Construimos tantas barreras, levantamos tantos muros, nos cubrimos con tantas capas... todo para intentar protegernos de lo que no queremos enfrentar, de lo que buscamos huir.
Como apagar tu humanidad, como si hubiese un botón para ello.
Parece cómico lo fácil que explota todo, con cosas más simples de lo que jamás hubieses pensado debías protegerte.Todas las emociones, sentimientos, dolor, cansancio, y más dolor caen sobre mis hombros de golpe. Y me zarandea más fuerte que una brisa de verano. Me derrumba y no puedo hacer nada para evitar la caída... me dejo llevar? intento luchar? levanto otro muro de bloques?
Una parte de mi ser no quiere apagar todas estas emociones, porque a pesar que siento cómo el dolor que se origina en mi pecho se extiende hasta la punta de mis dedos y me quebranta la voz... a pesar de todo eso y que nado en un mar profundo de lágrimas, aún así, es la única manera que tengo de conectar con lo único que ha tenido sentido en mi vida en mucho tiempo.
Mi botón para conectar con mis emociones esta encendido, y eso solo es posible porque aprendí a ser vulnerable, a querer, a amar, a sentir, a vivir, y todo... contigo.
¿Qué se hace cuando la única persona que puede consolarte es también la única que no lo hará?
Parece cliché, pero es tan real, como la sensación de mil agujas en mi garganta en este instante, tan real como la falta de aire que siento al perderme en mis pensamientos, tan real como que si tocas el fuego, te quemarás.Estoy cayendo, y caigo lento. Tengo miedo de escuchar el crack. Miro hacia abajo y veo que no habrá nada ni nadie que amortigüe el golpe. Caeré en seco y dudo que pueda levantar los pedazos que queden, y mucho menos reunirlos.
Me pierdo en pensamientos, ideas... Me hundo en lágrimas y sueños rotos... Me estrello contra el duro pavimento que me abraza y me dice que no hay vida después de eso.
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Escritos improvisados por una escritora improvisada.
Short StoryExpresando el sentir.