Prólogo

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Selena era una chica de ojos azules y cabello rojo liso. Para muchos podría ser solo una cara bonita pese a ser la princesa del imperio Patus.

Lo que nadie sabía era que con una espada podría acabar con cualquiera sin tener que matar. Ella era la mejor en esgrima y podría llegar a ser la mejor caballera del imperio.

-Nada más será útil para darle buena imagen al imperio

-Shhh! Te va a escuchar

-Pero es en serio, puedo apostar a que no es capaz de levantar ni una espada de madera

Estos eran los susurros de algunos guardias, pero Selena simplemente río un poco para sus adentros

'Si no fuera un secreto ya estarían acabados'

Entonces ella se acercó a los guardias y les dijo con una gran sonrisa:

-Suerte y tengan lindo día

Los caballeros solo la miraron sin comprender ¿Qué era lo que acababa de pasar?,  fue la duda que no pudieron resolver.

***
'Bueno, supongo que no queda de otra' - pensó un hombre; constaba de ojos rojos como rubíes, su cabello era plateado casi blanco y era bastante corpulento. Ya tenía varios años por encima de los 18 que era la edad requerida para enlistarse de manera obligatoria en el ejército, pero por alguna razón había logrado escapar de esta ley por un tiempo, aunque ahora debía prestar servicio militar varios años como compensación.

Luego de registrarse fue a recoger el uniforme, después de que lo tenía puesto fue dirigido hacia el palacio.

***

-Su Alteza, debe dejar de hacer eso - dijo una criada mientras cepillaba el cabello de Selena

-Tú también, Dorothy?

-Usted ya no es una niña, ni de niña hacía eso.

-... pff..... - Selena ya no podía aguantar la risa

-Su Alteza!

-Es que, pff... sus caras cuando... vieron.... y las palomas.... ¡jajajaja! - ella reía de forma honesta, entonces Dorothy; la criada personal de Selena, dejó salir un suspiro mientras sonreía

-¿Eso la hace feliz?

-Deberías haber visto sus caras, Dorothy. Valían la pena cada segundo que pasé haciendo eso - dijo mientras trataba de calmarse.

'No me está escuchando' - pensó Dorothy con una sonrisa

-Bueno señorita, ahora debe prepararse para ver a los reclutas. Rowan preparó un informe sobre los más interesantes este año.

-Será la segunda vez que hago esto... ¿Por qué a mí? No tengo ni 20 años.

-Pero tiene 18, además el año anterior era de prueba.

-No quiero ir... ¿Ignis?

{𝑰𝒈𝒏𝒊𝒔 𝑬𝒗𝒂𝒏}
{𝑨𝒅𝒐𝒑𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂 𝑬𝒗𝒂𝒏}
{𝑺𝒖 𝒓𝒆𝒄𝒍𝒖𝒕𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒔𝒖 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒆𝒓𝒓𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒊𝒔𝒕𝒆𝒎𝒂}
{𝑯𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒑𝒕𝒊𝒗𝒐: 𝑪𝒆𝒍𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒆 𝑬𝒗𝒂𝒏 (𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑙𝑖𝑠𝑡𝑎)}

-Interesante .... Vamos Dorothy.

-¿Acaso no acaba de decir que no quería ir?

-Cambié de opinión, Dorothy. Este año talvez sea interesante. - ella se levantó de su asiento y salió junto a Dorothy de la habitación

***

Luego te ver la prueba que presentaron todos los reclutas al parecer ninguno le llamó la atención, pero ella estaba encantada con un apellido: "Evan".

-Dorothy, ¿Crees que tal vez la familia del conocido asesino de dragones si me hubiese aceptado para aprender esgrima aún siendo mujer?

-¿Por qué me pregunta eso, su Alteza?

-Solo me pregunto... Si en otra familia habría tenido la oportunidad de ser feliz a mi modo. Este lugar es como un agujero lleno de serpientes; hay veneno por todas partes.

-No ha tenido que matar, por lo menos

-Eso es porque me consideran una inútil y solo una cara bonita. ¿Qué podrían ganar matándome?

-No se menosprecie de esa manera

-No lo hago solo digo lo que creen los demás. Incluso tú lo haces porque nunca me has visto demostrando ninguna habilidad. No puedo esperar más de los que no me conocen.

Dorothy se mantuvo en silencio pues lo que decía Selena era cierto, incluso ella pensaba que no tenía habilidad alguna y nada más era una cara bonita pese a que le decía que no pensase así, no tenía el derecho de contradecirle pues era algo que ella misma creía.

-¿Ves? No te preocupes de hecho, no es ningún secreto que no puedo esperar nada de los demás. Ya lo aprendí hace tiempo.

***

'Estarán bien'

-Oye, ¿cómo te llamas?  - le dijo otro recluta al hombre

-Me llamo Ignis. - respondió

-Bien Ignis. ¿Quieres hacer una apuesta?

-¿Qué clase de apuesta? - '¿desde cuándo se perdió tanto el respeto?. Ni siquiera nos conocemos'

-Te apuesto que no puedes pasar la noche dentro del palacio de la princesa sin que te descubran. Al menos solo en el jardín.

-Ah, ¿Que no puedo? - dijo ignis pues si había algo que odiaba era que lo subestimaran.

-Pues si lo haces, te daré 50 monedas de plata

-Que sean de oro.

-¿Quieres perder los gastos de varios años?

-2 y medio exactamente. Y querrás decir, ganarlos.

Ignis estaba seguro de que ganaría ¿qué tan difícil podría ser? Pero lo que no sabía era que iba a descubrir algo que entrelazaría su destino con alguien aparentemente inalcanzable.

El Secreto de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora