosos apodos. El ascensor sonó y de ahí se bajaron tres paramédicos, el otro llegó casi al mismo tiempo con tres policías.

Los paramédicos se acercaron rápido al omega golpeado, viendo que estaba inconsciente y temblando. Rápidamente se lo llevaron. Donghyuck fue con ellos, ya que Jeno debía hablar con la policía y no podía irse.

Los policías tenían a Minjae con esposas, el alfa y el omega que iban a firmar el contrato, hablaban con ellos. Después de un rato se llevaron a Minjae, y los otros dos se acercaron a hablar con Jeno.

—Señor Lee, ese hombre va a ir a la cárcel por golpear al omega.

—No lo creo, ya intentó hacerlo antes y Jaemin lo intentó denunciar, no hicieron nada.

—Bueno, el antiguo jefe no creía en el derecho de los omegas.– habló el alfa haciendo mala cara.

—Hace casi una semana salió la Ley de derechos de los omegas, y todo esto es penado. Mi alfa –volvió a verlo– es el nuevo jefe de policía, y estoy seguro de que va a hacer todo lo posible para ayudar a Jaemin. Alguien que trata a las personas tan bien tiene derecho a ser defendido.

 Alguien que trata a las personas tan bien tiene derecho a ser defendido

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MI OMEGA HUELE A LO QUE MAS ME GUSTA, BANANAS. NOMIN ADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora