Sigo viendo el 11:11 como la fortuna de tus ojos cafés acaramelados, deslumbrantes con el sol de medio día y calidos como la brisa fresca de otoño.
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Sigo viendo el 11:11 como la fortuna de tus ojos cafés acaramelados, deslumbrantes con el sol de medio día y calidos como la brisa fresca de otoño.