Cuando desperté la mañana del día siguiente YongSun aún estaba durmiendo a mi lado. Tuve que comprobarlo cinco veces más antes de caer en cuenta de que realmente se trataba de ella y no cualquier conquista de un loco sábado por la noche.
Y es que no podía serlo, porque ella se sentía mucho mejor que cualquier conquista de sábado por la noche.
Sus brazos rodeaban mi cintura y su cabeza se apoyaba en mi pecho. Sentía su respiración en mi cuello, sus latidos contra mi piel y un cosquilleo en el estómago que, al estar a su lado, jamás se marchaba.
Era hermosa, y lo sé porque mi cabeza repitió este halago hacia ella setenta y dos veces antes de que su voz me interrumpiera.
— ¿Por qué no puedes estar en mis sueños también?
No me esperaba esa pregunta. Tampoco las lágrimas que vinieron un poco después.
Cuando sentí sus lágrimas frías en la piel de mi cuello estaba tan desconcertada que debí alejarme.
La vi tan frágil que incluso yo sentí la necesidad de llorar.
— ¿Tuviste una pesadilla? —fue lo primero que pregunté. Sus lágrimas no desaparecían, así que me sentí obligada a detenerlas. No quería verla así luego del día anterior. Yo solo quería hacerla feliz.
—No. Fue un buen sueño. —se negó ella. Su voz ronca debido al sueño y la tristeza en sus palabras no eran una buena combinación en mi mente, así que la abracé, buscando de esta forma algo de orden para ella.
— ¿Y por qué lloras... lloras... lloras...? —repetí la palabra seis veces, y en ningún momento ella detuvo su llanto.
—No era real. —contestó.
Y ya no hubo necesidad de nada más. No continúe hablando ni le pedí que me explicara lo sucedido en su propio paraíso. Yo simplemente la consolé, pues eso era lo que parecía necesitar.
Cuando sus lágrimas se detuvieron me agradeció con diez besos, su número favorito del día. Yo le di seis, pues necesitaba devolvérselos de alguna forma.
—No lo quiero en mis sueños, ByulYi. Te quiero a ti. —cuando lo dijo estaba mucho más calmada, tal vez demasiado. Su mirada estaba concentrada en mis dedos, con los cuales ella había comenzado a jugar.
No pude evitar sentir una punzada de celos en mi pecho, pues yo no estaba en sus sueños. Estaba él, y yo no sabía quién era él.
— ¿Quién es él?
Pero ella no contestó.
— ¿Podemos salir de aquí? Debo saludar a la roca, a los pajarillos y a WheeIn. A ByulYi también, porque él aun no puede ver el sol y no sabe cuándo debe despertar.
Me reí al escucharla, pero no debido a sus palabras sino a su repentino cambio de ánimo. Kim YongSun era de esas personas que no podían permanecer tristes más de un par de segundos.
Tal vez era esa una de las razones por la cual yo estaba enamorada de ella.
Ella terminó de vestirse incluso antes de que yo empezara a hacerlo. Dijo que saludaría a sus amigos y que luego me invitaría a desayunar, propuesta ante la cual acepté.
Y se marchó, dejándome con una enorme sonrisa en el rostro y el corazón agitado.
Yo tenía veintitrés años, pero YongSun me hacía sentir como una estúpida adolescente. De repente el oxígeno no era solo eso, sino un leve recuerdo de su aroma. Las nubes dibujaban su perfil, los pajarillos le dejaban mensajes y aquella vieja casa era el refugio de una princesa.
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❝Seguirte o Perderte❞ ❲moonsun | adaptación❳
Fanfic💠 ; Seguirte o Perderte. ByulYi amaba la rutina. YongSun amaba lo desconocido. ByulYi amaba la perfección. YongSun era completamente imperfecta. ByulYi no tenía grandes sueños. YongSun vivía en uno. ByulYi odiaba las despedidas. YongSun vivía de e...