Vegetta se niega a caer ante el amor nuevamente.
Y es que después de tantas decepciones que había experimentado, no quería tener que pasar por aquel sentimiento otra vez, así que hace todo lo posible por dejar de lado la idea de amar.
Sin embargo, c...
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-N.O.-
Vegetta despertó temprano como acostumbraba, pese a no dormir adecuadamente, no podía despertar tarde aunque lo intentara, de cualquier forma, para él estaba bien así, puesto que le gustaba aprovechar el tiempo, y qué mejor que despertar temprano para comenzar con su rutina de trabajo sin parar.
Algunos de sus amigos le insistían en que debía relajarse un poco, dejar de trabajar tanto y darse como mínimo un día para hacer nada, pero llegaba un punto en el que se aburría o le llegaba la necesidad de continuar con sus construcciones o inventos, y al final terminaba trabajando hasta tarde otra vez.
Mientras limpiaba su hogar, recordó lo sucedido la noche anterior, aquellos ojos color esmeralda regresaron a su mente, y no iba a mentir, le causaban curiosidad.
Suspiró una vez terminó de limpiar todo, y antes de comenzar a construir (porque sabía que una vez lo hiciera, no pararía hasta el amanecer) decidió salir un momento de casa y dar una vuelta por el pueblo, y ponerse al día con cualquier cosa que haya sucedido y él no se hubiese enterado.
Salió de casa asegurándose de cerrar todo para que nadie entrase, y sin más comenzó a caminar hacia el pueblo, mirando a su alrededor.
Todo parecía normal, nada había cambiado desde estos días en los que estuvo encerrado en su torre terminando de construir... O eso parecía, hasta que a unos metros de distancia vio una pequeña casa que no recordaba que estuviera antes.
Se dirigió hacia el lugar con curiosidad, y al llegar, aquél chico de orbes esmeralda estaba allí, plantando algunas semillas y recolectando los cultivos. Lo miró por unos segundos, no muy seguro de qué hacer, hasta que finalmente tomó valor y se acercó a él.
Vegetta.- Hey, hola
El chico se giró algo sorprendido, pues no esperaba aquella repentina visita.
Foolish.- Oh, eh... Hola.- Pronuncia, notandose al instante que el español no era su idioma.
Vegetta.- Eres el chico de ayer ¿Cierto? El que vi con Luzu frente a mi torre
Foolish.- Eh, I- Yo no... No Spanish...- Pronuncia con dificultad, pero Vegetta capta al instante lo que aquél híbrido de tiburón trata de decirle.
Vegetta.- Oh, I see.- Dice, tratando de poner a prueba todo el inglés que sabía... El cual era prácticamente nulo. Nunca se había puesto a pensar que tendría que convivir con un angloparlante, y aunque había intentado aprender el idioma, en algún punto lo había dejado, y no sabía exactamente el por qué... De cualquier forma, ahora se arrepentía por no haberle pedido a Luzu que le enseñara.
Se formó un pequeño silencio por unos segundos, hasta que Foolish habló nuevamente.
