Una víspera de invierno, una hermosa época para que las personas se acurruquen frente a la chimenea y vean el asar de sus malvaviscos mientras pasa el tiempo. En Green Hills además nevaba en esas épocas, apesar de los verdes prados cubiertos de la manta blanca y fría ahora estaban ciertas personitas en el pueblo.
Green Hills se convirtió en el lugar de descanso de Sonic, Tails y Knuckles, aunque para el equidna el descanso era relativo ya que se tomaba la labor de custodiar la esmeralda demasiado en serio. Mientras Tails se encarga de recoger las chatarras tiradas que Eggman y el agente Stone dejaron por ahí, el erizo corría por la nieve y por los bosques del prado blanquecino.
Estuvo ahí durante su crecimiento, pero parecía que cada vez la tierra era un lugar tan increíble que parecía siempre mejorar, para el erizo su nueva familia era una realidad soñada, pero cómo en cada sueño de vez en cuando hay pesadillas. Pasó la más difícil estando solo y sin amigos, pero gracias a las buenas personas del pueblo y al constante cambio para mejor le hizo conseguir dos amigos increíbles.
Tails y Knuckles, quienes ahora formaban una tribu para defender la esmeralda de las manos equivocadas, el equidna rojo era un compañero de ejercicios y competencia para demostrar quien de los dos era mejor. Pero el zorro de las dos colas era muy diferente, con él de sentía seguro, sentía que era querido y escuchado cada que el zorro se daba el tiempo de estar con él. Si bien Mady y Tom le hacían sentir lo mismo, con el zorro era una cuestión diferente, algo en sus ojos hacía que no parara de recordarlos, ¿el color zafiro y el brillar de ellos tal vez?
En su pecho golpeaba su corazón más rápido de lo habitual, solo con pensar en él y el cómo escaparse para verlo. Habló con Tom y Mady de eso, creía que era una extraña enfermedad o una cosa secundaria de la esmeralda madre, pero el desconcierto de su respuesta fue lo que encontró.
¿Amor?, ¿Que es eso?, Mady le explicó que era un sentimiento inexplicable por una persona, que ye hace querer abrazarlo, decirle cosas lindas e incluso hasta besarlo. La explicación de la veterinaria no le quedó del todo clara, pero era mejor que la de Tom explicando el amor con una película de Star Wars, y para acabar, de las nuevas entregas.
Mady y Tom ayudaron a preparar algo, Sonic quería despejar sus dudas con esto del amor, así que prepararon algo esa misma noche. El ensayo fue... Extraño, más si ver a Tom con orejas de zorro y dos colas de algodón amarradas en su cintura no es normal para ti. Sin embargo, el cobalto tomó una decisión, contarle todo lo que sentía al vulpino.
El cobalto bajaba las escaleras vestido de la mejor forma topándose con su "papá" y la esposa de este quienes desayunaban.
—Hey Sonic, es el gran día campeón. — dijo Tom meneando su café.
—Si, estoy emocionadisimo, incluso me bañé para tener más oportunidades. — dijo el cobalto meneando sus púas.
Tom levantó los hombros seguido de una risita.
—Hey Sonic, no salgas sin un abrigo, te vas a enfermar. — le reprendió Mady.
—Dejalo, es joven, fuerte y con un metabolismo más rápido que el nuestro, capaz y ni siente frío. — habló Tom sorbiendo de su café.
—Segurisimo, estoy fresco cómo lechuga. — presumió Sonic, no sin antes estornudar.
Mady le levantó la ceja viendole expectante de su reacción.
Mientras, Tails trataba de rescatar lo que se pudiese de las máquinas del doctor, no había mucho dañado así que era una mena de diamante a los ojos del vulpino.
El zorro presionó sin querer el activador del robot defensor de Eggman, por lo que le escaneó pensando en defender a su dueño.
—Eh... ¿Guau? — trató de engañar a la máquina.

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Bajo la Nieve
FanfictionUn viaje largo, un sentimiento de calidez entre el frío de la noche. Así podría describirse el sentir de los dos zorros que llegaron a este extraño mundo, un mundo que no es su hogar, pero que juntos se siente cómo uno. Bajo la Nieve se fijará su de...