– Por supuesto que no, no vas a casarte con él, Yo
– Pero.. ¿Por que no?.. ni siquiera lo conoces papá.. y mamá ya dijo que me dejaría
– ¡No me interesa, Yo! Aquí mando yo, y no vas a hacer eso..
– Señor.. por favor, con todo respeto.. si no me da la oportunidad de demostrarle que quiero estar con su hijo..
– ¡No me interesa, no quiero que me desmuestres nada! -se levantó y lo miró molesto- quiero que te vayas de mi casa, y que te alejes de mi hijo
– Bien.. -el peliazul se levantó y tomo la mano de Rin- si Rin se va, me iré con él.. y no volverán a verme..
– ¡¡No me estés amenazando Yo!! -lo miró con molestia-
– Entonces más vale que aceptes las cosas.. o de verdad me iré..
– Cariño.. creo que.. si Yo está feliz con él.. deberíamos dejar que lo hagan..
– ¿Por qué aceptas tan rápido?.. -la miró y soltó un suspiro- yo solo quiero lo mejor para nuestro hijo
– Y lo mejor para nuestro hijo es estar con alguien que ama, y que lo ama.. -sonrió- y si Itoshi-kun vino hasta aquí en contra de lo que su familia piensa, entonces creo que realmente le importa nuestro hijo..
– Señor.. por favor.. déjeme probarles que Yo lo es todo para mí.. si algún día lo lastimo, yo mismo dejaré que lo alejen.. pero jamás lo hare sufrir.. jamás lo lastimare..
– Ah.. bien.. más te vale.. -miró atentamente al peliverde- si haces llorar a mi hijo, voy a matarte con mis propias manos..
– ¡¡Papá!!
– No, no amor.. está bien.. -sonrió y le dió un beso en la mejilla- jamás te haré llorar.. nunca..
– Eso lo sé.. eres increíble y muy dulce..
– Bueno, vayan arriba.. prepararé algo para cenar.. -la madre del peliazul sonrió y los miró-
– Si, está bien mamá.. ven Rin.. -lo llevo hacia las escaleras- hoy te quedarás aquí.. mañana empezaremos a organizar todo
– ¡¡La puerta abierta, Yo!!
– ¡¡Papá, no tengo 15 años!! -subió las escaleras, soltó la mano del peliverde y sintió como lo sujetaba de la cintura- Rin..
– Me encantas.. -sonrió y lo pegó a su cuerpo, dió un beso en su cuello-
– Mghhh Rin.. mis papás.. si nos escuchan..
– Bueno, procuremos no hacer mucho ruido.. -le dió la vuelta y lo cargó con cuidado-
– ¿Ah? -soltó una risita y lo sujeto del cuello- lo intentaré..
– Me encantas, Hiori Yo.. -subió el resto de las escaleras- ah, dime donde está tu habitación..
– La puerta del fondo.. -sonrió y movió sus manos sobre el cuello del peliverde-
– Perfecto.. -caminó hacia la habitación, abrió la puerta con cuidado y entro en esta, lo recostó con cuidado en la cama y se quitó la playera-
– Rin.. eres tan guapo.. -sonrió y lo miró atentamente- me encantas..
– Tu me encantas a mí.. -se recostó sobre él, dió algunos besos por su cuello y comenzó a desabrochar el pantalón del peliazul-
– Mghhh.. Rin.. -soltó un suspiro, bajo sus manos para poder desabrochar el pantalón del peliverde- hazlo.. con cuidado.. yo no.. nunca he.. hecho esto..
– Lo haré con cuidado.. -sonrió y deslizó con suavidad el pantalón del peliazul- no te lastimare jamás..
– Gracias Rin.. -sonrió y bajo con cuidado el cierre del pantalón del peliverde, metió con cuidado sus manos y frotó con suavidad su entrepierna- es.. es muy grande..
– ¿Si?.. -sonrió de lado, bajo el boxer de Hiori y rozó con suavidad uno de sus dedos en la entrada de este- no tengo lubricante.. pero tengo que prepararte..
– Está bien.. lo dejaré en tus manos, Rin -sonrió y le acarició la mejilla- se que vas a hacerlo bien..
– Si duele, dímelo por favor.. -llevo sus dedos a su boca, jugo un poco con su lengua alrededor de ellos-
– Te vez muy guapo haciendo eso, Rin.. -sonrió y bajo nuevamente sus manos para frotar la entrepierna del contrario-
– Mghhh.. ¿Si?.. -sonrió y siguió jugando con su lengua- ¿Te gusta verme así?
– Si.. porque es una parte de ti que no había visto.. y me gusta.. quiero conocerte en todos sentidos Rin.. no quiero que trates de ser fuerte por mí.. si te sientes mal, dilo.. si quieres llorar, llora.. no voy a dejar de amarte por eso..
– Yo.. -sonrió y bajó su mano, rozó levemente su dedo en la entrada del peliazul, lo empujó lentamente- está bien..
– Mghhhh.. -cubrió su boca y soltó un suspiro- Rin..
– ¿Te duele?..
– No.. no duele.. pero se siente raro.. -separó un poco sus piernas-
– Es normal.. pero verás que vas a acostumbrarte poco a poco.. -empujo su dedo para introducir este por completo- listo.. ¿Estas bien?
– Si.. estoy.. bien.. Rin..
– Muy bien.. -sonrió y comenzó a mover su dedo con suavidad, sentía como el interior del peliazul se relajaba en cada movimiento, lentamente introdujo un segundo dedo causando un escalofrío en el contrario, comenzó un suave vaiven- Hiori..
– Mghhh.. Rin.. es.. es demasiado.. pero está.. está bien.. es una sensación agradable..
– No te obligues a hacerlo.. puedo detenerme si eso es lo que quieres..
– No Rin, no quiero que te detengas.. hazlo por favor..
– Esta bien.. lo haré.. quiero hacerte sentir bien.. quiero que sientas cuánto te amo..
– Mghhh.. Rin.. yo.. ahhh te amo.. -movió su cadera con suavidad, sentía como los dedos del peliverde se movían con suavidad en su interior- Rin.. Rin.. ya no.. no puedo más.. entra.. quiero sentirte..
– ¿Estás seguro? -sacó con cuidado sus dedos, comenzó a quitar el resto de su ropa-
– Estoy seguro.. hazlo.. hazlo, Rin.. -sonrió y soltó una risita- deja de preguntarme si quiero o si estoy bien.. no soy tan débil como todos creen..
– Yo no creo que seas débil, Yo.. -sonrió y se acomodó entre sus piernas, posó su miembro en la entrada del peliazul- al contrario.. creo que eres la persona más fuerte y valiente que he conocido..
– ¿De verdad?
– Por supuesto.. -empujo lentamente su cadera para abrirse paso en el interior del peliazul- mghhh Hiori..
– Nghhhh.. -llevo sus manos al cuello del peliverde y arqueó un poco su cuerpo- Rin..
– Estás.. tan apretado.. amor.. se siente increíble.. dentro de ti..
– Mghhh.. Rin.. ahhh es.. es muy grande.. -enterró sus uñas en el cuello del peliverde, movió un poco su cadera-
– Yo, aún no entro por completo.. -sonrió y empujo su cadera para entrar completamente en él- mghhhh ahora.. ahora sí..
– Nghhhh.. ¡¡Rin!! -enredo sus piernas en la cadera del peliverde, una sonrisa se formó en su rostro- Dios.. ahhh.. amor..
– Voy a llevarte al cielo, Hiori Yo.. me encantas.. te amo.. -acerco su rostro al del peliazul y pegó sus labios sobre los de este, comenzó a embestir con suavidad-
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.
Sus labios se movían con suavidad mientras las estocadas comenzaban, el peliazul sujetaba con fuerza el cuello del peliverde y movía su cadera con suavidad para poder seguir el ritmo del contrario. Sentía como todos sus problemas, sus inseguridades, su miedo a perderlo desaparecían. Lo amaba, amaba poder estar así con él después de tanto tiempo. No quería perderlo de nuevo. Era lo mejor que le había pasado. Se separó lentamente del beso, un sonrojo cubría su rostro.
– Te amo, Rin..
– Yo te amo a ti, Yo..
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El pelirosa soltó un suspiro, se acercó a la puerta y tocó el timbre. La mano del rubio se encontraba en su cintura y una sonrisa adornaba su rostro.
– Estoy orgulloso de ti, Sae..
– ¿Por qué?
– Porque estas apoyando a tu hermano.. porque eres increíble..
– Bueno, ahora se que Hiori hace feliz a Rin.. y eso es lo único que importa.. los apoyaré..
– Ah.. -el padre del peliazul abrió la puerta y miro atentamente a los chicos- ¿En que puedo ayudarlos?
– Buena tardes.. soy Itoshi Sae, hermano de Rin..
– Oh.. vaya.. -soltó un suspiro- bueno, si viene a llevárselo, no puedo permitirlo.. mi esposa y yo apoyaremos su matrimonio con Yo, y no importa lo que ustedes hagan..
– No, no señor.. no vengo a llevarme a Rin.. vengo a ofrecer mi apoyo, mi ayuda para lo que se necesite en la boda.. y mis padres también los apoyan.. mamá adora a Hiori..
– Bueno, adelante entonces..
– Gracias.. -entró a la casa seguido del rubio- es un gusto conocerlos por fin.. ¿Dónde esta Rin?
– Arriba, con Yo..
– Uhhhh.. -el rubio soltó una risita- por fin se van a desahogar jajaja
– ¡Ryusei!
– Perdón.. no es verdad señores.. seguro están leyendo la Biblia..
– Descuida -la mujer sonrió y soltó una risita- sabemos lo que están haciendo.. y está bien, lo necesitan después de todo lo que ha pasado..
– Eso es verdad -el pelirosa sonrió- su casa es.. acogedora..
