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Kim SeokJin es un chico alegre y brillante, su pasión es el bailé por eso mismo en cada oportunidad que tiene el bailá hasta que sus piernas no pueden más.

Se encontraba bailando en un antro muy concurrido, pues fue en busca de un buen trago y el despejar su mente de su vida abrumadora.
Mientras bailaba y sentía el chocar de otros cuerpos con el suyo, un par de manos se posaron sobre su pequeña cintura.

Te mueves muy bien Jinnie.
El cuerpo del rubio se tensó en ese mismo instante, conocía esa voz, dejó de bailar y enfrentó al otro hombre.
Déjame en paz Bae. - respondió SeokJin.
Oh.. no lo creo Jin, sabes no he dejado de pensar en ti, de querer volver a estar a tu lado.
Ese no es mi problema si no me hubieras engañado no estaríamos así.

Bae, tomó la muñeca de SeokJin mientras intentaba forzarlo a ir con él. Pero no por mucho ya que el castaño a su espalda pudo sentir cañón de una pistola.

Dijo que lo sueltes.
Era un tono de voz grueso y molesto a la misma vez, provocando que Bae soltará al rubio y saliera huyendo.

Así que Jinnie. - dijo Jeon.
— ¿Quién eres  tú? Y qué es lo que quieres. - dijo SeokJin.
Oye, eso es un poco malcriado de tu parte, ni siquiera un gracias por haberte ayudado.
Gracias. - responde el peli rubio.
Escucha, no suelo hacer esté tipo de cosas pero, permíteme invitarte un trago.

SeokJin lo vio con algo de desconfianza pues era un desconocido para él, sin embargo asintió dejando que el otro tomara su mano y lo llevará a la parte privada del lugar, sin duda alguna este era un tipo pesado.

Entre los tragos, plática e incluso risas por parte de Jeon que era muy reservado en ese aspecto.

Para el pelinegro el chico contrario le resultó ser bastante amistoso a pesar de lo arisco que fué al inicio y para SeokJin el pelinegro era un tipo serio un tanto solitario pero tenía una hermosa sonrisa.

Pasadas las dos de la mañana, ambos hombres salen del lugar.

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