Vegetta se niega a caer ante el amor nuevamente.
Y es que después de tantas decepciones que había experimentado, no quería tener que pasar por aquel sentimiento otra vez, así que hace todo lo posible por dejar de lado la idea de amar.
Sin embargo, c...
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-N. O.-
La idea de amar, para Vegetta, era una que había abandonado hace tiempo. No quería tener nada que ver con las relaciones, porque sus experiencias habían sido tan malas que llegó a pensar que su destino era estar solo hasta el día de su muerte.
Había decidido darse por vencido en ese aspecto y dedicar su vida a lo que tanto amaba: La construcción. Era una gran forma de distraerse y pasar el rato, sus amigos, quienes estaban conscientes de la vida del de ojos amatista, se habían acostumbrado a las imponentes construcciones del chico, preocupándose a veces por las horas sin descanso que les dedicaba, y es que había ocasiones en las que desaparecía por días y no sabían nada de él hasta que alguno terminaba preocupandose e iba a ver si todo iba bien, encontrandose al pelinegro con ojeras bastante visibles y completamente centrado en su trabajo, inconsciente de la hora y el tiempo que llevaba sin comer o dormir.
Luzu era quien más acostumbraba visitar al amante del morado, pues él había sido quien acompañó al chico durante sus días de desahogo, dándole ánimos y estando a su lado para hacerle compañía. Su amistad era la más honesta que Vegetta había tenido, y agradecía todo lo que el chico hacía por él.
El de cabellos castaños a veces se sentía mal por la vida que llevaba el contrario, porque pese a que parecía feliz y siempre trataba de mostrar una sonrisa, él más que nadie sabía lo que sufría el chico... Conocía cada pequeño detalle del duelo por el que había pasado y que a día de hoy seguía combatiendo... Vegetta era más débil de lo que los demás pensaban, y por ello en más de una ocasión había intentado hacer que saliera a conocer a alguien, que dejase de decirse a sí mismo que estaba destinado a la soledad, pero Vegetta simplemente se había rendido, y no lograba hacerlo cambiar de opinión, por lo que Luzu simplemente dejó de insistir y se dedicó a cuidar al pelinegro indirectamente. Luzu sabía lo que era la traición, él lo había vivido una vez, y de tan sólo pensar que su amigo había tenido que soportarlo en más de una ocasión realmente le dolía.
Vegetta, por su parte, sabía el gran esfuerzo que Luzu ponía en ayudarlo y estar a su lado, por lo que siempre trataba de contarle todo lo que le pasaba, para mantener aquella amistad igual de cercana, y por supuesto que él también ayudaba al contrario siempre que podía.
Ambos chicos se ayudaban mutuamente, y para Vegetta esa amistad había sido un gran apoyo durante aquellos días tan difíciles.
Realmente no quería saber nada más del romance. Por más solo que se sintiera en ocasiones, prefería eso a pasar por una traición una vez más...
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