– Gracias.. aunque seguro su casa es aún más linda..
– Solo muebles antiguos y costosos.. pero, no se siente tan agradable, créame..
– Bueno, son bienvenidos siempre que quieran -sonrió- ¿Gustan algo de beber? Mientras esperamos a esos dos..
– Agua está bien, señora -sonrió y se sentó en el sofá- por favor..
– Igual para mí, por favor señora -se sentó junto al pelirosa-
– Muy bien, enseguida se las sirvo -sonrió y caminó hacia la cocina-
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– Gracias, Rin.. -el peliazul se enderezó un poco, sonrió al peliverde- por hacer esto..
– Bueno, desde ahora podremos hacerlo siempre que quieras, amor.. seremos esposos y quiero que seas el más feliz..
– La verdad, me gustó mucho.. eres tan dulce, tan lindo.. pero a la vez salvaje y agresivo..
– ¿Cómo está eso? O sea.. ¿Una fiera dulce? -soltó una risita-
– Algo así.. -sonrió y le dió un beso en la mejilla-
– Bueno.. espero poder seguir siendo lo que necesitas -lo tomó de las mejillas- y voy a darte la mejor y más grande boda del mundo..
– Mientras sea a tu lado, yo seré más que feliz..
– Eres tan dulce, Hiori.. -le dió un beso en los labios- y aunque quisiera estar aquí contigo, no soltarte y hacerte el amor una vez más.. debemos bajar o tus papás me matarán..
– Tienes razón.. y no quiero eso -bajó de la cama con cuidado y tomó su ropa- mghhh..
– ¿Estás bien? -tomó su ropa para comenzar a vestirse-
– Si, solo me duele un poco la cadera, pero estoy bien -sonrió y termino de vestirse, lo tomó de la mano- vamos abajo..
– Si.. está bien.. -sonrió y salió de la habitación con él- se me abrió más el apetito jajaja
– Igual a mi -sonrió y se recargó en el hombro del peliverde-
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– Uhhh.. -el rubio los miro acercarse y sonrió de lado- ¿Ya terminaron, pillines?
– ¡¿Qué hacen aquí?! -miró al pelirosa- no vas a seguir arruinando mi relación..
– No.. Rin.. yo no.. no vengo a eso.. -sonrió- quiero que sepas que tienen nuestro apoyo..
– ¡¿En serio, Sae?! -el peliazul sonrió-
– Por supuesto.. -soltó un suspiro- actúe como un tonto.. no me di cuenta que haces feliz a Rin.. y yo quiero que Rin sea feliz..
– Sae.. -el peliverde lo miró- ¿De verdad?
– Si.. de verdad, Rin -sonrió y se levantó con cuidado del sofá- además.. no quiero que mi bebé se quede sin su tío solo por mis estupideces..
– ¿Bebé?.. Sae, ¿Estás esperando un bebé?
– ¡Sorpresa! -el rubio sonrió y se levantó, abrazo al pelirosa- lo supimos hace unas semanas..
– ¿Por eso tanta prisa con la boda?
– Si.. sabes que mis papás me matarían si se enteraban.. por eso no dije nada..
– Y ahora podremos culpar a la noche de bodas.. -el rubio sonrió-
– Vaya.. -sonrió y los miró- pues.. muchas felicidades.. y su secreto está a salvó..
– Gracias Rin.. -el pelirosa se acercó a él y lo abrazo con cuidado- perdón.. todos estos años no.. no fui el mejor contigo.. pero te quiero, Rin..
– ¿Sae?.. -acepto el abrazo y respondió este con cuidado, algunas lágrimas cayeron por sus mejillas- yo.. yo tampoco he sido el mejor.. pero.. también te quiero.. te quiero mucho, Sae..
– Rin.. -el peliazul lo miró, sintió como su madre lo abrazaba- ¿Mamá?
– Nosotros.. tampoco fuimos los mejores.. ¿Nos perdonas, Yo?
– Claro que si, mamá -sonrió y se dió la vuelta para abrazarla- los amo..
– Nosotros a ti, mi niño..
– Que bonito.. -el rubio sonrió- me van a dar náuseas..
– ¡¡Cucaracha insensible!! -el peliverde lo miró, soltó una risita- deja de hacerte el rudo, por favor..
– Si, ven amor.. únete al abrazo..
– Hmm.. no, los abrazos no son lo mío.. -cruzo los brazos- yo solo veré desde aquí..
– Si tú lo dices.. -sonrió y siguió abrazando al peliverde- tendrás la mejor boda, Rin.. yo me encargo de eso.. te lo debo
– Gracias Sae..
– Y nosotros también pondremos de nuestra parte para que sea la boda más maravillosa.. -el padre del peliazul sonrió- queremos lo mejor para nuestro hijo.. y nos equivocamos contigo, Itoshi-kun.. eres un buen muchacho..
– Gracias señor.. le prometo que Yo será el más feliz.. lo cuidare siempre..
